El erotismo de Rocío Jurado inspira a Leandro Cano
- Cano viaja a los años del destape e reinventa el vestuario de las 'nuevas' folclóricas
- "Hay mucho vestido corto, que enseña incluso la ropa interior", dice el modista
- Pepa Salazar: "Hacer ropa cuando la gente no puede salir de casa es frustrante".
La anterior colección de Leandro Cano, 'A tu vera', rendía tributo al arte y la estética de las folclóricas, desde Imperio Argentina a Rocío Jurado. Tuvo tan buena aceptación en París que el modista amplía la temática y la propuesta con 'Siempre a tu vera'. Ahora se centra en la época del destape. A mediados de los años 70 del siglo XX en España corrían nuevos aires, también en la copla.
La Jurado -que era muy larga, como ella misma decía- traía de cabeza a los censores de Televisión Española y armó la marimorena con la película La querida. Se convirtió en un mito erótico, tanto que la revista Fotogramas le quitó la bata de cola y la vistió con un vestido negro ajustado y guantes largos, como Rita Hayworth en Gilda.
Y es esa Rocío, brava y poderosa, la que ahora Leandro Cano convierte en uno de los iconos de su colección. "Fue una pionera, en muchos aspectos, tanto en las canciones como en la forma de vestir", dice y recuerda temas con un mensaje feministas y poderoso como Lo siento mi amor. "Hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo, que mi cuerpo no tiembla de ganas al verte encendido"...
Rocío rompió moldes con profundos escotes y atrevidas transparencias. Se empoderó a sí misma, y es esa actitud la que Cano traslada a la colección. "Hay mucho vestido corto, que enseña incluso la ropa interior, y también piezas que tapan y destapan jugando con el desnudo, con destaparse". dice.
Cano recicla patrones e ideas reinterpretándose, avanzando en el mismo sendero creativo. "Todos los vestidos de mujer se han elaborado siguiendo la misma silueta, un minivestido con cuello a la caja y con la falda de nesgas acolchadas. Y siempre con las mismas texturas, "organza, cuero, neopreno, tejido técnico, jacquard y rafia", dice, y destaca uno realizado con 1 500 bolas de cristal rojas trenzadas a mano con 500 metros de nailon y uniones en crochet.
Las ilustraciones de María Rubio, de flores y de caras de artistas como Lola Flores, Rocío Jurado, Juanita Reina, y Sara Montiel, se estampan con alegría. Hay mucha artesanía y mucho arte en las prendas, como el vestido de jacquar blanco pintado y bordado a mano por José Gungolo o el lila de tejido técnico bordado a mano con la simbología de la colección y estrella de cinco puntas. En contrate, un vestido de neopreno verde con ornamentación de cadenas bañadas en oro.
Y como novedad presenta una línea para hombres que tiene entidad propia pero mantiene un romántico diálogo con la línea de mujer. "Un hombre que ha querido mostrar masculino y sin prejuicios de roles, seguro de sí mismo y dispuesto a dejarse arrollar por la fuerza de estas mujeres. Es una pequeña pincelada pero me apetecía mucho". Las siluetas de hombre se componen de un mono, una maxi-camisa, una bomber oversize, legging, pantalón de loneta, torera de rafia y calzoncillo acolchado. "Al hombre se le ha dado el volumen en la parte superior y a las mujeres en la parte inferior, creando el efecto espejo entre ellos", revela Cano
Los looks se completan con las joyas de Ginger and Velvet"La inspiración parte del clavel como pieza que concentra tanto recuerdos, como imágenes, y que forma parte de la cultura a todos los niveles de España. Imágenes como claveles en un cubo de agua esperando a ser vendidos, o en el peinado de las copleras, o en la mesa camilla de mi abuela", dice Maite G. Tejedor sobre una colección, de fuerte carga estética, que encierra la belleza y la magia de la artesanía.
"Cada una de las piezas, ha sido meticulosamente torneada para encontrar formas orgánicas que nos llevasen al universo de la España más castiza, pero a la vez más sencilla". Son joyas con carácter y, sorprendentemente, con vida propia. "Hemos utilizado aleaciones de cobre y latón, todo en bruto, porque son materiales que mutan, se adaptan a los cambios de temperatura y humedad y adquieren vida".
Vestidos y joyas son los protagonistas del vídeo de presentación, una película que podría calificarse de eriotismo rural en el que cada pieza entra en el juego de enseñar o tapar, exhibirse o esconderse, seducir o caer en las redes..."Es un momento para romper, y 'desencasillarse', para salir de casa, abrirse y darle una vuelta a todo".
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