Ana Obregón: "No tengo ganas de reír, ni de bailar, ni de ponerme modelitos"
- Ana Obregón reflexiona sobre los primeros cinco meses sin su hijo Álex, fallecido a causa de un cáncer a los 27 años
- Recordarlo se ha convertido en un ritual y meditar en su refugio, pero en esta última carta se disculpa con su audiencia
- "Siento muchísimo compartir con vosotros mi dolor (...) Necesito que me entendáis, he perdido todo, mi único hijo"
Ana Obregón se sigue debiendo a su audiencia, pero todavía no se encuentra con fuerzas para entretenerla. Necesita estar sola y seguir buscando dentro de si misma, para conectar con su hijo Álex y hallar la energía para sanar y seguir adelante. De este proceso es de lo que nos habla en la última carta que ha publicado en su Instagram, en la que reflexiona sobre sus decisiones y rutinas de los últimos cinco meses: los lugares en los que encuentra algo de paz, las lecciones que ha aprendido y sus sentimientos de agradecimiento y de culpa.
"Estos cinco meses sin ti no sabía quién era, lo que era o ni siquiera si era. Simplemente... estaba allí, como una percepción singular en medio de una nada sombría, carente de principio y final", explica, bajo una fotografía en la que vemos a Ana meditando en calma en la naturaleza. "Aquí llevo más de un mes (me vine antes del estado de alarma), meditando en calma para encontrar la paz en este viaje hacia mi interior. Conectando con mi conciencia espiritual o el alma, porque las almas son eternas y de esta forma me acerco más a ti. Siguiendo tu ejemplo, iluminada por tu luz. Decia Einstein que 'el auténtico valor del ser humano viene determinado principalmente en la medida que ha conseguido liberarse del Yo'. De ese Ego que contamina todo".
Una descorazonadora disculpa
Aunque en este último texto habla de sí misma, también se refiere a la dura situación que están atravesando todos los españoles, de quienes también se siente cerca en su dolor. Condena el ego de la clase política y se dirige a la gente: "Desde mi corazón mi más sentido pésame a las familias de los 50.000 (33.000?) fallecidos".
Y, en la parte más desgarradora de esta carta, se disculpa por haber dejado de ser la figura deslumbrante, sonriente y alegre que siempre fue, y por seguir viviendo en público el luto por Álex. "Tenéis que perdonarme, siento muchísimo compartir con vosotros mi dolor porque siempre a lo largo de 40 años en mis trabajos mi intencion era contagiaros felicidad, haceros reír, soñar, que olvidarais los problemas".
"Necesito que me entendáis he perdido todo, mi único hijo. Y no tengo ganas de reír, ni de bailar, ni de ponerme modelitos y por ahora no puedo trabajar. Se que vuestra mano anónima me acompaña y me sujeta fuerte para que no caiga más hondo. Os estoy infinitamente agradecida. También sé que mis hermanas no me han soltado la mano ni un segundo. Pero sobre todo sé que tú, Áless, me mandas ese inmenso amor desde la eternidad y que si algún día vuelvo a vivir será por ti".
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