Irene Villa: "Cuando das amor, lo que recibes es amor"
- Irene Villa nos visita en Tarde lo que tarde y nos habla de su sexto libro: Los ochomiles de la vida
- "Este libro quiere dar paz interior y, sobre todo, menos rigidez a la hora de vivir"
Un atentado terrorista le robó la infancia y le cambió la vida para siempre. Pero fue vida, y no muerte, aunque le arrebatara de golpe las dos piernas y los tres dedos de una mano. Desde entonces, su vida ha estado plagada de obstáculos y el camino no ha sido fácil. Ahora, Irene Villa, nuestra protagonista de hoy en Tarde lo que tarde, plasma toda su travesía por la vida en su sexto libro: Los ochomiles de la vida.
Una sonrisa frente a la adversidad
Psicóloga, periodista, deportista de esquí adaptado, mamá y toda una superviviente a los latigazos del destino. El más duro de todo ellos, confiesa, ha sido la pérdida de su cuarto bebé: "Yo pensaba que era una niña, pero bueno, fue en el primer trimestre de embarazo, pero es verdad que ha sido lo más duro que me ha pasado, porque no lograba colocarlo, no hice el duelo"
Irene Villa tiene claro que su destino era morir y que la vida le regaló una segunda oportunidad tras el atentado de ETA en 1991: "La vida es un regalo maravilloso fugaz y hay que exprimirlo. La vida te da unas cuantas oportunidades y que si estamos aquí es por alguna razón. Que estás en el mejor momento que puedes estar", nos cuenta. Aunque tampoco duda, en que ese era el primer renacer de todos los ochomiles que le tenía preparados la vida.
Y ante todo eso, dos caminos: lamentarse y maldecir, o decidir que la vida empieza de nuevo. La lección más importante que la madre de Irene, María Jesús, le dio en su vida y que nos regala a todos para poner en práctica en el momento actual: "Podemos maldecir al virus y encerrarnos a llorar o decidir que nuestra vida continúa de otra forma. [...] Transformemos a esta nueva realidad nuestras actividades. Menos pararse y contagiarnos del miedo y del pánico, que a veces es lo que más prima en todo el mundo, menos eso, reinventarse, levantarse y luchar".
Una lección que tiene interiorizada desde pequeña -explica Irene-, al igual que ciertos valores, como el perdón y que por supuesto, intenta inculcar a sus hijos: "Siempre hay alguien que sin querer te hace daño o dice algo que te molesta. Yo jamás me he alterado. Al revés. Por supuesto que perdono porque dejo ir esas emociones que a lo mejor son dañinas y que no me están aportando nada, no me están beneficiando en nada. Yo creo que el ser humano tiene que ser inteligente en ese sentido, y quedarte solo con lo que te aporta, lo que te ayuda a crecer, a evolucionar y lo que te estimula a sacar tu mejor versión".
Paz, fluidez y amor en sus páginas
Los ochomiles de la vida, un libro en el que Irene nos enseña a vivir más serenamente, sin prisas y a no ser el juez de nuestros actos. Toda una descarga de paz y fluidez, que la experta en sonrisas ante las adversidades de la vida plasma una vez más en papel. "Este libro quiere dar paz interior y, sobre todo, menos rigidez a la hora de vivir. Que el ser humano se mete mucha caña y yo pienso que no, que hay que fluir y no ser tan rígido".
A lo largo de las páginas también aborda el tema de su divorcio y de que hacer una separación con verdadero amor es posible: "Es que es lo que yo quiero que todo el mundo haga, con generosidad. Yo siempre digo que se pueden hacer las cosas desde el amor o desde el miedo. Todos hemos tenido miedo alguna vez en nuestra vida, pero una vez que lo superas, te das cuenta que todo lo que uno desea y necesita está más allá del miedo. Justo al otro lado. Así que, hay que ser valientes", nos cuenta sin perder ni un instante la sonrisa.
Irene Villa, un ejemplo de resiliencia ante Los ochomiles de la vida.