¿Por qué la temperatura del mar cambia de manera brusca y no progresivamente a medida que descendemos?
- ¡Qué Animal! reproduce las termoclinas de los océanos, las fronteras que separan el agua caliente de la fría
- Comprobarás por qué el agua a temperaturas dispares no se mezcla
- Algunas especies de tiburón y de atún tienen que soportar temperaturas marinas muy variables
La mayoría de especies de peces no regulan su temperatura: son ectotérmicos, igual que los anfibios y los reptiles. Coloquialmente se les conoce como animales de sangre fría. Los peces siempre están a la misma temperatura que el agua que los rodea. Aunque hay excepciones. Algunos tiburones, como el blanco o el mako, y los atunes, pueden mantenerla entre 5 y 15 grados más alta que su entorno. Son especies que tienen que lidiar con temperaturas del agua muy variables.
Lo que les pasa a los atunes es algo que seguro que habéis experimentado en vuestra propia piel cuando os bañáis en el mar.En un día de verano, el agua en la superficie está caliente, pero por los pies notamos una corriente fría.En el mar, el agua de la superficie se calienta por el efecto del sol. Pero los rayos no llegan a las capas más profundas. A medida que nos sumergimos, sin embargo, no se produce un descenso progresivo de la temperatura, sino que se forma una termoclina. Es una especie de frontera que separa el agua fría de la caliente.
En ¡Qué animal! vamos a reproducir este efecto en nuestro laboratorio.Vamos a necesitar dos recipientes, uno con agua fría y otro con agua caliente. El agua fría la hemos teñido de color azul y la caliente, de rojo. Si ponemos el agua fría encima del agua caliente, ambas se mezclan rápidamente. Pero si lo hacemos al revés, colocando el agua caliente encima para imitar lo que sucede en el mar, nada cambia: ¡no se mezclan! Curioso, ¿no? Si el agua tiene la misma composición química en ambos tarros, ¿cómo puede ser que no se mezcle?
La explicación es bien sencilla: el agua fría es más densa, es decir, pesa más. Por eso cuando está arriba, tiende a bajar. En cambio, el agua caliente es más ligera y por eso se queda arriba en el otro vaso.
Vamos a simular ahora lo que pasa a gran escala en un océano en un tanque repleto de agua. Vamos a utilizar dos frascos: uno contiene agua helada teñida de azul, y el otro, agua caliente teñida de rojo.
Introducimos los frascos en el tanque, y los abrimos. De forma espontánea, el agua caliente sube… y la fría se hunde hacia el fondo.