La historia real de Lautaro, el guerrero que dio muerte a Pedro de Valdivia
- La historia de Inés del alma mía llega a su fin en el último capítulo, esta noche a las 22:05h
- En el séptimo episodio de la serie veíamos cómo Felipe se convertía en Lautaro, el líder mapuche
- Aunque Inés Suárez vivió hasta los 73 años, uno de los hombres de su vida murió en la guerra por la conquista
Inés Suárez fue una mujer longeva. Sobrevivió a sus dos maridos y a sus tres amores, y vivió lo suficiente para ver cómo Santiago de Nueva Extremadura, la primera capital de Chile, se convertía en una ciudad fértil y próspera. Pero no vio terminado en vida el ciclo de violencia que los españoles pusieron en marcha con la conquista, la "epopeya de codicia y de sangre" que Isabel Allende describía su novela y a la que la serie se aproxima con un compromiso realista y crudo.
Hoy llegamos al último episodio de Inés del alma mía, donde el protagonista silencioso es Lautaro (interpretado en la ficción por Mauricio Paniagua): un héroe mapuche cuya vida fue breve, pero que pasó a la historia por su papel en la defensa de sus tierras y la lucha por liberar a su pueblo. Una vez muerto él, otros líderes lo sustituyeron sin dar tregua en la Guerra de Arauco, y él sigue siendo recordado por el que sería el mayor hito de su vida y, a la vez, la mayor tragedia de la de Inés: dar muerte al conquistador Pedro de Valdivia.
¿Quién era Lautaro?
Lautaro fue, como vemos en Inés del alma mía (cuando lo interpretaba el joven Simón Beltrán), un joven mapuche que los españoles capturaron cuando tenía unos once años de edad. En mapudungun, su lengua materna, su nombre (Leftraru) significaba halcón; ave veloz. Pero los españoles lo apodaron Felipe cuando lo emplearon como yanacona, indio de servicio, en las caballerizas del Capitán Valdivia.
Aunque su íntima relación con Pedro de Valdivia e Inés Suárez está dramatizada en la serie, que los presenta como sus padres adoptivos, la confianza de Valdivia en el joven debió ser plena. O eso, o en un gesto de sorberbia subestimó su inteligencia: si Lautaro lograría derrotarlo, años más tarde, es porque ellos mismos le enseñaron todas sus tácticas organizativas y militares.
Su padre era un "lonko", un caudillo mapuche llamado Curiñancu. Si siempre fue un espía por venganza o cambió de opinión más tarde no está claro, pero alrededor de 1550 huyó de Santiago horrorizado por los crueles castigos que los españoles infligieron a los indígenas en las batallas que aparecen abreviadas en el séptimo capítulo de la serie: Andalién y Penco, en las que el joven Lautaro participó como escudero de Valdivia.
El modo en que ascendió como una bala en la jerarquía de las tribus es un misterio, pero a finales de 1553, tres años después de su huida, el joven de 21 años ya era el líder principal de los mapuche. Lo aprendido de los españoles sirvió para poner a las tropas indígenas a la altura de la 'sucia' guerra castellana, que hasta entonces los desmantelaba a base de armas y engaños: los mapuche adoptaron herramientas similares, comenzaron a andar a caballo e implementaron la estrategia de enviar varias olas de ataque para mantener a sus guerreros concentrados y sin dar señal de agotamiento.
La Navidad más triste para Inés Suárez
La de 1553 aquel año fue una Navidad trágica para los conquistadores. Desoyendo la amenaza que presentaban los indios y subestimando sus fuerzas, Valdivia partió en una expedición hacia Tucapel, donde sus enemigos atacarían y quemarían el fuerte el día 25 de diciembre. “Qué quiere nuestra señoría que hagamos, sino que peleemos y muramos”, dice la crónica de don Alonso de Góngora Marmolejo que fue la última consigna de los españoles, que se vieron rodeados sin posibilidad de vencer a unos mapuche que les superaban en número y les habían emboscado por sorpresa.
Mientras sus hombres se entregaban, suicidas, al enemigo, se dice que Pedro de Valdivia intentó huir, abandonano la formación y suponiendo que los indios, distraídos, no iban a perseguirlo. Pero Lautaro lo perseguiría hasta una ciénaga en la que cayó su caballo y donde el conquistador fue apresado y tratado con violencia: despojado de sus ropas y humillado —el relato de Marmolejo insinúa que Valdivia había envejecido an gordo que caminaba con dificultad— trató de sobornar a los indígenas con poderes y riquezas para que le perdonaran la vida, pero fue asesinado, desollado y, si la crónica es cierta, posteriormente devorado con brutalidad.
Valdivia murió a los 56 años, "hombre de buena estatura, de rostro alegre, la cabeza grande conforme al cuerpo, que se había hecho gordo", escribe Marmolejo. Así lo define en su Historia de Chile: "Amigo de andar bien vestido y lustroso, bueno para comer y beber. Muy afable y humano con todos. Pero tenía dos cosas que oscurecían su persona: aborrecía a los hombres nobles y de ordinario estaba amancebado con una mujer española".
El abrupto final de la vida de Lautaro
La guerra de Lautaro no terminó con Valdivia. En febrero de 1554, con las tropas apenas recuperadas, derrotó nuevamente a los españoles dirigidos por Francisco de Villagra, realizando el saqueo y primera destrucción de la ciudad de Concepción (fundada por Valdivia en 1550). Tuvo que parar de asediar a los castellanos por culpa de las enfermedades que habían traído los europeos, que empezaron a extenderse entre la población nativa de Chile, y de las malas cosechas. Pero dos años después continuó expulsando a los españoles del Valle Central.
El líder, que en su día habría huido de las atrocidades cometidas de Valdivia, comenzó a ejercer su fuerza de forma excesiva para someter como sirvientes a su causa a otros indígenas de la región, que se alienaron de la rebelión de Lautaro y comenzaron a cuestionar su autoridad. Fueron otros caciques de su pueblo quienes filtraron a Villagra las informaciones necesarias para pillar desprevenido a su jefe miliar. El 30 de abril de 1557, los españoles atacaron por sorpresa el campamento de Lautaro y terminaron con su vida. Tenía veintitrés años.
La Guerra del Arauco, que enfrentó a los españoles y los pueblos originarios, se prolongó en distintas formas e intensidades durante más de dos siglos. La independencia de Chile de España no se produciría hasta 1818.