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4 obras de ciencia ficción espacial que olvidaron la ciencia

  • Algunas de las mejores películas sobre el espacio contienen errores garrafales
  • La ciencia ficción pone al límite el conocimiento científico, aunque genera interés
  • Ciencia y ciencia ficción se retroalimentan e inspiran mutuamente

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Un agujero negro fotografiado en la realidad y su reproducción en Interstellar, sobreimpresionados en un fotograma de la película
Hasta que tuvimos la oportunidad de observar un agujero negro, era poco más que una entelequia matemática. Los modelos nos permitían imaginar su forma y particularidades, confirmadas luego por observación.

"Una peli para pasar la tarde". Entender la ciencia ficción como un mero entretenimiento para la mente humana es comprensible y muchos disfrutan sus productos considerándola como tal. Un momento de ocio dedicado a tragar palomitas con la vista clavada a una pantalla grande y luminosa o a poner los pies en alto mientras pasamos hojas y hojas de relatos que nos llevan lejos de nuestra limitante realidad. Sin embargo, esta consideración no es justa para el género.

Las obras de ciencia ficción son reconocidos por partir de conceptos científicos que luego se ponen al límite, en mayor o menor medida, para buscar las fronteras de nuestra imaginación o por plantear dilemas que solo se ven de forma diáfana cuando se deforma suficientemente la realidad. Esas dos características le convierten en productos con gran potencial para la divulgación y la reflexión filosófica, en definitiva, una gran herramienta para activar el cerebro.

Vídeo resumen del noveno episodio de la 4ª temporada de 'El cazador de cerebros' sobre la ciencia espacial de la que habla la ciencia ficción

Por lo que hace a la ciencia ficción ambientada en el espacio, desde los famosos gazapos en los que incurre 'Armageddon' hasta la increíble precisión en los modelos matemáticos de 'Interstellar' (donde se nota el asesoramiento del Nobel de Física, Kip Thorne), la ciencia ficción tiene un abanico muy amplio de niveles de realismo. Veamos los cuatro que se analizaron en el programa “Realidad o Ficción: La conquista del universo” de ‘El cazador de cerebros’ emitido el pasado lunes 30 de noviembre.

Gravity

El planteamiento de la película de Alfonso Cuarón no sólo tiene una interesante base científica si no que el fenómeno que describe su impresionante arranque tiene un nombre específico: el Síndrome de Kessler. En la actualidad, la basura espacial no para de aumentar y la tendencia es de crecimiento exponencial. Los planes de instituciones públicas y privadas de todo el mundo y el abaratamiento de las misiones espaciales gracias a innovaciones del sector privado como Space X o Blue Origin aumenta el riesgo de que se acumule tal cantidad de objetos en órbita que se pueda acabar desencadenando una cascada de peligrosos choques. Ahora bien, esto hoy por hoy es difícil por qué la basura espacial tiende a seguir la misma órbita que describía el objeto antes de dejar de ser funcional: es poco probable que interfiera otras órbitas. Dicho esto, algunos accidentes han sucedido en el pasado y todo apunta que cada vez será más difícil evitarlos.

El gran problema de credibilidad de Gravity reside en la forma en la que los personajes se desplazan a diferentes instalaciones espaciales. De la órbita de la Estación Espacial Internacional al telescopio Hubble, por ejemplo, hay decenas de kilómetros de distancia y órbitas muy diferentes y no es tan fácil moverse de una a la otra, tal como nos explicaba el ingeniero Ignacio Arruego en el episodio “Realidad o Ficción: La conquista del universo” de ‘El cazador de cerebros’.El hecho de que la maniobra la lleve a cabo George Clooney con una especie de jetpack que ni tan siquiera se molesta en colocar exactamente en su centro de gravedad corporal para evitar empezar a dar vueltas sobre su eje lo convierte en una escena más bien cómica.

Por cierto, ¿el mismo George Clooney silbando dentro de su traje espacial? Pura ciencia ficción: no hay suficiente presión de aire en el interior del equipo.

The Martian

Los expertos tienen por seguro que acabaremos pisando la superficie del planeta rojo, pero los plazos que marcan tanto NASA como las agencias privadas suenan más a ciencia ficción. En todo caso, ir y volver de nuestro planeta vecino dependerá de nuestra capacidad de enviar misiones previas que generen y almacenen el combustible y los recursos necesarios para alimentar la estancia y el regreso de la primera misión humana.

El gran error de 'The Martian', tal como nos contó el astrofísico Jorge Pla García, sucede justo al inicio: el accidente que sufre el astronauta Mark Witney por un golpe de viento marciano no podría haber sucedido nunca. La atmósfera de Marte, mayormente compuesta de CO2 y fino polvo, es tan fina que no es capaz de generar un vendaval de esa fuerza y consecuencias.

Contact

Carl Sagan se inspiró en la astrónoma Jill Tarter para crear la protagonista de su célebre novela ‘Contact’ que el 1997 Robert Zemeckis convirtió en una inspiradora película de ciencia ficción. Jodie Foster llevó a la gran pantalla a la luchadora científica del SETI, bajo el nombre fictício de Ellie Arroway, interpretando su obstinada dedicación a buscar tecnomarcadores que indiquen la existencia de una civilización avanzada extraterrestre, ya sean señales de radio u ópticas.

Uno de los fenómenos espaciales de los que habla ‘Contact’ es el de los agujeros de gusano, o puentes de Einstein-Rosen, teorizados a partir de las ecuaciones de relatividad general pero nunca observados. Aunque el agujero de gusano descrito en la película tiene muy poca base científica, los métodos de la incansable búsqueda de señales extraterrestres -acompañada de un incesante esfuerzo para dotar de fondos el proyecto- son reales. Es lo que ha estado haciendo durante toda su vida la ex directora del SETI, Jill Tarter, que durante la entrevista con ‘El cazador de cerebros’ lamentó un error garrafal en un diálogo de la película.

Se trata una versión mal formulada y simplificada del cálculo sobre la Ecuación de Drake. Tal como lo plantea la protagonista de ‘Contact’, el resultado de posibles civilizaciones presentes en la Vía Láctea es un porcentaje varias veces inferior a 1.

"Ellie Arroway: You know, there are four hundred billion stars out there, just in our galaxy alone. If only one out of a million of those had planets, and just of out of a million of those had life, and just one out of a million of those had intelligent life; there would be literally millions of civilizations out there. Palmer Joss: [looking the night sky] Well, if there wasn't, it'll be an awful waste of space."

Interstellar

La apasionante película se beneficia mucho del asesoramiento del Nobel de Física Kip Thorne, pero Christopher Nolan se permitió claramente algunas licencias. Es necesario decir que la recreación del agujero negro que muestra la película se basó en modelos matemáticos supervisados por el mismo Thorne y, como resultado, la recreación se asemeja mucho a lo observado hasta la fecha.

Sin embargo, es muy poco probable que una persona pudiera adentrarse en un agujero negro y sobrevivir. Aunque, evidentemente, no sabemos qué hay más allá del 'horizonte de sucesos', todos los cálculos apuntan a que la gravedad tiende al infinito conforme nos acercamos al centro. De esta manera, se supone que cualquier masa que se acercara a ese punto de no retorno sufriría la llamada “espaguetificación”: un estiramiento brutal de la materia del cual ningún objeto -ni persona- podría recuperarse.

Larga vida a la ciencia ficción

Todas las obras de ciencia ficción tienen la capacidad de despertar la curiosidad y la imaginación humana. De la ficción basada en ciencia al conocimiento científico hay un paso corto y natural, y no son pocas las veces que la primera ha inspirado los avances en investigación y desarrollo de la ciencia, y viceversa.

La ciencia se alimenta de la curiosidad humana y esta vive de nuestra imaginación.

El potencial de divulgación de la cultura sci-fi es tan importante que supera cualquier imprecisión o error: es justo poner de relieve la capacidad de la ciencia ficción de despertar el interés en la investigación científica. La ciencia se alimenta de la curiosidad humana y esta vive de nuestra imaginación.

El episodio 'Realidad o Ficción: La conquista del espacio'

El análisis sobre la ciencia ficción espacial, junto a un interesante repaso al estado del desarrollo científico-tecnológico actual de la exploración espacial, se pueden disfrutar en el noveno episodio de la cuarta temporada de 'El cazador de cerebros', 'Realidad o Ficción: La conquista del espacio', emitido por La 2 de TVE el lunes 30 de noviembre y ya disponible a la carta. 'El cazador de cerebros' se emite cada lunes en La 2 a las 20 h.