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Experimento

¿Sabíais que los cerdos no sudan?

  • ¡Qué animal! muestra con una cámara térmica cómo varia la temperatura de un cerdo
  • Los gorrinos no sudan porque no tienen glándulas sudoríparas
  • Los cerdos se revuelcan en el barro para regular su temperatura y refrescarse

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¡QUÉ ANIMAL! - ¿Sabíais que los cerdos no sudan?

Los cerdos domésticos comparten muchas características con el jabalí. Forman grupos matriarcales y les encantan los baños de barro para regular su temperatura. No pueden transpirar porque no tienen glándulas sudoríparas, así que, el fango les ayuda a enfriar su cuerpo cuando hace calor. Por eso, cuando os digan “estás sudando como un cerdo”, que sepáis que es ¡imposible!

Los cerdos en el barro, los perros sacando la lengua, los humanos sudando… el objetivo siempre es el mismo, ¡refrescarse! Y el principio físico que hay detrás también: el calor latente de evaporación. Evelyn Segura, bióloga y presentadora del programa, nos explica este principio con la ayuda de un botijo. ¿Cómo puede enfriar el agua estando a pleno sol? La clave está en la evaporación del agua en su superficie.

Las moléculas de agua que hay dentro de un botijo caliente se mueven más deprisa. Como la arcilla es un material poroso, algunas moléculas chocan contra las paredes del botijo y salen al exterior a través de unos orificios microscópicos. Esta agua se evapora por efecto del calor. Pasa de líquido a gas y se lleva parte de la energía al exterior. Por eso, el agua que se queda dentro del botijo baja su temperatura. La cantidad de energía que necesita el agua para pasar de sólido a gas es el calor latente de evaporación.

Si la humedad exterior es baja un botijo puede llegar a enfriar el agua entre ¡10 y 15 grados! ¡Casi como una nevera!

Con la ayuda de una cámara térmica vemos también cómo varia la temperatura del cuerpo de nuestra presentadora. Vemos cómo cambia cuando Evelyn se pasa un cubito de hielo por el brazo o al acercarse aire caliente al pelo. Gracias a la cámara térmica vemos también cómo la humedad le permite al gorrino mantener la temperatura corporal cuando aprieta el calor.

Nuestro sudor tiene el mismo efecto. Por ejemplo, si vamos en bicicleta y sudamos un litro de agua neutralizamos el calor generado por el organismo durante unos 40 minutos. Sin ese proceso, nuestra temperatura corporal aumentaría ¡más de 5 grados! Si no sudáramos, acabaríamos ¡mucho más acalorados!