Javier, Antony y Albert revolucionan a los abuelos de MasterChef
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Estas Navidades, MasterChef ha querido acompañarnos por partida doble. Primero con el estreno de MasterChef Junior, y ahora con el homenaje a los abuelos. Pero además, en este especial que ha ganado Guadalupe, han querido juntar a ambos, y algunos de los concursantes de las últimas ediciones han estado ayudando y dando ideas de cocina de vanguardia a sus recetas más tradicionales. Entre ellos han estado Javier y Antony, que siguen sin llevarse bien, y Albert, que como siempre ha dejado muy buenos momentos, como ha hecho Loles León.
Javier y Antony, la amistad imposible
Como hemos podido ver en los dos primeros programas de MasterChef Junior 8, Antony y Javier no se entienden. No pueden trabajar juntos y parece imposible que se lleven bien: “Es que me pone enfermo, le tengo alergia. No puedo estar con él”, ha comentado el benjamín. Los jueces pidieron a los dos más rebeldes de la octava edición que se portaran bien, y aunque Javier dijo que no prometía nada, como no trabajaron juntos no hubo riña entre ellos.
José, de los nervios con Antony
Cuando fue Jordi a preguntarle a José cómo llevaban la elaboración, el valenciano no pudo callarse: “Madre mía lo que me ha tocado”, y no lo decía por el plato, sino por su ayudante, Antony, que le empezó a meter prisa desde el primer momento. Por todos es conocido ya el nerviosismo del junior en cocinas, y en esta ocasión sacó de quicio al concursante senior: “Yo soy nervioso, pero este es el doble. Me está volviendo loco”. “Hay que hacerlo rápido porque queda poco tiempo”, de ahí le venían las prisas.
Albert: “Me gusta cocinar, pero sobre todo comer”
Albert ya le había avisado a Aurelia, a él le gusta cocinar, pero sobre todo comer. La zamorana pensaba que conseguiría que trabajase, pero solo ha podido hacer que Albert, sin apenas haber hecho nada, se cansara, y cuando por fin se decidió a ayudar, bañó de agua a Jordi y Loles, y cuando se estaba haciendo la comida, decidió apagar el fuego. “La madre que lo parió, peor que un nieto que tengo”, comentó la concursante durante el cocinado.
Para Javier lo importante es la cata del plato
Quien también sufrió con su ayudante fue Lidia. Javier se estaba portando muy bien, y le ayudó mucho, pero es puro torbillo, y también la lió en cocinas. Bueno, sobre todo, hizo lo que más le gustar: pilla y catar la comida. Lidia, para que la dejara en paz, le dijo que comiera ¡y Javier se puso las botas! Su valoración fue: “Merece la pena hacerlas. Si presentamos cinco, sobra una, mejor presentar cuatro y la otra para mí”. “Este me está dando la vida mártir” ha llegado a decir la de Zamora.
Loles León quiso saber qué había aportado Javier al plato, y él fue lo más sincero del mundo: “He aportado la cata, que está riquísima”, aunque luego en la presentación también dijo que la idea de la baja temperatura había sido suya. ¡Y sí era verdad que esas chuletillas de lechazo a la divina paciencia estaban ricas!