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MWANGI HUTTER. Close By Between Us

  • Emisión: 11 de enero de 2021

Por
Metrópolis - Mwangi Hutter

Con motivo de su reciente exposición Close By Between Us en el CAAM (Centro Atlántico de Arte Moderno) de Gran Canaria, Metrópolis dedica un programa monográfico a Mwangi Hutter, la entidad artística formada en 2005 por Ingrid Mwangi y Robert Hutter.

Ingrid Mwangi y Roberto Hutter nacieron a miles de kilómetros de distancia, en Ludwigshafen (Alemania) y Nairobi (Kenia), y empezaron a colaborar a finales de los años 90, cuando sus caminos se cruzaron en la clase de New Media Art impartida en la universidad de Sarrebruck por la artista Ulrike Rosenbach y enfocada hacia la performance y el vídeo como nuevos medios de expresión artística. En 2005 decidieron fusionar sus nombres y biografías en una sola entidad artística con personalidad de doble género y multicultural, que refleja también el cruce de fronteras y la búsqueda de identidad, tan presentes en su obra. Actualmente viven entre Ludwigshafen, Berlín y Nairobi.

Después de haber expuesto en diversas instituciones culturales internacionales y en certámenes como las Bienales de Venecia, La Habana o Dakar, el CAAM presentó en 2020 su primera exposición en España. Comisariada por Simon Njami, Close By Between Us expone la visión del dúo keniata-alemán en torno a la unificación y la pacificación de los contrastes: femenino-masculino, africano-europeo, negro-blanco, frente a las políticas de la diferencia.

El cuerpo es, y ha sido siempre, el medio de expresión central para Mwangi Hutter, empezando por las video-performances tempranas Neger (1999) y Through The Wind (1993), todavía realizadas de forma individual, pero firmadas, desde 2005, como colectivas, al igual que el díptico fotográfico Static Drift (2001). Desde el principio compartieron preferencias formales, pero también preocupaciones personales y políticas como la violencia, la discriminación o el racismo: en el fotomontaje If (2003), basado en la famosa imagen publicada en 1939 en una revista alemana, los dos artistas personificaron a Hitler y a las mujeres llenas de admiración que le rodean. En la confrontación con estas problemáticas, la utilización del cuerpo y su inserción en un contexto real se convierten en estrategia esencial, tanto para la comprensión del problema mediante una experiencia vivida en carne propia, como para la comunicación con el espectador. Así, en la acción Fence (2009) el dúo ofreció el torso desnudo de un hombre blanco como pantalla, sobre la que el público de Johannesburgo podía escribir sus mensajes. El vídeo Dandora Pool (2012) nos transporta a uno de los inmensos vertederos en los que las sociedades ricas depositan sus residuos y que se han convertido en hábitats de seres humanos menos privilegiados. Nuestra relación con el medio ambiente, otro de los temas recurrentes de Mwangi Hutter, es tratada también en la instalación escultórica Aesthetic of Uprising II (2011) o la fotografía For The last Tree (2012), y la casa en ruinas de Nairobi poblada por un fantasma solitario que vemos en el video In my House (2006), podría interpretarse como representación del destino del planeta Tierra.

En obras como la videoinstalación Blood Poem (2006), donde los artistas se tatúan poemas breves o mensajes en la piel, el cuerpo humano es expuesto en toda su vulnerabilidad, a la vez que utilizado como lienzo y medio de comunicación. En opinión de Simon Njami, “el cuerpo como pantalla, el cuerpo como lienzo en blanco, es algo que evidentemente les ha atraído: a partir de dos lienzos diferentes que tenían, han creado un tercer lienzo, que son ellos dos; y, en ese tercer lienzo, sus cuerpos y sus mentes se han mezclado para producir una tercera entidad, que es Mwangi-Hutter.” Esta convergencia se plasma de manera sumamente poética en el tríptico compuesto por Seeing Beyond The Inevitable, Roots Out Of The Substance Of The Soul y To Make The Wait Taste Sweeter (2017), donde se difuminan los límites entre los cuerpos en un abrazo de la pareja que ha sido trasladado al lienzo en un acto performativo que transciende la mera representación pictórica. Mother Of All Things, Abounding Midway y Heartbeat Beat (2016) conforman otro tríptico en el que los cuerpos son construidos a partir de las huellas dactilares de los artistas.

Estas series, al igual que los dos videos Commune In Dark (2017) y Commune In Light (2018) evidencian la evolución del proyecto de fusión de la pareja en años recientes. Dice Simon Njami que “Las fusiones –incluso en el sentido atómico– son procesos en los que el tiempo tiene una importancia esencial. Creo que partieron de un concepto, de una abstracción, que poco a poco se fue transformando en algo físico y cotidiano. Y también se han dado cuenta de que, como dúo, eran capaces de producir ecos, de producir notas, que, como solistas, no habrían podido obtener. ” Para los artistas, tanto el amor que los une como la divergencia entre sus historias personales, han sido esenciales para el desarrollo de su obra. Esa singular convivencia entre los contrastes y los pasos dados hacia su reconciliación confieren una importante dimensión política hasta a las obras más personales e íntimas de Mwangi Hutter.

La belleza y la fuerza que pueden resultar de la integración de las diferencias se hacen evidentes en obras como la escultura Close By Between Us (2017), donde los brazos de un hombre y de una mujer se juntan alrededor de un ramo de uvas, o la instalación And We Remain (2017), en la que cuerdas de color oscuro se enrollan con otras de color claro para formar una nueva cuerda prácticamente invencible. En los dos dípticos fotográficos From The Other Side Of Daylight (2017) y On the Other Side of Midnight (2017) el dualismo blanco-negro es puesto en entredicho mediante la acentuación de la gama de matices existentes, y el título del cuadro Nothing Either Good Or Bad, Thinking Makes It So (2016) refleja la convicción del dúo de que los dualismos son, en realidad, conceptos abstractos utilizados para establecer convenciones que separan y enfrentan a los seres humanos. En este cuadro, al igual que en el díptico compuesto por Time Never Lies (2016) y Time Never Cries (2016) o la fotografía Ozone (2007), juegan con la yuxtaposición del positivo y negativo fotográfico.

Otras obras con clara vocación política son Man of War (2006), una videoinstalación que resalta el contraste entre la inocencia de un niño y la violencia de la guerra representada por un montón de botas militares, y las enigmáticas instalaciones escultóricas Proximity of Imperfect Figures (2015) y Dark Golden Ease (2019), que evocan un amplio abanico de potenciales interpretaciones. Los tapices de jute en tonos marrones y dorados que conforman el mural In Minds Memories (2019) resaltan la riqueza y belleza de los matices; y el díptico videográfico Act Of Leaving The Body (2015) nos remite al mundo espiritual, donde finalmente se trascienden todas las fronteras.

El de Mwangi Hutter es un activismo poético y silencioso, pero va mucho más allá de los discursos filosóficos y políticos en torno a la integración, porque lo encarnan y viven a diario en sus personas, a la vez que comparten esta experiencia a través de sus obras. Con su proyecto artístico y vital demuestran que la conciliación de las diferencias y, en consecuencia, la coexistencia pacífica, son no solo posibles, sino sumamente enriquecedoras.