David Bowie es recordado por Iman, su amor eterno e inmortal
- La supermodelo africana ha recordado a su marido, David Bowie, el día en el que cumpliría 74 años
- Musa de Versace, Calvin Klein e Yves Saint Laurent, se casó con el intérprete de 'Ziggy Stardust' en 1992
- "Mi hija una vez me preguntó si me volvería a casar y le dije que nunca", dice en una entrevista con Haarper's Bazaar
David Bowie es un icono de la música y la moda que sigue inspirando la más intensa devoción. Cinco años después de su muerte, sus admiradores recuerdan su legado y su nombre es tendencia. Su sonido, su estética y sus numerosos álter egos lo convirtieron en uno de esos iconos cuya obra no cabe en un sólo arte, y su influencia sobre otros sólo puede empezar a estimarse. Se le imagina llevando una vida fastuosa, llena de glamur y de excesos, a la altura de el excéntrico genio que en vida fascinó con su mirada bicolor.
Pero junto a su mujer, Iman, siempre llevó una vida hermosa y normal. La supermodelo somalí, musa de Versace, Yves Saint Leurent o Calvin Klein, se casó con David Bowie en 1992, y estuvo junto a él hasta su muerte. En su reciente entrevista con Haarper's Bazaar, salió de ella comenzar a hablar del modo en que añoraba a su marido: "Llevábamos una vida bonita y ordinaria, por eso era maravillosa. Podíamos vivir en Nueva York, recoger a nuestra hija del colegio, ir andando a todas partes... Ojalá hubiésemos tenido más tiempo".
La top vive rodeada de recordatorios del artista, presente en su hija Lexi, en Duncan —el primer hijo de David Bowie—, y en su perro, Max. Como por arte de magia, este bichón habanero tiene un ojo azul y un ojo marrón, igual que su famoso dueño. Y, para Imán, este es detalle más atípico de su familia.
"Éramos un matrimonio realmente corriente. Él era un caballero muy divertido y cálido. Todo el mundo habla de lo futurista que era, pero en realidad no era así. Nada le gustaba más que vestir un traje de tres piezas", dice en la entrevista.
El nombre real de Iman es Zara Mohamed Abdulmajid, y fue una de las primeras supermodelos africanas. Se conocieron en 1990, cuando los presentó un amigo en común, y David Bowie cayó rendido: "Mi atracción hacia ella fue inmediata e integral, lo abarcaba todo. Tenía tantas ganas de nuestra primera cita que no pude dormir", contaba el artista. "En mi cabeza siempre supe que sería mi mujer. Nunca he perseguido nada en mi vida con tanta pasión. Sabía que era ella".
En la pieza de Haarper's Bazaar, donde Iman también reflexiona sobre su herencia africana y su apoyo a Joe Biden, habla de su situación personal y del hueco que su marido dejó en su vida. "A veces me siento sola, pero soy una de esas personas, gracias a Dios, que disfrutan de su propia compañía". Pese a eso, o tal vez por ello, afirma que tiene a su marido siempre presente y que no tiene interés en rehacer su vida con otra persona.
"Sabes, él era mi verdadero amor. Mi hija me preguntó una vez si me volvería a casar, y le dije que nunca".
La vida personal de David Bowie siempre intrigó a los medios y a su público, y desde el primer día el joven artista le sacó partido a este interés llamando la atención sobre su vida personal y sus preferencias sexuales. En 1972 se declaraba abiertamente bisexual en una entrevista con Melody Maker, y años después manifestaba cierto arrepentimiento.
Según comprobó en años posteriores, instrumentalizar su vida personal se convirtió al tiempo en lo mejor y lo peor que podía haber hecho. Por un lado, potenció la campaña de The Rise And Fall of Ziggy Stardust and The Spiders For Mars, donde Bowie personificaba un alter ego solitario, andrógino y espiritual que se proponía con su amor salvar a la humanidad de la extinción. Por otro, lo declaró enemigo del puritanismo americano y redujo, para el artista, el alcance de su proyecto en ese primer momento.
"No tenía ningún problema con que la gente supiera que era bisexual, pero no tenía ganas de portar ningún estandarte o ser el representante de ningún grupo de personas. Yo sabía lo que quería ser, compositor e intérprete, y sentí que la bisexualidad se convirtió en el titular durante demasiado tiempo. Estados Unidos es un lugar muy puritano y eso se interpuso en el camino de muchas cosas que quería hacer", dijo en una entrevista.
Sus grandes romances conocidos fueron con mujeres: primero Lindsay Kemp y después la también bailarina Hermione Farthingale, a quien dedicó canciones como "Letter to Hermione" o "Life on Mars?". Antes de Iman, Bowie ya estuvo casado con Mary Angela Barnett, con quien mantuvo una relación abierta y nunca fingió compartir un amor verdadero: "Nos casamos para que me diesen un permiso de trabajo", dijo Barnett, que afirmó que Bowie nunca la quiso y no obstante se convirtió en madre de su primer hijo.
La biografía de su exmujer, 'Vida en el lado salvaje con David Bowie', cuenta una historia distinta a la de Iman desde su mismo título. Pero Bowie vivió en la ambigüedad, las contradicciones voluntarias y los rostros cambiantes: a veces extraterrestre, a veces hombre, a veces Dios, nunca vulnerable o conocido por completo. Así se convirtió en el icono que ha quedado impreso en vinilo y celuloide. Hoy habría cumplido 74 años.