Imposible no llorar con los niños de MasterChef y sus abuelos
- El ilusionista Jorge Blass hizo aparecer por arte de magia a los abuelos de los aspirantes
- Los niños cocinan el plato estrella de sus abuelos en la primera prueba de la semifinal
- Conoce a los cuatro finalistas de Masterchef Junior y vota por tu favorito
La semifinal de MasterChef Junior 8 arrancó con terror y con magia. El terror lo trajeron los jueces disfrazados de La Monja, Pennywise y Freddie Kruger, y la magia la trajo el ilusionista Jorge Blass que se sacó de la chistera unos trucos más que ocurrentes para hacer aparecer por sorpresa a los abuelos de los jóvenes aspirantes.
Antes de empezar la primera prueba de la noche, los jueces presentaban “La mansión encantada de MasterChef Junior” junto a una misteriosa caja. Ante el asombro de los niños, llegó Jorge Blass con la intención de sorprenderles tanto a ellos como a la audiencia. El ilusionista quiso que Antony fuera el voluntario del primer truco de magia, y nadie se imaginaba que fuera capaz de hacer levitar la misteriosa caja, ni mucho menos que aparecería de dentro la abuela del mini chef.
Los niños se emocionaron con sus abuelos
Y tras la primera sorpresa de la noche y con el resto de aspirantes con los sentimientos a flor de piel, el ilusionista continuó su ‘show’ con un divertido juego de cartas. Transformaba los “ases” en las fotos de sus seres queridos y e iban apareciendo por arte de magia los abuelos de Javier, Nicolás.
Fue imposible no llorar en uno de los momentos más mágicos de la edición en el que los pequeños disfrutaban con ternura la visita de sus abuelos. Pero ahí no acababa la cosa, la primera prueba de la semifinal necesitaba y mucho de la presencia de sus abuelos. Los aspirantes tuvieron que cocinar el plato estrella de toda la vida aportando el toque vanguardista de MasterChef. ¿El premio? Una cena con toda la familia en el Restaurante MasterChef.
Las normas del cocinado permitían a los abuelos ayudar a sus nietos, pero únicamente con indicaciones y consejos, sin ponerse la chaquetilla ni meter mano a la cocina. Todos parecían tener una buena relación con sus familiares, aunque algunos eran más eficientes que otros. El que quizás más nos sorprendió fue Javier, que tuvo muy claro desde el principio cómo replicar la sopa de ajo de su abuelo, con un huevo poché. La ganadora de la prueba fue Henar, que maravilló al jurado con su “Fantasía de rabo de toro, la versión actualizada de la receta de su abuelo Daniel.