¿Es posible ver auroras boreales en España? Te contamos su historia
- Para ver auroras boreales en España el Sol debe emitir muchísimas partículas cargadas, conocidas como viento solar
- En España las hemos visto varias veces: la más importante se vio durante la Guerra Civil, en el año 1938
- Isabel Moreno, nuestra meteoróloga nos cuenta: ¿qué circunstancias deben darse verlas en nuestro país?
Lo sabemos, las imágenes de auroras son espectaculares. Unas luces completamente hipnotizantes que vemos en áreas polares del planeta por la interacción con la atmósfera de las partículas cargadas que nos llegan del Sol.
El Sol emite partículas cargadas al espacio, lo que conocemos como viento solar. Por suerte, nuestro planeta tiene un escudo protector: el campo magnético que desvía esas partículas. Este campo magnético puede asemejarse a dos lóbulos que salen de los polos, como un “8 tumbado” en cuyo centro se encuentra la Tierra. Por eso las auroras suelen verse en los polos, donde las partículas son capaces de adentrarse hacia nuestro planeta e interaccionar con la atmósfera.
Pero, en ocasiones, el Sol emite muchísimas partículas de este tipo y altera nuestro campo magnético, lo que conocemos como “tormentas geomagnéticas”, que pueden durar desde varias horas hasta días. Son en estas situaciones en las que se deforma el campo magnético en las que podemos ver auroras en latitudes más bajas, como en España.
Auroras boreales en España
Como hemos comentado, para ver auroras boreales en España el Sol debe emitir muchísimas partículas cargadas. Debe ser una tormenta geomagnética intensa, como la que tuvo lugar en 1859, conocida como “el evento Carrington”. Esta tormenta ha sido la más potente registrada en la historia y provocó que se vieran auroras boreales en ciudades como Madrid, Roma o, incluso en La Habana.
Pero en España hemos visto más veces auroras boreales, como desde Galicia en marzo de 1989 o, la más reciente, en el año 2003 desde Asturias. Pero, tal vez, la más famosa fue la que tuvo lugar el 25-26 de enero de 1938 en medio de la Guerra Civil y que sembró el pánico entre la población. El cielo se cubrió de rojo, lo que mucha gente asoció con un incendio o un bombardeo en lugares cercanos… nada más alejado de la realidad, puesto que lo que estaban observando tanto desde España como desde otros países europeos era una aurora boreal.
¿Por qué se ven rojas desde España?
Cuando pensamos en auroras boreales, imaginamos esos tonos verdes, amarillos... pero las auroras pueden tener distintas tonalidades en función del elemento que esté emitiendo esa luz y dónde esté.
Los tonos verdes se producen por la interacción de las partículas cargadas del Sol con el oxígeno que está a unos 100-200 km de altura. Pero en tormentas solares más intensas, el viento solar puede interaccionar con el nitrógeno en capas más bajas, dando como resultado tonos azules/violetas y con el oxígeno que está en capas más altas, emitiendo un tono rojo. Precisamente es el que vemos desde nuestras latitudes, la luz emitida por el oxígeno en las capas altas de la atmósfera a más de 200 km de altura.
Otros efectos de las tormentas geomagnéticas
Como hemos comentado antes, además de darnos fantásticas auroras boreales, las tormentas geomagnéticas intensas pueden causar problemas en infraestructuras y en las personas. Pueden afectar a satélites (pensemos en las telecomunicaciones, por ejemplo), aviones… y a los sistemas de distribución de energía.
Por ejemplo, el Evento Carrington que hemos mencionado antes y que dejó auroras en ciudades como Madrid o Roma, también causó daños en el telégrafo. ¡Y hay ejemplos más recientes! La tormenta geomagnética de marzo de 1989, en la que también se vieron auroras en España, causó un apagón en Quebec.
Por suerte, tenemos organismos que se encargan de vigilar el Sol y avisar a las administraciones implicadas para minimizar el impacto de estas partículas en nuestro día a día. El mayor efecto que podría tener este tipo de eventos será teñir el cielo con los colores de las auroras.