Día Mundial de los Humedales: un ecosistema subestimado
- Un humedal es una zona que está saturada o inundada de agua de forma natural o artificial, permanente o estacionalmente
- Sin embargo, los humedales se enfrentan a grandes riesgos que están fomentando su degradación y desaparición
- Isabel Moreno nos cuenta la importancia y diversidad de este ecosistema en Aquí la Tierra
El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, unos ecosistemas muy importantes en el planeta y para la humanidad. Este día conmemora la firma del convenio de Ramsar para la conservación de estos ecosistemas hace 50 años, en 1971. Cada año este día se celebra bajo un lema y este 2021 está centrado en el agua dulce para visibilizar esta crisis y su impacto en ellos: “Los humedales y el agua”.
¿Qué son los humedales?
Un humedal es una zona que está saturada o inundada de agua de forma natural o artificial, permanentemente o estacionalmente. De esa forma, encontramos tres tipos de humedales: de agua dulce (ríos, lagos, turberas, llanuras de inundación…), de agua salada (estuarios, manglares, albuferas…) o artificiales (arrozales, embalses, salinas…).
Los datos nos hablan de la importancia de los humedales
Sólo el 2,5% del agua del planeta es dulce y, de ella, podemos utilizar menos del 1% . Para hacernos una idea visual de cuánto es esto: si toda el agua del planeta estuviera en una garrafa de 40 litros, el agua que podríamos usar sería el taponcito de una botella de plástico.
Los humedales proporcionan la mayor parte de esa pequeña cantidad de agua y, además, son puntos muy calientes de biodiversidad. Se estima que el 40% de las especies vegetales y animales de la Tierra viven o se reproducen en zonas húmedas.
Los riesgos a los que se enfrentan los humedales
Sin embargo, los humedales se enfrentan a grandes riesgos que están fomentando su degradación y desaparición. Desde 1700, en torno al 90% de los humedales han desaparecido por diversos motivos. Uno de ellos es el mayor consumo de agua por parte de la humanidad. La demanda de este recurso se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y continúa aumentando anualmente.
Además, hay más motivos que han favorecido la degradación y pérdida de humedales, como la contaminación, los cambios en el uso de la tierra, la construcción de diques, canalizaciones o el desarrollo de determinadas infraestructuras.
Pero estos ecosistemas se enfrentan a más retos, como el cambio climático. La subida de temperaturas en algunas zonas, los cambios en las precipitaciones y la subida del nivel del mar están reduciendo la cantidad de agua disponible o alterando las propiedades de estos ecosistemas.
¿Qué podemos hacer para mejorar la salud de los humedales?
Como hemos visto, los humedales se enfrentan a diferentes retos, por lo que son muchas las acciones que se pueden tomar para protegerlos. Por ejemplo, es necesario gestionar de forma adecuada el agua. Hacer un uso adecuado de este bien escaso ayudará a proteger los humedales ¡y viceversa! Protegiendo, restaurando y utilizando racionalmente el agua de éstos, se podrá satisfacer una mayor demanda de agua de forma sostenible.
Por otro lado, podemos ayudar desde casa porque ¡nuestras decisiones individuales cuentan! Si pensamos en el agua que utilizamos en nuestro día a día, seguramente se nos venga a la cabeza la que empleamos directamente del grifo, ¡pero hay más! Además del uso directo que hacemos de ella, consumimos agua de forma indirecta a través de los alimentos e, incluso, la ropa que llevamos. Por ejemplo, minimizar el desperdicio de comida es una buena forma de no derrochar agua. Con las acciones que emprendamos para luchar contra la crisis climática, también protegeremos los humedales ante ese riesgo.
¿Un motivo más para hacer todo lo que esté en nuestra mano desde todos los sectores? Los manglares, las marismas saladas o las turberas son muy eficaces para absorber y almacenar carbono. Protejamos los humedales y ellos nos protegerán de otros riesgos, como el cambio climático.