Felisa Martín Bravo: la primera doctora en físicas y primera meteoróloga de España
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El día 11 de febrero se celebra el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Un día en el que vamos a dedicar un post especial para recordar a la primera doctora en físicas de España que también fue la primera meteoróloga del país: Felisa Martín Bravo.
Felisa fue la primera Doctora en Físicas en España
Felisa nació en San Sebastián el 11 de junio de 1898. En 1918 se trasladó a Madrid para estudiar Ciencias Físicas en la universidad, licenciándose con 24 años y continuando su carrera investigadora bajo la tutela de Blas Cabrera.
Además, trabajó en el laboratorio de Investigaciones Físicas, siendo la primera mujer tanto en el grupo del que formaba parte, dirigido por Julio Palacios. Se especializó en el estudio de redes cristalinas con aparatos de rayos X y en 1926 defendió su tesis, convirtiéndose en la primera mujer de España en obtener el título de Doctora en Física y, además, con una calificación de sobresaliente.
En 1928 superó las oposiciones para ingresar en el Servicio Estatal de Meteorología
Felisa continuó su trayectoria profesional en el extranjero durante unos años. Después, volvió a España y se preparó las oposiciones para acceder al Servicio Meteorológico Español (lo que actualmente es AEMet). Así fue como en 1929 se convirtió en la primera mujer en ingresar en este organismo (y la única hasta 1935, cuando se convocaron nuevas oposiciones).
Pero su ingreso en el Servicio Estatal de Meteorología no la hizo abandonar la rama de estudio en el que había basado su tesis. Compaginó este trabajo ahondando más su investigación sobre estructuras cristalinas en el Instituto de Física y Química de la Universidad de Madrid.
Más adelante, en 1932, consiguió una beca y viajó a Cambridge para estudiar técnicas de espectrografía de rayos X y, además, sistemas de sondeo atmosférico. Al regresar, volvió a formar parte del Servicio Meteorológico Nacional (como se llamaba este organismo desde 1932).
La Guerra Civil dividió el Servicio Estatal de Meteorología
En 1936, con el estallido de la Guerra Civil, el Servicio Meteorológico Nacional se dividió en dos y, junto con otros trabajadores, se la instó a trasladarse a Valencia. Felisa rechazó ir a esta ciudad, no presentándose en su puesto de trabajo y siendo expulsada.
Sin embargo, una serie de acontecimientos dieron como resultado que, en noviembre de 1937, Felisa fuese nombrada “directora accidental” del observatorio de Igueldo. Al finalizar la guerra, y tras someterse a un expediente de depuración, volvió a ingresar en el Servicio Meteorológico Nacional.