La gran cosecha del cine documental en 2020
- "El cine documental tiene la posibilidad de aproximarse a la realidad más tangible y cercana”, Luis López Carrasco
- Antomía de un dandy, ¿quién fue realmete Francisco Umbral?
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El año 2020 ha demostrado con creces que la realidad supera a la ficción. A muchos les ha tocado rehacer el camino, cambiar la mirada o buscar respuestas con las que entender este atípico escenario. Un nuevo paradigma que puede empujar a la evasión que ofrece el entretenimiento puro, pero que también ha puesto el foco en los relatos que usan la verdad como motor, los que ayudan a explicar y comprender mejor el mundo y que han convertido las producciones documentales en una herramienta esencial para desenmarañar la actualidad o repensar el pasado.
Para quienes trabajan en el sector, no hay duda de que el cine documental en España vive su mejor momento. “No solo por el número de películas de este género que se han producido el año pasado, sino también por la calidad técnica, la creatividad y experimentación tan brutal que ha habido”, apunta Alberto Ortega, director junto a Charlie Arnaiz del documental Anatomía de un dandy que aspira al Goya a Mejor Documental el próximo 6 de marzo.
Un año atípico en las carteleras
También lo cree así Manuel Ménchón, director del documental Palabras para un fin del mundo, que asegura que “la cosecha del 2020 ha sido muy buena”. Pero que entiende que esto se debe a unas circunstancias muy concretas. “Por un lado se ha producido una eclosión de un fenómeno que lleva años creciendo en España, pero hay que tener en cuenta que el año pasado ha habido menos presencia de grandes producciones y de películas de ficción debido a la pandemia, eso ha hecho que los medios hayan puesto más el foco en las películas documentales”, asegura.
A ello hay que sumar que el aplazamiento de muchos estrenos de Hollywood ha dejado un hueco libre en las carteleras que ha dado espacio a las películas documentales. Tanto Anatomía de un dandy como Palabras para un fin del mundo han logrado mantener sus películas en cines más de un mes. “Venimos de estar 6 semanas en carteleras y eso es algo atípico para un documental”, confiesa Arnaiz.
Romper las barreras narrativas
El impulso por eliminar los límites del género y romper barreras narrativas también está detrás de este auge. “El documental siempre ha sido más rompedor y experimental y cada vez tiene resortes y narrativas más novedosas”, apunta Menchón. Para el director, hace tiempo que la ficción ha gastado sus fórmulas y los espectadores están tan resabiados, en ese sentido, que el formato del documental, que aboga por la inmediatez y la verdad, les atrae mucho más. Un cambio en el consumo al que las grandes plataformas de streaming han sabido responder ampliando notablemente el catálogo de sus documentales.
Pero la pandemia también ha servido para impulsar este tipo de narraciones. “Cuando nos faltan herramientas para entender el mundo en el que vivimos, el cine documental tiene la posibilidad de aproximarse a la realidad más tangible y cercana”, cuenta Luis López Carrasco, director de El año del descubrimiento, también nominado en los Goya. “Eso de que la realidad supera la ficción ha hecho que los fenómenos documentales crezcan. También creo que influye la reflexión y los debates que se han abierto sobre la verdad. En este mundo de fake news, los documentales permiten analizar la realidad de forma más profunda y certera”, añade Menchón.
El año del descubrimiento
Haber sabido mezclar las señas de identidad propia del cine documental con la ficción también ha ampliado el público al que llegan. “Al final el espectador quiere ver una película en el sentido de estructura. Nosotros, por ejemplo, enfocamos Anatomía de un dandy como un thriller, con tintes de cine negro”, cuenta Charlie Arnaiz. “La historia contada así les engancha y después la parte documental le da un plus de verdad que no tiene la ficción”, defiende Ortega. “La cercanía y la manera de penetrar en la conciencia de un espectador es más profundo en un documental”, añade Menchón.
La ruptura de todas esas barreras hizo que, por primera vez, muchos pensaran que este año el documental El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco, se colaría entre las nominadas a Mejor Película en los Goya. Un sorpasso truncado que para Charlie ArnAiz reabre un debate muy positivo. “Me encantaría que algún día un documental ganase a Mejor Película en los Goya, de momento se están abriendo grietas”, señala. Para empezar, El año del descubrimiento ha sido galardonada como Mejor Película en los Premios RNE Sant Jordi de Cinematografía y, dentro de los Goya, ha conseguido la nominación a Mejor Montaje y eso ya es un paso, porque de ganar aquí el cabezón se convertiría en la primera película de no ficción en ser reconocida en una categoría siempre destinada a la ficción.
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