El cambio climático, ¿puede influir en el aumento de coronavirus?
- Un nuevo estudio apunta a que el cambio climático ha podido jugar un papel en el origen y transmisión de virus
- Se estima que más de 60% de las enfermedades infecciosas actuales se deben a la zoonosis
- Muerciélagos, mosquitos, hongos... ¿por qué están transmitiéndonos nuevas enfermedades?
- Isabel Moreno, meteoróloga de Aquí la Tierra, nos cuenta cómo ocurren estos fenómenos
Un artículo publicado el 26 de enero en Science of the Total Environment apunta a que el cambio climático ha podido jugar un papel en el origen y transmisión de virus como el SARS-CoV-1 o el claro protagonista desde 2020, el SARS-CoV-2. Este estudio, de Robert M. Beyer, Andrea Manica y Camilo Mora, indica que el cambio climático está detrás de cambios en la diversidad de los murciélagos en el sureste asiático, una fuente importante en la transmisión de enfermedades zoonóticas. Pero, ¿por qué el cambio climático puede haber tenido un papel en estos virus?
Las enfermedades que se transmiten de animales a humanos
Las enfermedades zoonóticas son aquellas que se transmiten de animales a humanos. Se estima que más de 60% de las enfermedades infecciosas actuales se deben a la zoonosis y algunas especies juegan un papel más relevante que otros en esta transmisión.
Los murciélagos son una vía importante por la que algunos virus terminan afectando a las personas, ya que es la especie que alberga más cantidad de virus zoonóticos entre todos los mamíferos. De hecho, se ha observado que la cantidad de coronavirus presentes en una zona determinada está fuertemente relacionada con la riqueza de las especies de murciélagos que haya.
El cambio climático y las enfermedades
El cambio climático está alterando las condiciones climáticas de muchas zonas del planeta, afectando a los ecosistemas y provocando que algunas especies tengan que desplazarse para continuar sobreviviendo.
Precisamente, este estudio muestra que la zona del sureste asiático, en donde se incluye la provincia china de Yunnan y países como Myanmar y Laos, han experimentado un aumento en la cantidad de murciélagos debido al cambio climático. Esta zona coincide con el origen de diversos virus, por lo que el cambio climático ha podido jugar un papel importante en la evolución y transmisión de éstos.
Además del ejemplo que acabamos de mencionar, el cambio climático también está afectando a otras especies y a la transmisión de más enfermedades. Es el caso de algunos mosquitos que transmiten enfermedades potencialmente peligrosas. El cambio en las temperaturas y precipitaciones en el mundo está trayendo como resultado que algunos de estos insectos comiencen a prosperar en lugares donde antes no lo hacían, contribuyendo a la expansión de infecciones que antes solo encontrábamos en determinados lugares del planeta.
Otro ejemplo es que los cambios de temperaturas y precipitaciones pueden favorecer la contaminación del agua por el crecimiento de algas u otros organismos en ella, resultando perjudiciales para nuestra salud, o la adaptación de determinados tipos de hongos a temperaturas similares a la del cuerpo humano.
No todo es cambio climático
Como siempre, el cambio climático no actúa solo, sino que pone un escenario donde el resto de actores interactúan y pueden terminar llegando a un peligroso desenlace. La correcta armonía entre ecosistemas es fundamental para que las enfermedades no “salten” de unos seres a otros.
El aumento de zoonosis, de esa transmisión de enfermedades de animales a humanos, también está relacionado con un aumento del contacto con fauna salvaje infectada. Por ejemplo, por la expansión e intensificación de la agricultura, caza, desarrollo de infraestructuras…
Por tanto, es fundamental tomar medidas para proteger hábitats naturales porque, de ese modo, la propia armonía de la naturaleza protegerá a las especies.