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Atlas de lo Pequeño

Una vieja imprenta en medio de la nada

  • Hace 5 años, Erika y Álex se fueron a vivir en medio de la nada
  • "Me enteré de que cerraban la imprenta y me hice con todo esto". Te contamos los detalles en España Directo

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España Directo - Primeras impresiones

Cuando la Heidelberg de Erika se pone a trabajar comienza un baile antiguo. A ritmo acompasado salen las copias, una detrás de otra. Huele a tinta recién mezclada. Todo te lleva a la Era Gutenberg, a esa técnica que revolucionó la vida a partir del siglo XV. Esta Heidelberg de 70 años ha revolucionado la vida de su dueña.

Erika Pena es diseñadora gráfica. Junto a Álex, su pareja, decidió hace cinco años vivir en medio de la nada, en una casa maravillosa con vistas a un paisaje de frutales y olivos al que se llega por carreteras que zigzaguean. “En realidad son caminos. Es la cara B de este tipo de vida, pero merece la pena. He querido esta vida en el campo desde que era pequeña” dice Erika.

Erika en la imprenta

Erika en la imprenta RTVE

Nunca habían vivido en el campo, así que han tenido que aprender a cuidar esa naturaleza que da tranquilidad y sentido a una filosofía de vida. “Tenemos un invernadero, porque aquí los inviernos son muy fríos y es necesario para seguir teniendo hortalizas todo el año”, cuenta Álex mientras recoge un puñado de espinacas brillantes.

Álex es el manitas de la pareja, el encargado de construir la cabana (edificación de campo) que, en este caso, no guarda aperos sino viejas imprentas casi centenarias. Lakabana.com es un proyecto romántico que aúna el diseño gráfico de hoy con la impresión romántica del ayer. Es el salón de baile de la Heidelberg de Erika. “Me gusta la impresión Letterpress desde hace tiempo y quería experimentar”, cuenta mientras señala un viejo chibalete lleno de tipos móviles. “Me enteré de que cerraban la imprenta donde estaba y me hice con todo esto”.

 RTVE

La Heidelberg llegó a la cabana en un camión pluma procedente de Zaragoza, en un viaje que es también la vuelta a los orígenes de la impresión. “Hemos aprendido a utilizarla a base de ensayo y error. No tenía ni idea de cómo funcionaba”, reconoce. “Todavía puedes encontrar manuales de la imprenta por internet. Ahora esa información es global”, explica Álex, el encargado del mantenimiento: “Tiene algunas partes que hay que engrasarlas a mano”.

Es una impresión que impresiona. “Nos basamos en un diseño palpable, que se puede tocar”, detalla Erika. Lo entiendes cuando recoges la copia impresa y la acaricias con la yema de los dedos. El dibujo de las hojas de la higuera centenaria del jardín deja su huella preciosa en el papel. “Y eso se consigue con la Heidelberg. Es un resultado que nada tiene que ver con la impresión offset”. Es una impresión que deja huella.

Erika se inspira en la naturaleza de al lado de casa y la Heidelberg imprime su poesía en una coreografía perfecta.

LOS PERSONAJES

Una imprenta rural

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  • La Heidelberg

    Puede que sea el personaje principal de esta historia. Es una imprenta antigua de unos 70 años. Empezó trabajando en Barcelona, después en Zaragoza. Antes de llegar a casa de Erika, estuvo “tapada bajo una manta” los últimos 15 años. Había quedado obsoleta. Hoy tiene una nueva vida en medio del campo.
  • Erika Pena

    Erika Pena

    Como diseñadora gráfica, ha encontrado en la impresión a la vieja usanza una manera de expresión. Se inspira en la naturaleza para una línea de papelería orgánica, en la que utiliza, además de la Heidelberg, papeles de alta calidad.

EL PAISAJE

El paisaje

El paisaje RTVE

Erika y Álex viven en un territorio de frontera, en esa franja que separa la provincia de Huesca de la de Lleida. De hecho, Erika es de Tamarite de Litera (Huesca) y Álex es de Alfarrás (Lleida). Su casa está en el término medio, entre frutales por un lado y un perfil montañoso, por el otro.

CUADERNO DE RODAJE

La historia de Erika y Álex merecía ser contada, por su valentía de emprender una aventura en el campo, en medio de la nada. Demuestran que se puede crear y vivir de una profesión liberal en el mundo rural. Tienen espacio suficiente para guardar imprentas de dimensiones considerables y tienen el arrojo de ponerlas en marcha.