Jane Fonda se merece la gloria (y los Globos de Oro lo saben)
- Su carrera es prolífica y brillante, pero el mérito de Jane Fonda es haber dicho siempre lo que tenía que decir
- En un Hollywood que silencia a sus estrellas con la edad, es un icono y ejemplo para varias generaciones
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En el mundo del espectáculo se suele decir que hay que "renovarse o morir", pero cada vez queda más claro que las nuevas generaciones aprecian la honestidad, la coherencia y el compromiso con una visión del mundo compartida. Igual que Dolly Parton se ha convertido, a los 75 años, en una 'heroína' que causa devoción y no entiende de edades, el público general aplaude la irreverencia con la que Jane Fonda habla de su carrera, del envejecimiento o de los problemas políticos y sociales por los que no tiene problema en ensuciarse —o dejar que le esposen— las manos.
Amigas y compañeras de generación, las dos han demostrado que la excentricidad y el olvido ya no son los lugares donde las estrellas van a jubilarse, y que la gloria no tiene nada que ver con la eterna juventud. Por eso Jane Fonda ha sido la elegida para recibir el premio honorífico en los Globos de Oro como reconocimiento a toda su carrera, una sucesión de éxitos televisivos y cinematográficos que no puede separarse del activismo y de su discurso personal.
"No tendría 20 otra vez ni por todo el dinero del mundo"
Aunque su infancia no fue sencilla, la hija del gran Henry Fonda es una privilegiada como pocas. Heredó el nombre, los contactos y el dinero, y podría haber elegido un camino distinto: erigirse a sí misma en mito o en recordatorio vivo de que en los 70 fue lo que llaman un 'icono sexual', presumiendo de su elegancia y belleza como si le hubiesen caído del cielo.
Pero sus decisiones siempre han tomado una dirección distinta: no edulcora los errores cometidos en su vida privada y le preocupan la justicia social, el futuro y una dignidad bien entendida. No duda en autopariodarse en una serie como Grace and Frankie, tan desenfadada como vulnerable y dedicada a visibilizar los conflictos de la tercera edad y, por encima de todo, no intenta engañar a nadie. Sabe que es una de las mujeres más bellas de Hollywood a los 83 años, y cuenta que ha pasado por el quirófano para retocarse el mentón y para no tener cara de cansada, aunque pidió que las arrugas las dejasen sin tocar.
Cuando Hilaria Baldwin le preguntó cómo se mantenía tan guapa y tan joven, ella se rió y le respondió con candor: "¡Buenos genes y mucho dinero!"
Sobre la edad, dice que jamás volvería a tener 20 años, y que ensalzar la juventud es algo reaccionario: "Seguimos viviendo con el paradigma de la edad entendida como el arco. Es una metáfora vieja: naces, alcanzas tu límite en la mitad de la vida y comienzas a empeorar hasta la decrepitud. Pero una escalera sería una metáfora mucho más apropiada. Una ascensión hacia arriba del espíritu humano que nos hacerca hacia la sabiduría, la plenitud y la autenticidad".
"No se aprende de los éxitos, no se aprende de los premios y no se aprende de la fama. Sólo se aprende de las heridas y las cicatrices y los errores y los fracasos. Esa es la verdad", dijo en una entrevista con Vogue. Sobre las lecciones que ha aprendido de la intimidad se ha abierto en varios libros biográficos donde alude a relaciones abusivas, desórdenes alimenticios, problemas heredados de salud mental y una complicada relación con la maternidad, superados desde la experiencia y el aprendizaje.
Su historial de activismo desde los años 70
Según la propia Jane Fonda, el mismísimo Richard Nixon ordenó de forma directa su detención después de un evento contra la guerra del Vietnam. Las fotos de su ficha policial corrieron como la pólvora en 1970, y a la actriz le cayó la etiqueta de anti-americana. En realidad, ha sido coherente y constante en su lucha por la justicia social y los derechos civiles: en 1968 se alineó con el movimiento de las Panteras Negras, en 1969 apoyó protestas de nativos americanos, y en sus defensas recientes al movimiento Black Lives Matter se ha dirigido a otra gente blanca con contundencia: "Hemos tenido privilegio por ser blancos, hasta los más pobres entre nosotros son unos privilegiados.
"Tenemos que reconocer eso y que entender que las estructuras que mantienen el racismo en su lugar se lo están poniendo muy difícil a las personas negras. Tenemos que entender la historia, tenemos que cambiar y tenemos que entender la realidad en la que viven los demás. Y tenemos que hacerlo ya", dice.
Feminista desde su juventud, también llevó sus demandas a la pantalla: en 1980 produjo y protagonizó la película 9 to 5 junto a Dolly Parton y Lily Tomlin, su compañera de Grace and Frankie, para denunciar el sexismo contra las mujeres en el lugar de trabajo: "Lidiábamos con todo tipo de problemas: acoso sexual, brecha salarial, la importancia de la conciliación, la importancia del horario flexible", dice en el documental Jane Fonda en Cinco Actos.
Aceptó su BAFTA mientras la arrestaban
Inspirada por la joven Greta Thunberg, uno de los iconos de la Generación ZAllí se ha manifestado cada viernes en los terrenos del Capitolio por el clima, y ha sido arrestada cinco veces por desobediencia civil. El día en que tenía que recoger su premio BAFTA, lo que se proyectó en la gala fue su vídeo siendo esposada: "¡Siento no estar allí!", decía la actriz, en una maniobra que viralizó automáticamente la causa.
Esta urgencia y este afán por mantenerse despierta y conectada con la actualidad social es uno de los pilares de su identidad, y de su forma de entender la edad: En sus propias palabras: "Seguir interesándose por las cosas es mucho más importante que ser interesante".
Como homenaje a su trayectoria como actriz y productora, Jane Fonda recibirá el Premio Cecil B. DeMille en la próxima gala de los Globos de Oro. Síguela el 28 de febrero en Corazón y tendencias.