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Goya de Honor 2021

Ángela Molina en 10 frases magníficas y dignas del Goya de Honor

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Ángela Molina, Goya de Honor y de la elegancia
Ángela Molina, Goya de Honor y de la elegancia

Ángela Molina es cine, es elegancia, es música y es arte. La Academia de Cine le reconoce este año con el Goya de Honor sus 47 años de carrera, una trayectoria que es “uno de esos milagros que ocurren de vez en cuando en el cine español”. Así que este 6 de marzo, día de celebración, es también el día de Ángela Molina: mujer excepcional, mujer querida, que le ha devuelto a su oficio un amor sin límites.

Estuvo nominada a cinco Premios Goya: por La mitad del cielo (1986), Luces y sombras (1988), Las cosas del querer (1989), Carne trémula (1997) y Blancanieves (2012). Pero su momento era este. “Los premios te vienen en momentos determinados", declara para la pieza que le ha dedicado la Academia. "Cuando estuve nominada por primera vez al Goya, pensé que me lo iban a dar. Fue para Amparo Rivelles, por Hay que deshacer la casa, y pensé: Amparo es mayor, yo tengo tiempo. Y ahora me toca a mí, que soy mayor. Todo es muy hermoso, todo está en su lugar, viene cuando tiene que ser, si es que tiene que ser”.

'La Molina' actúa, canta, baila, y ha aprendido de los más grandes de España: Jaime Chávarri, Josefina Molina, Pedro Almodóvar, Luis Buñuel, y también de su familia: de su padre, el gran Antonio Molina, y de cinco hijos (Maria Isabel, Antonio, Samuel, Mateo, su Olivia) que disfrutan y alargan su gran sabiduría. Estas son algunas de las frases con las que las que se define ella misma. Así es Ángela Molina.

Ángela Molina y Olivia Molina posan para la revista Vogue (Fotografía: Pepe Lóbez / Estilismo: Isabel Llanza)

Ángela Molina y Olivia Molina posan para la revista Vogue (Fotografía: Pepe Lóbez / Estilismo: Isabel Llanza) Vogue

“Nunca me copio a mí misma; vivo a través del sueño de ser el otro”

Como intérprete, Ángela Molina no tiene ningún límite. "Nunca me han encasillado ni he hecho personajes como yo", dice en una magnífica entrevista que le concedió a El País el pasado 14 de febrero. "Les he puesto mi experiencia, mi alma, mi conocimiento, mi sangre, pero nunca me copio a mí misma. Vivo a través del sueño de ser el otro".

Ángela Molina en 'El río de oro', de Jaime Chávarri

Ángela Molina en 'El río de oro', de Jaime Chávarri

"El cine es casi tan verdad como la vida misma"

Ángela Molina nació del cine, hija del artista Antonio Molina. Lo que le legó El pescador de coplas es esta vocación que se confunde con la sangre: "Amo a mis películas como si fueran mis hijos. Cada una tiene un lugar en mí insustituible, todas son importantes y sin ellas no sería quien soy, aunque algunas hayan trascendido más que otras que haya podido hacer", señalaba después de recibir la Medalla de Oro de la Academia de Cine.

En esa comparecencia también decía: "El cine es casi tan verdad como la vida misma", para darse cuenta después de que la vida tampoco se entiende sin las películas. "En la vida uno no se da tanta cuenta de las cosas como una con una historia narrada desde la verdad del cine".

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Ángela Molina comenzó en el cine en 1974. Gtres

''El amor me hace sentirme poderosa"

Es una palabra que parece rodearla; hablar de Ángela Molina es hablar de gente que la ama, de artes que la aman y del amor que ella misma profesa a su familia y a su eterna vocación. "¿Qué hace a Ángela Molina sentirse poderosa?", le preguntaron hace dos años en una entrevista con el medio Yo Dona. Y ella respondió: "El amor. Y la unidad que crea alrededor de todos: de mi familia, mis amigos y mis compañeros. Aunque pasen siglos y siglos, el ser humano sigue necesitando a los demás. Eso es lo que realmente nos da poder."

"El amor me ha hecho actriz"

Y por eso no concibe su vida sin el séptimo arte. Para la actriz, que sigue trabajando a sus 65 años y a quien podemos ver en la emotiva Me llamo Gennet, "el cine es como los sueños, y todos moriremos soñando".

Ángela Molina durante el rodaje de la película 'Triunfo'

Ángela Molina durante el rodaje de la película 'Triunfo'

"Siempre he tratado de ir dando valor a la realidad..."

Aunque en su forma de hacer frente a la vida hay poesía e idealismo, cuando habla de sí misma siempre lo hace desde el pragmatismo y una fuerte naturalidad. Las cosas no siempre resultan como una espera, algo que es cierto también para ella, y bajar a la tierra a veces es la elección más digna. "Siempre he tratado de ir dando valor a la realidad y disfrutando de lo que hay, aunque a veces no sea lo que una sueña", dijo en otra ocasión Ángela Molina.

"Uno no debe olvidar quién fue de niño"

Ángela Molina recopiló recuerdos de su infancia, adolescencia y madurez en el libro Detrás de la mirada, escrito por la traductora, intérprete y amiga Elena Martínez. En su presentación describía el deseo de aferrarse a la inocencia: "El disfrute siempre parte de la sensación del niño que observa la vida, que es puro y desarrolla su personalidad sin juicios, disfrutando y sufriendo, pero sin esa distancia que luego te da la edad"

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Ángela Molina tiene una mirada especial y un belleza racial. Gtres

"Mis hijos son los que más me enseñan (...) porque no tratan de enseñarme nada"

Tal vez por eso sus hijos son un ejemplo tan grande como sus maestros: "Mis hijos son los que más me enseñan, tanto o más como lo hicieron mis padres. Primero porque no tratan de enseñarme nada, y segundo, porque me mantienen con los pies en la tierra, son sensatos y nos mantenemos unidos. Nos necesitamos y nos hacemos felices".

"La vejez me produce una gran curiosidad"

Ángela Molina valora la infancia y sus posibilidades, pero no le produce tristeza la pérdida de su juventud: "Porque la he vivido y está en mi memoria, a la vez que me produce una gran curiosidad la vejez como espacio nuevo que se abre frente a mí", dice la actriz, que a sus 65 años es un icono de belleza. Lo importante es para ella es vivirlo todo, y después representarlo todo, contarlo todo, descubriendo lugares nuevos de experiencia y de conocimiento. "Me encanta ver a la gente joven, pero no cambiaría el proceso de la vida por nada", dijo en otra ocasión. "Es emocionante ir viviendo el proceso de la vida durante muchos años".

"A mí me da igual que me digan que tengo arrugas. Son mías y estoy encantada.”

El desencadenante de esto fue una polémica: cuando un centro de belleza utilizó su imagen sin consentimiento como moraleja de su 'fábula' contra el envejecimiento. El anuncio decía así: “Entre pasarse y no hacer nada existe el término medio: mejorar sin transformarse para retrasar el envejecimiento y llegar a los 60 con un mejor aspecto que esta bella actriz”.

Y aunque se esperaban denuncias y protestas, a Ángela Molina no le importó ni un poco: “No sabía nada y por supuesto no voy a demandar a nadie”, le dijo a Vanitatis, y hasta se preocupó por las amenazas que recibió la dueña el establecimiento: “Pobrecilla. Menudo lío y no es para tanto. A mí me da igual que me digan que tengo arrugas. Son mías y estoy encantada”.

"El cine no morirá nunca, al menos mientras estemos aquí los que estamos"

Ángela Molina recoge su Goya de Honor en el año más difícil que ha conocido el cine español, pero su mirada es optimista y valiente. "El cine no morirá nunca, por lo menos mientras estemos aquí los que estamos", dice cuando le preguntan por su sector. "Nos estamos salvando milagrosamente. Hay que tener una gran confianza en lo que somos, hay que seguir creando, y si cabe más unidos que nunca".

Ángela Molina recibirá el Goya de Honor a sus 64 años

Ángela Molina recibirá el Goya de Honor a sus 64 años

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