Resistir o colaborar: Los reyes europeos ante el fascismo
- Tras la I guerra mundial, los reyes de europa, todos emparentados, se culpaban de haber empezado la guerra.
- El régimen comunista había terminado con los Romanov y amenazaba con extenderse. ¿Podían ser Hitler y Mussolini la solución?
- Documaster estrena el documental 'Monarquías en guerra' el miércoles a las 22h en La 2
¿Podría ir esta noticia en la web de Gente y Tendencias? Podría. Si no fuera que las consecuencias de las decisiones de unos pocos llevaron a la muerte, la miseria y el dolor a millones. La II Guerra Mundial se intuia desde el fin de la Gran Guerra y volvió a asolar Europa.
En el periodo de entreguerras (1918-1939), las monarquías europeas temían la expansión del comunismo hacia sus países. Su fin podría no ser muy diferente del de los primos Romanov, en Rusia. Porque todos eran, como continuan siendo hoy en día, primos. Más o menos lejanos, pero todos son descendientes de la reina Victoria de Inglaterra, fallecida en 1901, y de su marido Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, príncipe alemán. Tuvieron nueve hijos y todos se casaron con otros parientes, siempre de sangre azul. Salvo alguna excepción que cambió la Historia.
En lo bueno y en lo malo, parientes
La hija mayor de Alberto y Victoria, Victoria, se casó con Federico de Prúsia y fueron padres del Guillermo II de Alemania. El segundo, Eduardo VII rey de Inglaterra, se casó con Alejandra de Dinamarca y engendró a Jorge V, el padre de la reina actual, Isabel II. La más pequeña, Beatriz, se casó con Enrique de Battenberg y de su unión nació Victoria Eugenia de Battenberg, casada a su vez con Alfonso XIII de España.
Es muy conocida esta fotografía: en la que vemos a nueve soberanos en Windsor para el funeral del rey Eduardo VII. Era el día 20 de mayo de 1910. Eduardo fue rey unos meses, desde la muerte de la reina Victoria en enero hasta mayo. De pie, de izquierda a derecha: el rey Haakon VII de Noruega, el zar Fernando de Bulgaría, el rey Manuel II de Portugal, Guillermo II de Alemania y Prusia, el rey Jorge I de Grecia y Alberto I de Bélgica. Sentados, el rey español Alfonso XIII, Jorge V, hijo del fallecido y Federico VIII de Dinamarca.
Así que Jorge está junto a dos tíos, los reyes de Dinamarca y Grecia; un cuñado y a la vez primo hermano, Haakon de Noruega, otro primo hermano el Kaiser alemán, un primo hermano por matrimonio, Alfonso XII casado con una nieta de la reina Victoria. Y además, tres primos lejanos: los reyes de Bulgaria, Portugal y de los belgas.
Hitler y Mussolini entran en escena
Pero Europa iba a dar un gran cambio con los movimientos sociales y los nuevos líderes que estaban ya empezando a aprender cómo llegar al poder. En 1921, Adolf Hitler se convirtió en líder de su partido, el Partido Obrero Alemán, precursor del Partido Nazi, en el que solo llevaba dos años afiliado. Un intento de golpe de estado le costó cinco años de cárcel que apovechó para escribir su ideario, 'Mein Kampf'.
En 1924 ya era un líder muy popular porqué exaltaba el pangermanismo, el antisemitismo y el anticomunismo. Además, su gran capacidad para exaltar a las masas, sus expresiones estudiadas y sus discursos en concentraciones de masas cargadas de simbolismo le emcumbraron ante el pueblo alemán, que se sentía humillado por la derrota en la I Guerra Mundial.
Así logró Hitler que el presidente alemán, Paul von Hindenburg le nombrara canciller en 1933. Y cuando Hindenburg murió, Hitler unificó los cargos de presidente de la República y de canciller, los asumió y tomó el mando absoluto del estado.
Por su parte, Benito Mussolini, como líder del Partido Nacional Fascista en 1922, organizó la exitosa Marcha sobre Roma. Con su popularidad, consiguió que el rey Víctor Manuel III le pidiera que nombrara gobierno y Mussolini se puso al frente como preidente del Consejo de Ministros Reales. Ya en el cargo, Il Duce disuelve el parlamento y asume el mando supremo del estado italiano.
Los Windsor, el gran objetivo
Como padres de las monarquías europeas, los ingleses eran quienes Adolf Hitler quería tener comiendo en su mano. Pero todo se torció con una peculiar historia de amor. En enero de 1936 muere el rey Jorge V de Inglaterra, - el que en la foto de los nueve soberanos está sentado junto a Alfonso XIII. Su hijo Eduardo VIII sube al trono, pero como el gobierno y la Iglesia anglicana le prohiben casarse con Wallis Simpson, abdica en diciembre. No fue rey ni un año. Su hermano Jorge V, padre de la actual Isabel II, es proclamado rey.
La abdicación del monarca perjudicó a Hitler en su deseo de situar a un rey débil en el trono inglés. Sus colaboradores se habñian propuesto devolverle el trono a Eduardo como agrdecimiento si los ayudaba, uina vez derrocado su hermano, el nuevo rey. Mientras, el servicio secreto británico ya había descubierto que Simpson mantenía relaciones estrechas con altos cargos en el partido fascista italiano y del partido nazi alemán. Además, Wallis Simson y el duque de Windsor se casarón en casa de un simpatizante nazi, espía de Hitler, y la propia organización les pagó el viaje de novios. Así que la Casa de Windsor cortó todos los lazos con ellos.
La siguiente fotografía muestra una escena en un balcón ante un acto de exaltación fascista. Hitler y Mussolini, junto a otros jerarcas nazis, - Joachim Von Ribbentrop, Rudolf Hess y Heinrich Himmler, saludan brazo en alto. El rey de Italia Víctor Manuel III, hace el saludo militar y su esposa, Elena de Montenegro, inclina la cabeza.
En Bélgica, el rey Leopoldo III firmó la rendición ante Alemania mientras sus tropas todavía luchaban con éxito contra los alemanes, lo que le valió la mayor crisis monárquica del país por las críticas del pueblo y de su gobierno. Leopoldo sabía que Hitler ofrecería la independencia a los flamencos, y lo que el rey no quería era la división del territorio.
¿Eran los dos nuevos partidos fuertes de Europa una amenaza o podían ser aliados para mantener las coronas en sus cabezas? Yugoeslavia, por ejemplo, simpatizó en un principio con el régimen nazi. Un testimonio fotográfico muestra, de izquierda a derecha, a Anna Von Ribbentrop, esposa del ministro de exteriores alemán, del brazo del príncipe Pablo de Yugoeslavia, seguidos de Adolf Hitler y la princesa Olga, en Berlín, en 1939.
Por su parte, dos reinas decidieron no rendirse y continuar luchando contra la ocupación nazi desde Londres: la gran Duquesa Carlota de Luxemburgo y la reina Guillermina de los Países Bajos, bisabuela del actual rey Guillermo, casado con Máxima Zorreguieta.
Las dos monarcas mandaron a sus hijos al Canadá y desde la capital inglesa ayudaron a organizar la resistencia y mandaron mensajes de ánimo gracias a las ondas de la BBC.
¿Resistir o colaborar?
El documental 'Monarquías en guerra' analiza las estrategías que usaron las familias reales de Europa durante la Segunda Guerra Mundial para plantar cara a los nuevos partidos. Conectados por lazos familiares, fueron testigos del ascenso al poder del fascismo y el nazismo y se encontraron, voluntariamente o no, en el centro de las intrigas políticas.
Dividido en dos episodios, 'Monarquías en guerra' relata el trato ambiguo y difícil de las distintas familias con estos poderes poco confiables. Cuando finalmente estalló la guerra, cada familia real tuvo que tomar una decisión crucial para su país: resistir o colaborar.
Este miércoles, en Documaster, veremos el estreno de esta producción completa. En el primer capítulo, 'Reyes, reynas y locos: El juego de tronos de Hitler'. La segunda parte, 'Bautismo de fuego'. El estreno, en La 2 a las 22h, a la misma hora en directo en rtve.es y tras la emisión, estará disponible A la carta durante una semana.
Documental producido por CC&C, Les Films de la Mémoire, Création & Mémoire y dirigido por Maud Guillaumin.