Mujeres exploradoras e intrépidas del cine
- Rompiendo esquemas de género, protagonistas, rebeldes y valientes
- Rosa María Calaf, Cristina Morató y Cristina Pujol Buhigas analizan el papel de la mujer en el cine
- Puedes ver NadieNadie quiere la noche (2015), de Isabel Coixet, en abierto en Somos Cine
La dureza del viaje que narra la película Nadie quiere la noche (Isabel Coixet, 2015) requiere valentía y un carácter intrépido. Josephine Peary, su protagonista, cuenta con ambas cualidades para enfrentarse a la travesía. No vale dejarse llevar por las primeras impresiones del personaje que interpreta Juliette Binoche, una mujer delicada y de clase alta que desentona en mitad de la tundra del Ártico, porque el avance de la trama nos descubre a una mujer capaz de enfrentarse a cualquier adversidad.
La historia tiene lugar en Groenlandia, en el año 1908. Basada en hechos reales, Nadie quiere la noche muestra la transformación de su personaje tanto en el plano físico como en el psicológico. Una mujer que, aparentemente, cumple con el papel de esposa entregada -tan acorde a la época- y lo deja todo para ir en busca de su marido, el explorador Robert Peary y un hombre infiel (dicho sea de paso), desaparecido desde hace meses en el Polo Norte.
Explorarse a una misma
Pero lo que comienza como un acto de dependencia y fidelidad a toda costa, termina convirtiéndose en un viaje hacia sí misma. Un camino en el que a Peary se deja llevar por su instinto de supervivencia, su impulso por explorar lo desconocido y también su sororidad. Para ello, Coixet expone al personaje de Binoche ante una situación extrema. Un encuentro en el fin del mundo en el que esposa y la amante, la mujer esquimal Allaka (Rinko Kikuchi), deben unirse a pesar de sus diferencias para poder sobrevivir en un clima tan hostil.
Reivindicando su papel en la historia, la película pone en valor el protagonismo que tuvieron ambas mujeres. Cada una en un plano diferente: el mundo occidental que interpreta Binoche y el mundo inuit que se refleja en el personaje de Kikuchi. La colisión de esta mujer civilizada que busca su papel en la historia y del pueblo esquimal, que vive en otro clima y otro mundo y se enfrenta al hombre blanco irrumpiendo y redescubriendo unos territorios que ya estaban habitados.
Una cinta que analizamos en el coloquio de Versión Española. El programa, presentado por Cayetana Guillén Cuervo, celebra el Día de la Mujer 8M con la emisión de Nadie quiere la noche y el encuentro con las periodistas Rosa María Calaf y Cristina Morató; y la escritora Cristina Pujol Buhigas, autora de "Intrépidas”. Con ellas Versión Española de La 2, acercará el papel de tantas mujeres exploradoras e intrépidas que se lanzaron movidas por la aventura, un impulso sin reglas de género.
(Música)
Hola, buenas noches.
mi casa, efectivamente.
Lo que creo es que sinceramente te ofrece,
de entrada, la belleza.
No voy a entrar en los valores cinematográficos,
no soy experta por mucho que me gusta el cine,
pero la belleza de unos paisajes
absolutamente implacables por una parte y magníficos por otra
y que no son tan conocidos, porque probablemente evidentemente
ahí se rueda poco porque es muy difícil.
Entonces eso ya es un activo.
Y luego, fundamentalmente, es que hace algo importante,
que es visibilizar a una mujer más de las miles
y miles que han hecho la historia.
Por tanto, ya eso resulta tremendamente atractivo.
He guardado este vino para una celebración
y no se me ocurre una mejor ocasión
que agradecerle a todos ustedes el trato tan...
exquisito que me han dado durante las últimas semanas.
Muchas gracias, Cayetana, por esta presentación,
que no merezco, porque realmente aquí
lo que tenemos,
la gran mamá, la patrona de las viajeras,
la tenemos aquí, que es Rosa María Calaf.
Enmarcando la película, que, aparte, lo que tengo que decir
es que es una película maravillosa
que hay que ver porque es una película de aventuras.
Siempre ver a Juliette Binoche es maravilloso
y ya no solamente los escenarios,
creo que la relación de ella con esta mujer
y amante de su esposo, esta inuit maravillosamente
también interpretada creo que lo contextualiza muy bien
porque estamos hablando de una época
donde las mujeres que viajaban, la imagen de la mujer que viajaba
era casi subversiva, es decir, no se entendía
que una mujer pudiera viajar sola a lugares tan remotos e inhóspitos.
Estamos hablando de una época
en que, por una parte, los hombres de ciencia
creían que mujeres como Josephine
no estaban preparadas ni psíquica ni físicamente
para viajar, o sea, éramos el sexo débil.
Una mujer podía cocinar, una mujer podía dedicarse
a la intendencia. De ahí, y luego lo hablaremos,
cuando ella se apunta a la primera expedición ártica
con su marido, los compañeros de expedición
ponen mala cara, no la quieren en principio,
y luego caen rendidos no a sus encantos,
sino a sus habilidades.
Nunca volverás a volar hacia el sol.
Creo que estamos hablando de viajes
y cada película es un viaje.
Y me enfrenté, quizá, a esta película,
a este viaje que nos propone Isabel Coixet
con un poco de prejuicios, pensando que me iba a encontrar
una aventura épica,
que iba a ser un viaje de una mujer fuerte;
pero lo que me encontré fue un viaje que me llevaba
por caminos muy diferentes
y que iba cambiando a lo largo de todo lo que dura la película.
Entonces lo que les aconsejo a los espectadores es que cojan
una mantita para combatir el frío del polo,
apaguen las luces y disfruten del viaje
que les propone Isabel Coixet.
Porque lo que te plantea al principio no tiene nada que ver
con el final, es sorprendente a cada minuto.
Una mujer en el Polo Norte
Dirigida por Isabel Coixet y ganadora de 4 premios Goya, Nadie quiere la noche (2015) nos situa en Groenlandia, en 1908. Allí, en mitad de un paraje blanco y frío, Josephine Peary (Juliette Binoche), una mujer de la alta sociedad americana, inicia una expedición al Polo Norte para reunirse con su marido, el explorador Robert Peary y compatir con él el instante de gloria de descubrir el Polo Norte.
Nadie quiere la noche, narra el viaje de Josephine por el más inhóspito de los lugares del mundo y su encuentro con una mujer inuit, Allaka (Rinko Kikychi), que va a cambiar para siempre sus rígidas ideas sobre el mundo y la vida. Una historia de aventuras, de descubrimiento, de dolor, de supervivencia y, por encima de todo, una historia de amor.