Así se conocieron Pablo Chiapella y Ernesto Sevilla... ¡Y no te imaginas dónde!
- Descubrimos la gran amistad de Pablo Chiapella y Ernesto Sevilla ¡Se conocieron con 9 años!
- Vuelve a ver el octavo programa de La noche D
Si hay hablar de amigos, no podía faltar una amistad de verdad en el plató de La noche D, y cuál mejor que la formada por Ernesto Sevilla y Pablo Chiapella. Ambos se conocen desde hace mucho más de lo que todos pensamos, y no fue gracias a la televisión. ¡Así se lo han contado a Dani Rovira!
Una amistad para siempre formada en el colegio
Pablo Chiapella y Ernesto Sevilla fueron juntos al colegio. Como lees. Cuando tan solo tenían 9 años estos dos actores se conocieron entre las aulas de su colegio. No es que compartieran clase, sino que el destino hizo que sus caminos se encontraran.
"A mí me echaron de mi clase por portarme mal y me mandaron con los mayores", ha contado Ernesto, un año mayor que Pablo, que por entonces iba a 5º de EGB. "Estaba yo en clase, atendiendo como siempre, tomando apuntes, me lo plantan delante".
Su cabezón y una gorra que por aquel entonces todavía no se llevaba, le quitaba visibilidad y el que fuera El Paisano le dijo que si se podía girar a la derecha. "Y se giró, le vi la cara, me descojoné y desde entonces ya somos amigos para siempre", ha explicado.
Del colegio a compartir piso en Madrid
Una amistad para siempre que a día de hoy perdura. Han compartido elenco en La que se avecina, donde no solo eran amigos, sino ¡hermanos! Juntos tenían que compartir piso, algo que ya sabía por experiencia propia, pues ya vivieron juntos en su llegada a la capital.
"Primero llegamos a Madrid con la intención de buscar piso. Y estuvimos como una semana o dos buscando, pero que no buscamos piso", han contado a Dani Rovira, y es que todo tenía una explicación: "Nos entreteníamos, nos surgían aventuras. Al final tuvo que venir mi padre y decirnos 'sois imbéciles'". ¡Y en tan solo una tarde les encontró una humilde morada: "Tuvo que venir su viejo y nos lo encontró en una tarde", ha dicho Chiapella.
Bueno, más bien, un "cuchitril con moqueta", han explicado. Allí había fiestas y de todo: "Fíjate si era un nido de mierda donde vivíamos, porque había moqueta. Y te dormías en el suelo y aparecías en la habitación".
Javier Cámara y su peculiar llegada a Madrid
Otra accidentada llegada a Madrid fue la de Javier Cámara. Un joven salía de su pueblo de camino a la gran ciudad: "El primer día que yo pisé Madrid, fue a hacer las pruebas de Arte dramático, y a mí Madrid me daba mucho apuro, me daba miedo incluso".
Una señora le indicó que tenía que ir al metro para ir a la escuela, y ahí empezó su aventura: "Llegué a un agujero, saqué el ticket, y cuando se abrió la puerta del vagón, dije "Buenos días" a toda la gente. En los pueblos, cuando entras en los sitios dices buenos días. Y entonces, en el metro, que iba petado de gente, se hizo una semicircunferencia. Dos estaciones después entró un señor rumano con un acordeón diciendo "Buenos días", e hicieron todos lo mismo. Pensaban que iba a actuar".