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Ernesto de Hannover, condenado a no beber alcohol

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Ernesto de Hannover sale de su juicio en Austria vestido de traje y con un sombrero
Ernesto de Hannover, a la salida de su juicio en Austria

El príncipe alemán Ernesto de Hannover, todavía esposo de Carolina de Mónaco, vuelve a estar en el ojo del huracán mediático un mes después de denunciar a su hijo por 'ingrato' y haberle pedido que le devuelva sus castillos. Conocido por sus numerosos incidentes relacionados con la ingesta de alcohol, Ernesto de Hannover ha sido condenado por el tribunal regional de Wels (Austria) por los altercados que provocó en verano de 2020 estando completamente ebrio.

Ernesto de Hannover abandonará su residencia en Austria

Al principio del juicio el príncipe se ha declarado "no culpable" para sorpresa de todo el mundo. Lamentó lo sucedido lo sucedido, pidió disculpas y se acogió a su derecho a no declarar frente al tribunal regional austríaco. Pero de nada le ha servido después de tantas trifulcas con las autoridades y la prensa.

El juzgado ha condenado al príncipe de Hannover a 10 meses de prisión condicional, le prohíbe beber alcohol durante ese tiempo y le exige abandonar temporalmente su actual residencia en Austria. Aunque la condena puede ser aún apelada y no prevé el ingreso de Ernesto de Hannover en prisión, todo dependerá de cómo se comporte el acusado en los próximos meses, ya que de saltarse la sentencia esta se vería agravada.

Tras la muerte de su segundo marido, Stefano Casiraghi, Carolina de Mónaco vuelve a casarse el 23 de enero de 1999, el día de su 42 cumpleaños, junto a un amigo de toda la vida, el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, duque de Brunswick y Luneburg. El enlace se celebró a puerta cerrada en la más estricta intimidad y la unión se confirmó con un escueto comunicado de prensa. Ese mismo año nació su hijo Alejandra.

El fallo del tribunal se ha basado en los insultos, amenazas y agresiones que Ernesto de Hannover propició en estado de ebriedad a varios agentes de policía y varios ciudadanos, como la pareja que trabajaba en una propiedad de la Fundación del duque de Cumberland, que recibieron graves amenazas según la sentencia. Los incidentes tuvieron luegar entre julio y septiembre de 2020 en la localidad autríaca de Grünau im Almtal, donde el príncipe tiene una lujosa residencia y un pabellón de caza que deberá abandonar durante tres años.

El abandono de su vivienda en Austria desató la furia de Hannover: "¡Imposible! Vivo allí desde hace 50 años", exclamó según recoge la Agencia de Prensa Austríaca. Los abogados del aristócrata argumentaron que había mostrado buen comportamiento desde entonces, que no está en su mejor momento después de una complicada situación personal provocada por el enfrentamiento con su hijo y que su comportamiento derivó de los "fuertes analgésicos" que le había recetado su dentista.

Los altercados de Ernesto de Hannover en 2020

El príncipe de Hannover deberá someterse a una psicoterapia según la propia sentencia del tribunal. No será la primera vez que el noble se enfrente a su salud mental, ya que el 15 de julio de 2020 pasó la noche en un hospital psiquiátrico tras el primer altercado relacionado con este juicio.

Ernesto de Hannover se presenta en el tribunal regional de Wels (Austria) para ser juzgado
Ernesto de Hannover, condenado a no beber alcohol

El príncipe sale del tribunal regional de Wels (Austria)

Los problemas del aristócrata con las fuerzas del orden austríacas fueron a más en esa misma semana. Tan solo cinco días después acudió a poner una denuncia por violencia policial y tuvo que ser detenido por varios agentes tras amenazar a dos de ellos con un bate de béisbol.

El príncipe protagonizó su último altercado del año a principios de septiembre, cuando irrumpió en un edificio un edificio residencial de la Fundación del duque de Cumberland. Allí rompió una ventana, amenazó y coaccionó a una pareja de trabajadores con graves amenazas que han estado presentes en el juicio.

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