Chenoa vuelve a llorar ante las cámaras y este es el motivo
- Chenoa se refugia en Jesulín y comparte con él su llegada a España
- ¿Qué ha sido lo más duro que ha tenido que superar?
En el último programa de 'Dos parejas y un destino', Chenoa y Jesulín han puesto rumbo a Girona para conocer a la mejor anfitriona secreta posible, una superviviente por naturaleza que, al igual que el maestro del surrealismo, también tiene sus "excentricidades"... Mónica Naranjo.
Por primera vez, Chenoa ha viajado con mochila y junto a Jesulín ha tenido que hacer frente a nuevos retos, como salir a montar a caballo. La mallorquina se ha enfrentado a uno de sus miedos y no ha podido evitar emocionarse. "¿Por qué lloras?", le ha preguntado el diestro sorprendido. "Porque me he montado y me daba miedo", ha respondido la cantante. "El miedo se quita probando. Lo haces muy bien".
La artista ha confesado que estaba un poco reprimida haciéndose la fuerte y que le han salido los llantos por doquier. Y es que la intérprete de "Cuando tú vas" sabe que solo es posible vencer un miedo si se le confronta directamente: "Me pasa con situaciones que supero. Si me subo al caballo y antes no quería, pues... Me he logrado subir y me reconforta, pero también me saca el llanto". No obstante, ha explicado que no tiene que ser solo por subir a lomos del caballo. "Puede ser por mil cosas que tengo ahí acumuladas...", ha añadido.
¿Cuál ha sido el momento más duro de su vida?
En un momento dado, Jesulín le ha preguntado a Chenoa qué ha sido lo más duro que ha tenido que superar a lo largo de su vida. La cantante lo tiene claro: "Cuando vine con ocho años a Mallorca". "Piensa que tenía a mis abuelos, y vivíamos con ellos. Para mí dejar a mis abuelos fue durísimo", ha respondido.
Además, su llegada a España no fue un camino de rosas precisamente. Y es que comenzar de cero nunca es fácil. "Yo me vine con mis padres y cuando entré en el colegio hablaba argentino, no hablaba español. Y de pequeños los niños son crueles, se meten contigo...", ha revelado.
Sin embargo, todo eso hizo que se convirtiera en la persona que es hoy: "A mí, mis padres, no me enseñaron a pelearme con la vida. Me enseñaron a abrazar la vida". Y lo más importante, le enseñaron a adoptar una actitud positiva ante las dificultades: "Esos son los valores que no tienen dinero y que no es cuestión de nacer en una cuna, con mucha pasta o menos pasta".