Escuelas islámicas en Sudán: el drama de los niños sometidos a malos tratos y abusos
- En Sudán, hay unas 30.000 khalwas o escuelas islámicas, en las que los menores aprenden a leer, escribir y recitar el Corán
- Un periodista consigue infiltrarse en varias escuelas coránicas, para denunciar las brutales agresiones que sufren los niños
- Ya puedes ver en RTVE.es “Escuelas que encadenan” y a las 23.50 en La 2 de TVE
Como ocurre en algunas de las de Senegal o en las almajiris de Nigeria, también en las escuelas coránicas de Sudán, los niños pueden acabar sometidos a una despiadada violencia física y sexual. El periodista de la BBC Fath Al-Rahman consiguió infiltrarse en una veintena de estas khalwas y fotografiar a niños encadenados como animales y golpeados brutalmente hasta el borde de la muerte.
Son las imágenes de la denuncia de esta última gran investigación sobre las sistemáticas agresiones físicas y sexuales a los niños en estas instituciones.
El inicio de la investigación: las redes sociales
Fath Al-Rahman Al Hamdani, periodista de la BBC en árabe y de Reporteros Árabes por el Periodismo de Investigación, comenzó a indagar el lado oscuro de las escuelas islámicas cuando empezaron a aparecer las primeras noticias sobre estos maltratos. “Eran las ocho de la mañana, estaba en casa y un amigo me envió un mensaje por Facebook. Cuando lo abrí, vi unas fotos horribles de niños a los que habían golpeado salvajemente en una escuela islámica”, relata Fath Al-Rahman.
“Cómo alguien es capaz de golpear así a un niño por todo el cuerpo, en el estómago, la cabeza y la espalda“
Se trataba de Ismail y Mohamed, dos niños de 14 años que habían sido ingresados en el hospital Bahri de Jartum. “Fui allí de inmediato. Sus heridas eran espeluznantes y muy preocupantes”, cuenta el periodista. “No puedo imaginar cómo alguien es capaz de golpear así a un niño por todo el cuerpo, en el estómago, la cabeza y la espalda hasta dejarle hecho un amasijo de carne blanca”, dice conmocionado, Fath Al- Rahman. Ismail y Mohamed recibieron una brutal paliza por intentar escapar de la escuela coránica.
Las khalwas: la única educación para muchos niños
Las escuelas islámicas o khalwas, como se las conoce en Sudán existen desde hace siglos. Ofrecen educación gratuita a los niños de todo el país y están financiadas por el Estado y por donantes privados. Los niños viven en las khalwas donde aprenden a leer, a escribir y a recitar el Corán. Constituyen la única vía para que los hijos de la mayoría de las familias reciban una mínima educación.
Sin embargo, los vídeos de las graves agresiones físicas, compartidas por las redes en los últimos años, llevaron a Fath Al-Rahman a infiltrarse durante 18 meses con una cámara oculta en varias escuelas coránicas. Su investigación periodística reveló la magnitud de estas terribles prácticas.
Horror y justicia en las khalwas
“Desde 2018, he entrado en 23 escuelas islámicas por todo Sudán. En muchas de ellas vi a niños encadenados y con grilletes”, relata Fath Al-Rahman. En las imágenes pueden verse filas de seis o siete niños, algunos de no más de cinco años, obligados a correr encadenados. Se caen, les azotan y se vuelven a levantar. “Si no les golpeo, no aprenden”, asegura uno de los maestros de la escuela. Es la creencia generalizada de los jeques y de estas instituciones. De hecho, el jeque Hussein, de la escuela al-Khulafaa al-Rashideen, afirma que encadenar “está lleno de beneficios”.
“Pasan cosas malas en las khalwas. (...) Te violan en contra de tu voluntad”, confiesa Mohamed, de 10 años, al periodista. Le han dado el alta en el hospital, aunque tiene problemas psicológicos a raíz de las traumáticas experiencias vividas en la escuela coránica. Parece que lo peor no termina con los golpes y los grilletes.
“Te violan en contra de tu voluntad“
Hasta ahora, las familias no habían denunciado estas abominables prácticas. La influencia de los jeques, la máxima autoridad en las escuelas islámicas, es tan grande como la impunidad que los protege. Sin embargo, algo está cambiando lentamente en Sudán. Algunos padres se cuestionan si deben sacrificar a sus hijos por el honor de los religiosos. Y se atreven a romper el silencio, a llevarlos ante los tribunales y a exigir justicia.