Felipe de Edimburgo y Lady Di, dos 'intrusos' en el Palacio Buckingham condenados a entenderse
- Pese a los rumores, el marido de Isabel II y la princesa de Gales mantenían una entrañable y tierna relación
- Felipe de Edimburgo, 70 años a la sombra de la reina de Inglaterra
Casarse con la mujer más poderosa de Reino Unido tuvo un alto coste para Felipe Mauntbatten. Convertido en duque de Edimburgo y consorte de la reina Isabel II, tuvo que permanecer a la sombra de la monarca durante más de 70 años y hacer importantes concesiones. Renunció a su nacionalidad, su apellido, sus títulos e, incluso, su religión. Tras una larga vida, el príncipe Felipe ha fallecido "pacíficamente" a los 99 años - a dos meses de cumplir los 100- en el castillo de Windsor.
Durante años se sintió como un 'intruso' en la familia real, obligado a cumplir con las imposiciones de la Corona británica. Sin embargo, la llegada de Diana Spencer a Buckingham Palace en 1981 supuso un soplo de aire fresco para la monarquía. Y el duque de Edimburgo y encontró en ella la mejor aliada dentro las puertas de palacio.
Al contrario de lo que se ha pensado durante muchos años, el príncipe Felipe y la esposa de su hijo Carlos mantuvieron una magnífica relación. Así lo demostraron las cartas que suegro y nuera se intercambiaron en 1992, año en el que el matrimonio de los príncipes de Gales ya estaba deteriorado y estaba a punto de salir a la luz la infidelidad del heredero con Camilla Parker Bowles.
En el proceso de divorcio, Lady Di contó con el apoyo del consorte, el cual desaprobaba la actitud de su hijo. "Es estúpido que un hombre con el estatus de Carlos arriesgue todo por Camilla",decía una de las misivas. Más allá de eso, el marido de la reina se ofreció a mediar entre la pareja para intentar arreglar la relación, aunque admitía que no tenía "talento como consejero matrimonial".
Además, el duque le escribió halagos y palabras de consuelo: "Nunca imaginamos que podría dejarte por ella. Esa posibilidad nunca se nos pasó por la cabeza. No me puedo imaginar que una persona en su sano juicio pueda dejarte por Camilla".
Por su parte, Diana se dirigía a Felipe con un cariñoso "Papá" como se puede leer en el encabezado de las cartas. Ella le agradecía su atención y comprensión en un momento tan complicado, en el que se sentía sola.
Una relación cómplice y sincera en la que también estaban permitidos los reproches. En una de esas notas Felipe llegó a recriminar las infidelidades de la princesa y su parte de culpa en la ruptura del matrimonio: "¿Puedes sinceramente mirar dentro de tu corazón y decir que la relación de Charles con Camilla no tuvo nada que ver con tu comportamiento hacia él en tu matrimonio?".
La tierna "amistad" se quebró, como nos recuerda Boris Izaguirre desde la Madrid Fashion Week, por un desafortunado comentario: "El gran error de Diana de Gales fue decirle que ellos eran iguales porque los dos eran de fuera que entraban dentro de la misma familia. Y esto el duque nunca lo encajó bien".
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