Los jóvenes artistas de Generación 2021 reflexionan sobre la identidad desde la disidencia
- Metrópolis repasa los ocho proyectos ganadores de la XXI edición del certamen de Arte Joven Generaciones promovido por la Fundación Montemadrid
- La exposición Generación 2021 se puede visitar en La Casa Encendida hasta el 9 de mayo
- Generación 2021 se emite el martes 13 de abril a partir de las 00.55h en La 2
El certamen de Arte Joven Generaciones, con la exposición Generación 2021 comisariada por Ignacio Cabrero para La Casa Encendida, celebra veintiún años de apoyo y difusión del arte emergente de nuestro país. Entre las casi 600 propuestas presentadas en esta edición, se han seleccionado los proyectos de María Alcaide, Javier Bravo de Rueda, Claudia Claremi, Isabel Marcos, el colectivo nucbeade, Simón Sepúlveda, Lucía Bayón Mendoza y Helena Vinent.
A pesar de tener procedencias diversas y basarse en formulaciones artísticas bien diferentes, estos ocho artistas coinciden en su interés en torno a la construcción de la identidad, tanto individual como colectiva, partiendo de su experiencia personal.
Formalmente presentados como instalación, vídeo, pintura y escultura, los trabajos incluidos en la exposición Generación 2021, cuestionan el orden establecido y proponen alternativas a los modos convencionales de ver y entender la realidad, a través del arte.
Disidencia frente al convencionalismo y la lógica binaria
Comenzamos nuestro recorrido por Generación 2021 con la instalación LICENCIA DE AMOR B Y P, del colectivo nucbeade (Quiela Nuc, Madrid, 1990 y Andrea Beade, Madrid 1988). El proyecto recrea una habitación del desaparecido Centro Nuestra Señora del Pilar, sede del Patronato de Protección a la Mujer, una institución pública española dependiente del Ministerio de Justicia, encargada de la 'reeducación moral' de niñas y jóvenes menores de edad, hasta mediados de los años 80. Sus pareces y escaso mobiliario dan cuenta de las historias vividas e imaginadas por las jóvenes que las ocuparon, haciendo visible un espacio de represión a través de los relatos de vidas no normativas. Es la última pieza de un corpus de obras llevado a cabo por nucbeade desde 2018 en torno al deseo lésbico en el Estado español entre las décadas de 1930 y 1980.
Por su parte, María Alcaide (Huelva, 1992), en la video-instalación PIEL (CARNE DE MI CARNE), invita a reflexionar sobre el papel del feminismo en el mundo rural y la desigualdad de oportunidades según el género, la procedencia o la ideología, cuestiones aún vigentes en la actualidad. Basándose en su propia historia familiar, articula una forma de resistencia que surge de la piel, del cuerpo, para afrontar el futuro desde posiciones sin representación en las narrativas dominantes. En Piel subyacen a su vez interesantes cuestiones que ocupan y preocupan a muchos otros jóvenes creadores como la precariedad laboral juvenil, la exploración de la identidad y el sentimiento de pertenencia ligado a la tradición cultural o las desigualdades sociales.
Las formas disidentes del agua
El agua también aparece en algunos trabajos de Generación 2021 como un elemento disidente que se abre paso. La pieza ARQUITECTURA MOJADA, de Isabel Marcos (Madrid, 1986) es una suerte de videoinstalación inmersiva que invita al visitante a fluir con el entorno y conectar con la naturaleza. Inspirada por el hidrofeminismo, que entiende que nuestros cuerpos están globalmente conectados a través del agua (según el libro Bodies of Water, de Astrida Neimanis), y tomando como referencia la planta de tratamiento de agua potable De Berenplaat, en Róterdam, la artista establece un paralelismo entre la relación del agua y la arquitectura, y el cuerpo humano y sus fluidos corporales, para reflexionar y cuestionar nuestra relación con el entorno.
En torno a esta arquitectura mojada, encontramos la constelación escultórica I, STUBBORNESS de Lucía Bayón (Madrid, 1994), una pieza que cuestiona lo que ocurre cuando se deja que el propio material hable a través de sus condiciones variables y su manejo. El conjunto de piezas presentadas está realizado en su mayoría a partir del mismo material, la pulpa vegetal, proceso en el que el agua es un elemento primordial. A partir de la manipulación e intervención de tejidos y prendas de denim, se genera un nuevo discurso desde la memoria colectiva y el recuerdo personal. En el trasfondo de esta pieza encontramos un extenso texto de base donde un personaje femenino, “bb”, inspirado en el narrador de Sartor Resartus, explora la construcción de su identidad a través de sus intervenciones con ciertos materiales y procesos.
Disidencia histórica
La Historia es también objeto de estudio para algunos de los proyectos presentes en esta edición para visibilizar y poner en valor algunos aspectos que parecen vivir al margen de ésta. Claudia Claremi (España/Cuba, 1986) pone su atención en la desmemoria colonial en la serie audiovisual AMNESIA COLONIAL analizando diferentes prácticas culturales y espacios sociales en los que se manifiesta el ‘olvido’ contemporáneo hacia el legado colonial. El capítulo AMNESIA COLONIAL (ESTUPOR) muestra una visión subjetiva de la Cabalgata de Reyes Magos de la ciudad de Alcoy (Alicante), una tradición navideña cargada de una estética orientalista en la que se practica el blackface.
Esta práctica contiene una fuerte connotación racista que parece pasar desapercibida, ya que estos pajes con la cara pintada representan a personas afrodescendientes que se identificaban como esclavos. Esta pieza explora los significados de ésta y otras festividades en las que prácticas similares se han naturalizado culturalmente, obviando, intencionadamente o no, lo que realmente representan.
Por su parte, Javier Bravo de Rueda (Perú, 1989) explora la construcción de la identidad a partir del estudio de elementos de la tradición ancestral peruana. En APUCLLAY: JUEGO Y DUELO, toma como referencia esculturas rituales como la Yunza, árbol decorado en carnavales que simboliza la abundancia, y los castillos pirotécnicos folclóricos utilizados en celebraciones y tradiciones de la cultura andina, como metáfora de la renovación durante el solsticio. Las piezas que lo conforman plantean a su vez un interesante diálogo entre materiales, tradiciones y su formalización artística.
Ahondando también en las grietas que deja la Historia en su formulación narrativa y en la memoria colectiva, la instalación 1989-2019, de Simón Sepúlveda (Chile, 1989), propone una reconstrucción de Chile a partir de algunos de hitos más importantes de la historia reciente.
Para Simón Sepúlveda, “a partir de un conjunto de historias particulares se puede construir una idea e identidad de un país mucho más fuerte”. Así, esta instalación muestra una serie de piezas que, en su conjunto, traza una línea del tiempo público/privado sobre esta época de transición (1989-2019), evidenciando cómo personajes populares, familiares, hitos y temáticas se entrecruzan en diferentes momentos de estos treinta años, que coinciden con la edad del artista, y conforman la visión e interpretación de su país.
Cuerpos disidentes
Terminamos nuestro recorrido por la exposición Generación 2021 con LA PRÓTESIS QUE DIRIGIÓ AL ÓRGANO CONTRA SÍ MISMO, la propuesta de Helena Vinent (Barcelona, 1988), una instalación en la que la artista trabaja desde la experiencia personal cuestionando la función de las prótesis como elementos inventados para paliar la discapacidad de los cuerpos con diversidad funcional. El proyecto pone el foco de interés en la construcción identitaria del cuerpo discapacitado explorando la idea de la construcción humana y posthumana desde su posicionamiento como persona sorda y su dependencia de instrumentos no biológicos para la comunicación oral, como las prótesis auditivas y los subtítulos.