La emoción de rodar 'El olvido que seremos' con Fernando Trueba y Javier Cámara
- Una película que cuenta la historia de un médico y activista colombiano
- El rodaje se produjo entre las emociones de la familia y el equipo artístico y técnico
Fernando Trueba quedó maravillado por la novela El olvido que seremos del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince que escribió sobre la vida de su padre. Se trata de una biografía ficcionada en la que cuenta la historia de Héctor Abad Gómez, un médico y activista que fue asesinado un 25 de agosto de 1987 en Medellín. El director madrileño le parecía que este era un libro demasiado “íntimo” y “personal” para convertirse en un film. “El cine es menos íntimo, hasta cuando decimos que una película es intimista han trabajo una legión de personas”, ha reflexionado en De pe a pa.
Veía “lógico” que el propio autor de la novela hiciera la adaptación del libro al cine junto a él. El escritor lo rechazó porque “no quería volver a abrir esa herida y además no sé nada de cine”, ha contado que le confesó Abad Faciolince. Entonces se lo pidió a su hermano David Trueba que se hiciera cargo del guión: “No me costó porque le pillamos en el momento perfecto, pero es verdad que es la persona más ocupada que conozco”.
Aunque esta película le llegó a Trueba como un encargo, “para mi no existe ese término. Yo solo hago películas que pueda sentir al cien por cien y hacerlas desde dentro” y ha añadido que “Lo interiorizas tanto, lo haces tan tuyo que no lo distingues. Es más, acaba siendo más tuya que si la hubieras escrito tú”.
La cinta de nombre homónimo a la novela se estrena en España el próximo 7 mayo.
En la piel de un médico colombiano
Javier Cámara interpreta a Héctor Abad Gómez. Es un personaje colombiano y, por lo tanto, su voz tenía que actuar con su acento. Ha reconocido que no tiene mucha facilidad para hablar a la manera de otras regiones, pero con el colombiano “no se lo que me pasó que lo hice más mío”.
“Mi susto no iba por el acento, sino por lo grande, lo precioso y lo maravilloso que me había resultado el libro”. Una novela que Trueba regaló a Cámara “mucho antes de hacer la película”, cuando se fue rodar La reina de España a Colombia. “Tres años después cuando me ofrecieron la historia, me parecía un Everest demasiado grande para subirlo. Al principio, les dije que no, que lo hiciera un actor colombiano. Cuando conocí al autor y que me parecía mucho a su papá”, cambió de opinión.
Que el personaje real y el que interpreta Cámara se parecieran, no era para Trueba importante porque se trataba de un personaje poco popular. Lo fundamental para el director era “la alegría que tenía”. “Era un hombre que amaba a la vida, a los seres humanos y lleno de bondad. Me parecía que tenía todas las papeletas para hacer el personaje”.
Un rodaje emocional
A medida que Javier Cámara se fue documentando para interpretar al médico a través grabaciones de radio o películas domésticas, le daba “miedo” porque “veía la trascendencia humana y política” en Colombia. Pensaba que podía ser “un invitado que no iba a poder dar lo máximo”, aunque el hecho de que fuera extranjero le “relajaba un poco”, le permitía distanciarse “ante la emocionalidad que había en el rodaje todo el tiempo. Todos los actores, técnicos, la gente que había conocían perfectamente la historia. Había demasiada emoción. Me gustaba alejarme un poco y decir ‘voy a mirarlo con un poco de frialdad porque sino aquí acabamos demasiado lacrimógeno todo’”. Una experiencia que a Cámara le ha permitido hacer “amistades maravillosas” y una película que la ha definido como “comunión”.
El amor a salud
“Era un hombre que amaba a la vida”, decía Trueba en el programa de Pepa Fernández sobre Héctor Abad Gómez. Añadía que “es un apóstol de la medicina pública, de la medicina preventiva. A principios de los años 60, hace la primera vacunación masiva de polio porque había un pueblo donde estaban todos los niños contagiados. Era una persona con toda su vida entregada a solucionar problemas reales y concretos”.
El aplauso de la familia
“Nunca me había enfrentando a estar haciendo una proyección de la película para los personajes reales. Estaba aterrado. Salí a tomarme algo, mientras ellos la veían y fue muy bonita la reacción porque Cecilia [la esposa de Hector Abad Gómez] me decía ‘ay, Fernando, como me ha gustado la película. Me he reído tanto y, de repente, se me ha congelado la risa y me he dicho a mi misma, de qué te ríes, si sabes lo que va a ocurrir’, para mí era que ya había entrado, que lo estaba viendo como algo suyo. Era su propia vida. Es muy curioso y muy bonito”, ha concluido Fernando Trueba.