Sí: has comido vainilla hecha a partir del ano de un castor
- En las etiquetas, el ingrediente que procede del castor se indica como "sabor natural a vainilla"
- El castóreo es una sustancia segregada por los castores y empleada en la industria alimentaria
- Ha ido siendo sustituida por un derivado del petróleo, la vainillina
Se acercan los meses de calor y lo que más nos apetece a muchos es llevarnos a la boca un buen helado de vainilla. ¡Qué maravilla! Pero, ¿y si estuviera hecho con culito de castor? En serio: de las secreciones anales del castor, ese afable animalillo que construye diques en los ríos para criar a su prole, se obtiene un aditivo empleado en la industria alimentaria para infundir de aroma a vainilla toda suerte de productos que lo necesiten, desde helados a bizcochos, galletas, postres lácteos y bebidas.
Un poco de contexto
De cómo a alguien se le ocurrió coger a un castor y estrujarle el ano para darle sabor a sus natillas no tenemos ni la más remota idea. Pero te contamos algo sobre los castores, que secretan esta sustancia grasienta vía sus sacos anales: ellos la utilizan para limpiar e impermeabilizar su pelaje y así afrontar con éxito las largas jornadas de construcción en el río, aunque también para identificarse entre sí, ya que contienen feromonas.
Los humanos hemos llamado a esa sustancia ‘castóreo’ y lo cierto es que se ha empleado desde, por lo menos, la Antigua Grecia, como remedio para distintas dolencias, como fijador en perfumería y, también, posteriormente, para lo que aquí nos ocupa: darle sabor a distintos alimentos.
¿Cómo saber si alguna vez he comido castóreo?
Si te estás haciendo la pregunta del millón y si quieres evitar comer productos que lleven castóreo, sea por repelús o para evitar el maltrato animal, busca en la lista de ingredientes de productos que sepan a vainilla las siguientes palabras: “sabor natural a vainilla”. Esto indica que lejos de emplear la cotizada vaina aromática que crece en Madagascar, México y la Polinesia, el producto en cuestión utiliza este líquido segregado por los castores.
Que no cunda el pánico (o sí)
El castóreo ha ido siendo sustituido por la vainillina, un compuesto químico obtenido de forma sintética a partir de otra secreción, tal vez la más valorada de todas, pero esta vez hablamos de la que segrega la Tierra: el petróleo. Entonces, ¿estamos comiendo petróleo? No exactamente.
La vainillina se encuentra de forma natural en alimentos como el aceite de oliva, la mantequilla, el lichi, las frambuesas o el clavo. Sin embargo, extraerla de estos productos no sería rentable, ya que se encuentra a muy bajas concentraciones.
Es por esta razón que en primer lugar se intentó extraer de la savia del pino, aunque pronto el método que se usa actualmente le ganó todo el terreno: la síntesis de vainilla a partir de guaiacol, un compuesto procedente de la industria petroquímica, es decir, la que se dedica a la elaboración de derivados químicos del petróleo. A su vez, el guaiacol resulta de la creosota, que procede del tratamiento de alquitranes, tal y como contó para Naukas Jorge Poveda, doctor en Agrobiotecnología.
¡Menos mal que ya (casi) hemos dejado en paz a los castores!