Juarma: ''Cuando escribo intento explicarme a mí mismo las circunstancias que me han tocado''
- Para celebrar el Día Internacional del Libro hablamos con los escritores Juarma y Elisa Victoria
- ¿Está de vuelta la novela costumbrista? Nos cuentan sobre sus nuevas novelas y ese pellizco de realidad
- En estas obras cobran vida personajes en los cuales podemos ver reflejadas nuestras propias crisis existenciales
Hablan desde dentro, desde lo más hondo de su ser. Nos quieren contar una realidad que también es nuestra realidad, no nos queda lejos. Juarma y Elisa Victoria les ponen nombres como Dani, Lolo, Juanillo, María, Gloria o Lali, y consiguen que nos empapemos de su novela al sentirlos como si fuéramos nosotros mismos.
Porque esto que se cuenta podrías vivirlo tú perfectamente. ‘El Evangelio’ y ‘Al final siempre ganan los monstruos’ puede ser una novela sobre ti, sobre tu amiga o amigo, la de esa persona que no cesa en su intento de seguir adelante pese a las consecuencias. Es un desgarro de realidad.
¿Está de vuelta la novela costumbrista?
En su novela ‘Al final siempre ganan los monstruos’, el escritor, Juarma, nos narra la historia de aquellos a los que la sociedad no les ha permitido encajar. Sueños rotos, niños que estuvieron perdidos y se han convertido en adultos que no saben qué les depara la vida y se pierden entre cervezas y rayas de coca. Pero esto no es muy distinto de lo que estamos viviendo actualmente.
‘’Las cosas son muy complicadas y la realidad es espantosa para la inmensa mayoría de las personas. Yo sé quién soy, de dónde vengo y por las cosas que he pasado. Y cuando escribo necesito soltar la rabia, intentar explicarme a mí mismo las circunstancias que me han tocado y ordenar todos esos pedazos en los que te vas rompiendo cada día’’, nos cuenta.
‘’No me sentiría cómodo escribiendo de algo que se separase de mi entorno o que fuese ajeno a él. Nadie nos echa cuentas, el sitio que tenemos asignado es el de explotarnos en trabajos que muchas veces no te dan ni para vivir. Tener estabilidad es una quimera. A nadie le importa qué pasa en determinados sitios. Cómo es la vida de esas personas. Si puedo escribir una historia voy a contar algo cercano, que explique a mis amigos y a mí. Tampoco sé muy bien qué etiqueta ponerle a eso.’’
Muchas de nuestras personas más cercanas podrían ser los protagonistas de este libro. Porque, ¿quién no se ha sentido perdido en la vida? Aunque lograsen otra solución que la de los personajes que Juarma narra, es inevitable sentir la empatía con ellos.
Problemas existenciales por falta de dinero, estudios, estrés, ansiedad… situaciones que el escritor ha sabido transmitirnos: ‘’Esta crisis se puede ver reflejada en la peripecia vital de los personajes, en la ausencia de estabilidad y de esperanza, en la falta de un futuro, en ese buscarte la vida como puedas y en sentirte vivo como sea’’, nos narra.
‘’En la novela intenté también reflejar las crisis que afectaban a los padres y que tuvieron una incidencia nefasta en sus hijos, que han heredado un tipo de comportamiento perjudicial para ellos mismos y su entorno. Quería contar esa falta de expectativas, ese no poder huir de las circunstancias y cómo la precariedad o el abandono determinan a muchas personas.’’
La rabia nace desde las tripas
Ante este espectáculo que nos cuenta el autor, ¿de dónde saca alguien la fuerza para escribir tras las duras jornadas laborales? La respuesta es sencilla: de la rabia. Se genera en el interior, en las tripas, y surge con fuerza, tal y como nos cuenta el escritor, para poder hacernos llegar obras como la suya: ‘’Siempre he necesitado hacer cosas y soltar la rabia, ya sea escribiendo o dibujando. Para mi salud mental es necesario y no sé qué habría sido de mí si no hiciera estas cosas.’’
‘’Cuando te pasas la vida arrastrándote por trabajos precarios intentas hacer algo distinto, necesitas ocupar la cabeza con algo para no venirte abajo todavía más, fantaseas a veces con que te puede cambiar la vida y ser una salida… Para mí es necesario hacerlo. Es lo que me ayuda a mantenerme en pie.’’
Más novelas como la suya
Pero Juarma no es el único que nos da un pellizco. Tal y como os nombrábamos antes, Elisa Victoria también es esa persona que nos cuenta sobre vidas que no son la nuestra y nos ayuda a seguir adelante con ese empujón de empatía: todos tenemos problemas. Su nueva novela 'El Evangelio’ cuenta la vida de Eulalia, Lali para sus familiares y amigos, y cómo el destino le puso la zancadilla.
Una joven universitaria que se despierta sin muchas ganas de ir a clase y que prácticamente se arrastra hasta la silla del aula, verá que, debido a un error burocrático, sus prácticas de Magisterio las tendrá que realizar en un colegio de monjas. Algo aterrador para alguien que ni tan siquiera ha puesto un pie en una iglesia: ‘’Mi novela está ambientada entre el 2006 y el 2007 pero se aprecia un gran desencanto juvenil a la hora de descubrir los entresijos de un mundo incómodo, precario y desigual, así que supongo que puede conectar fácilmente con esta época.’'
Autores como ellos, como Miqui Otero y su novela 'Simón'; 'Los Asquerosos' de Santiago Lorenzo o 'Vozdevieja' de la propia Elisa Victoria, son esos tirones, esa inyección de normalidad, que nos conectan con nosotros mismos y parecen decirnos: ''Tu realidad es la de mucha otra gente, no estás solo/a.''