Zendaya apuesta todo al amarillo... y, sin estar nominada, gana los Oscar
- Zendaya se gana la mayor ovación de los Oscar con este vestido que la representa
- Carey Mulligan 'promete' y arrasa con otro vestido espectacular de Valentino
- Vanessa Kirby es la nueva diva del cine y la sensación de la moda en los Oscar
Zendaya no estaba nominada al Oscar, pero aún así ha ganado esta noche. La actriz de Spiderman: lejos de casa, que puso todo el glamur, el talento y el alma de Malcolm & Marie, se quedó sin mención a su enorme trabajo en los premios y se ha vengado a lo grande. Frente a un pequeño 'fracaso' en blanco y negro, una victoria a todo color: su vestido amarillo, un diseño osado y salvaje de la casa Valentino, ha sido el mayor acierto de la alfombra roja.
Y es que todo iba de rojos, dorados y colores suaves hasta que ha llegado Zendaya. Es atrevida, tiene buen gusto, y ha sabido desmarcarse optando por la opción imprevisible. El aplauso ha sido atronador. Encargada hoy de presentar durante la gala de los Premios Oscar 2021, es la favorita de los expertos y la favorita del público.
El estilo de Zendaya, androginia o feminidad absoluta
Con este vestido en chiffon de seda en un tono amarillo fluor bautizado como "force de beauté" (fuerza de la belleza), Zendaya vuelve a lucir un corte que se ha convertido en su seña, invirtiendo el escote y enseñando piel a la manera 'decorosa' que exige este tipo de eventos. Vestidos que dejan al aire los hombros y el triángulo mágico que se forma entre la cintura y el cuello, y que se puede permitir porque es joven, delgada, esbelta y tiene poco pecho.
La actriz ha completado el look con las joyas y lleva un impresionante collar de diamantes de Bulgari, firma de la que es embajadora. Es un adelanto de la colección de alta joyería 2021: el collar es transformable, pues tiene dos collares de diamantes con un broche central extraíble y una borla. Completa el conjunto un juego de pendientes de diamantes, un brazalete y varios anillos también de diamantes; un total de 183.3 quilates, valorados en más de seis millones de dólares (casi cinco millones de euros).
Fuera de la alfombra roja prefiere empujar los límites de la feminidad, insertando estos rasgos en unos códigos más andróginos. En las galas de premios, no obstante, recrea la feminidad absoluta en clave juvenil: un intenso color amarillo que canta a la vida, celebra la elegancia y el buen gusto y acierta ofreciendo una nueva Afrodita para estos tiempos.
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Así que, aunque es la tercera en optar por Valentino, firma de la que es imagen y que también ha vestido a Carey Mulligan o Laura Pausini para los Oscar, lo que vemos es su propia firma: un estilo auténtico y un vestido fetiche que le hemos visto en distintos tejidos y realizado por distintos diseñadores. Se lo vimos en los Globos de Oro y, de hecho, el diseño recuerda al de Malcom & Marie, la película que nos ofrecía una versión tan triunfal como pesadillesca de esta noche: Zendaya daba vida a una actriz que volvía de una entrega de premios, con un vestido deslumbrante pero oscuro.
Esta noche, de ese conflicto no hay ni rastro: la actriz es todo luz y fuerza, y así se ha convertido en la favorita de la audiencia y en la más comentada en redes sociales.
Por lo menos nos queda eso: su año, laboralmente hablando, ha sido imparable y merecía, tal vez, otra clase adicional de reconocimiento. Ha triunfado con Euphoria, ha entregado una de las mejores interpretaciones del año en su película con Sam Levinson y se ha atrevido a producir en tiempos de pandemia y para sacar a su equipo delante. La firma que ahora dirige Pierpaolo Piccioli la ha elegido a ella, como a Naomi Campbell antes que ella, para representar un modelo de mujer que conecte con el presente y el futuro, y que arrastre a más modelos de mujer a las entrañas de la moda: bellas, libres, diversas, a veces provocadoras. Como Zendaya, que arriesgan y ganan.
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