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Nuestro cerebro, el gran afectado por el Confinamiento

  • Los problemas de salud mental se dispararon durante la pandemia: depresión, ansiedad, estrés…
  • Para reducir el malestar emocional hay que empezar a medirlo de forma adecuada
  • El Cazador de Cerebros se emite a las 20:00 en La 2 | Emisión en Catalunya, 20:40h

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El cazador de cerebros - Confinamiento: un gran experimento natural

Soledad, estrés, ansiedad, depresión. Problemas que ya existían antes de la Covid-19, pero que ahora se están viendo enormemente amplificados. La pandemia es un gran experimento natural que está poniendo a prueba nuestra sociedad a todos los niveles, incluida la salud mental.

Profundizamos en el impacto de la pandemia en nuestro cerebro el pasado lunes en el capítulo “Confinamiento: un gran experimento natural” de El Cazador de Cerebros. Desde que empezó el primer gran Confinamiento en marzo de 2020, muchos científicos de las disciplinas más diversas se lanzaron a estudiar los efectos psicológicos y sociales de esta situación sin precedentes.

Confinamiento - El cazador de cerebros

Gran parte de nuestros mayores pasaron el confinamiento solos

La soledad, protagonista silenciosa de la pandemia

Se calcula que en España más de 4 millones de personas, muchas de las cuales mayores, vivieron el Confinamiento total de la primavera de 2020 completamente solas. Somos animales sociales, y el aislamiento forzado puede ser muy dañino para nuestro cerebro. Lo sabe bien la neurocientífica Raquel Marín, que lleva años estudiando el papel de la soledad y del estrés en enfermedades neurodegenerativas. “La escasa interacción social y el estrés crónico aceleran el envejecimiento cerebral y pueden tener efectos muy negativos, sobre todo en las personas mayores que ya de forma natural tienen una situación de deterioro cognitivo. Los datos que tenemos son todavía preliminares, pero parece que el desarrollo precoz de Alzheimer aumentó de hasta el 20% durante el Confinamiento” nos cuenta.

Las relaciones sociales de calidad son más importantes de lo que imaginamos para prevenir el deterioro cerebral. Ya antes de la pandemia un estudio en Reino Unido con 10.000 personas mayores seguidas durante 30 años habia demostrado que los participantes que pasaban más tiempo con sus amigos reducian del 12% el riesgo de tener demencia senil. Otro estudio en EEUU sobre Parkinson analizó muchos parámetros sobre el estilo de vida y concluyó que la vida social pobre o inexistente era el factor que más contribuía a empeorar los síntomas del Párkinson con el tiempo. Al contrario, un mayor número de amigos reducía los temblores en más del 60% de los casos.

los participantes que pasaban más tiempo con sus amigos reducian del 12% el riesgo de tener demencia senil

Durante el Confinamiento hubo una auténtica explosión de las relaciones sociales online, y las videollamadas entraron prepotentemente en nuestro día a día. Pero, ¿pueden los encuentros virtuales sustituir las relaciones en carne y hueso? Según nos dice Raquel Marín “aspectos como la empatía y la capacidad de sincronizarse para cumplir juntos una tarea no se desarrollan de la misma manera a través de una pantalla. Además el cerebro necesita estímulos físicos, de tacto y olfato. Esto es muy importante a cualquier edad pero aún más para los jóvenes, otro grupo de edad que se ha visto muy afectado por la pandemia en su salud mental.”

El Confinamiento como una misión espacial

Lidiar con la soledad y el estrés es una rutina diaria para los astronautas y todas aquellas personas que tienen que transcurrir un tiempo en ambientes extremos, como por ejemplo las bases antárticas. Su experiencia tiene puntos en común con lo que todos hemos vivido, con una gran diferencia: estas personas eligen libremente participar en las misiones y se preparan psicológicamente, mientras que nadie nos preparó para el Confinamiento. Sin embargo, según el neuropsicólogo Gabriel González De La Torre, hay lecciones valiosas que podemos aprender de los astronautas para superar esta situación: “Es bueno tener una rutina diaria establecida y atenerse a ella. Hay que mantener la mente en el presente, centrarse más en el aquí y ahora. Es importante también dosificar la información que nos llega del exterior, descansar lo suficiente y hacer actividad física regular” nos cuenta De La Torre, que es experto en psicología de las misiones espaciales y decidió aprovechar su experiencia para estudiar los efectos del Confinamiento en la población.

Medir el bienestar, la clave para el cambio

Muchos científicos están convencidos de que el problema de la salud mental durante la pandemia no se está teniendo suficientemente en cuenta en el debate público. Entre ellos el físico Alejandro Cencerrado, que nos explica la razón de esta falta de atención: “el bienestar psicológico es más difícil de medir que otros indicadores como, por ejemplo, el producto interior bruto o la productividad. Lo que no se mide no entra en el debate público. Por lo tanto hay que empezar a medir adecuadamente la salud mental, porque de esta forma con intervenciones muy sencillas se podría mejorar mucho.” Cencerrado trabaja en el Happiness Research Institute de Dinamarca en busca de métodos para medir la felicidad, y durante el Confinamiento recogió datos muy valiosos sobre la caída de los niveles de bienestar emocional en varios países. Según los resultados, en España durante el Confinamiento la felicidad media de la población descendió del 11%.

“Esto nos lleva a plantearnos el rol de los medios y su manera de informar durante la pandemia. ¿Es realmente necesario que los medios hagan preocupar tanto a la gente para que respete más las normas sanitarias? Lo que vemos con nuestros datos es que no.”

Otro dato interesante que salió de las encuestas del Happiness Research Institute es que, por cada nueva persona infectada de Covid, 7.200 personas decían sentirse mucho más ansiosas que antes. Esto puede no parecer tan sorprendente dada la situación, pero lo que vieron los científicos es que a más ansiedad no corresponde un mayor respeto de las normas anti-Covid. “Esto nos lleva a plantearnos el rol de los medios y su manera de informar durante la pandemia. ¿Es realmente necesario que los medios hagan preocupar tanto a la gente para que respete más las normas sanitarias? Lo que vemos con nuestros datos es que no.” afirma Cencerrado.

Lo que es cierto es que los problemas de salud mental durante esta crisis están siendo una verdadera pandemia paralela que no hay que subestimar. En cuanto acabe la Covid-19, ¿se irá también esta ola de ansiedad, soledad y depresión? O, al contrario, ¿dejará huellas que están todavía por ver tanto a nivel individual como social?

Confinamiento - El cazador de cerebros

El virus también tiene un impacto en la salud mental de los ciudadanos no contagiados