Rosa Benito se resiste a volver a la sombra, el lugar del que salió pero ¿por qué?
- Rosa Benito era la peluquera y maquilladora de Rocío Jurado cuando se enamoró de Amador
- Siempre estuvo detrás, hasta que la muerte de la cantante le permitió tener protagonismo soñado
- Rocío Carrasco cumple 44 años enterrando a Rociito y a la mujer anulada por Antonio David
Rosa Benito se resiste a perder protagonismo -cuando Rocío Carrasco es la estrella mediática- y volver al segundo plano en el que siempre estuvo. Tras la separación de Amador Mohedano ha perdido interés para la audiencia porque el vínculo que la unía al clan Jurado ya no existe. Al menos ahora, y por eso se aferra a los recuerdos, al pasado, a las fotos que guarda en el álbum familiar, el que fue construyendo durante los años que ella y Amador estuvieron más cerca de 'La más grande'. Algunos los comparte en su cuenta de Instagram, pero llaman la atención los últimos: momentos en estaciones de tren o aeropuertos que parecen que fueron fotografiados por reporteros. En ellos se ve a Rocío Jurado y detrás, siempre detrás, a Rosa Benito.
Pero... ¿Quién es Rosa Benito?
Rosa Josefa Benito Martínez es alicantina. Nació en febrero de 1956 y encaminó su carrera profesional en el mundo de la peluquería en su ciudad natal hasta que le tocó la lotería en forma de trabajo: su jefe consiguió que la cantante Rocío Jurado la contratase para peinarla y llevar su imagen leonina. Fue entonces cuando conoció a Amador Mohedano, el hermano de la artista que trabajaba de representante, ayudante y manager.
Se casaron en 1977 y la madrina, como no, fue Rocío Jurado. Tuvieron cuatro hijos. Los mellizos, Rosario y Fernando Mohedano, nacieron en 1979, Salvador nació en 1982 y Amador, el pequeño, nació en 1997. De todos ellos, Rosario, conocida como Chayo Mohedano, es la única que ha tenido una carrera artística, aunque siempre ha estado eclipsada por la sombra de su tía. Tras la muerte de Rocío Jurado, Rosa Benito da el salto a la televisión, donde se hace un hueco contando su vida, sus experiencias y sus recuerdos familiares. Algo que nunca ha gustado a Rocío Carrasco, por eso poco a poco se fueron distanciando y rompiendo el vínculo familiar.
La relación de Amador y Rosa con Antonio David terminó de dinamitar sus lazos, no todos de sangre. Ahora se lanzan mensajes, unos más directos y otros más indirectos. También dardos envenenados. El altavoz que usan las dos es la televisión.
Infidelidades, deudas, depresión
Por primera vez pasa del segundo plano al primero, a ser foco y centro de atención. Y no siempre con asuntos positivos. En 2013 se publica que su marido le ha sido infiel y los trapos sucios del matrimonio no se lavan en casa, se airean en los platós de televisión. Tras 36 años de vida en común deciden separarse y Rosa, que no heredó nada de Rocío Jurado, hereda, según se dijo, deudas. La crisis económica provoca una crisis emocional e ingresa en un centro psiquiátrico. Ya nada será lo mismo para ella. Vuelve a la televisión pero la demanda que su yerno, marido de Chayo, pone a varios colaboradores de la cadena en la que trabaja provocan su salida. Rosa se convierte en carne de reality y su nombre termina asociado a la telebasura. Rosa Benito es la imagen de la decadencia.
Intentando salir a flote, se agarra al flotador de su fama y se lanza a los escenarios con su hija. Pero... Queda claro que solo despierta interés si habla de los Jurado Mohedano. Y ahora lo podrá hacer. Rocío Carrasco habla de ella en su famoso documental cuando se remonta a la apertura del testamento de Rocío Jurado. Retrocedemos a 2006. Ana, albacecea y amiga de la cantante, cita a los interesados en la casa de la Moraleja, en Madrid. Van: Gloria, hermana de Rocío, con su marido, José Antonio, Amador y Rosa, José Ortega Cano y Rocío Carrasco. Pero en el documental parece que a la hija de la cantante le 'sobraban' algunos invitados. "Yo estaba allí porque Rocío dejó herencia a mis cuatro hijos y mi hijo pequeño tenía 9 años, era menor de edad. ¡A mí no me dejó nada!", dice. Pero vaya si le dejó, un pasaporte a la fama.