Zahara: "Que te llamen puta es un estigma que te acompaña toda la vida"
- Zahara presenta Puta (2021) en Radio 3 Extra desde el Jardín Botánico de Madrid
- Una catarsis personal sobre el abuso y el maltrato psicológico que se publica este 30 de abril
- Zahara canta a Taylor Swift, su salvadora del confinamiento
Cuando el odio, la culpa y la rabia estallan por los aires es muy difícil intentar parar el torrente de chapapote y mierda que lo inunda todo. Zahara decidió no contenerlo, se dejó caer en el pozo, se manchó de petróleo y buceó hasta lo más oscuro. Del fondo salieron, como en un exorcismo, las historias de acoso escolar, abusos y maltrato psicológico que la cantante experimentó a lo largo de toda su vida. “Todo estaba putrefacto allí abajo”. Y había que sacarlo. Como una catarsis. Una purga personal que toma forma, sin tapujos, ni paliativos, en su nuevo disco, Puta (2021), que se publica este viernes 30 de abril.
“Lo que había ahí dentro tenía un peso tan grande que no sabía que una vez lo descorchase saldrían tantos litros y litros de mierda. Por más que ahondaba no encontraba el fondo, pero quería llegar hasta el final”, confiesa en la primera presentación con público y en directo de su nuevo disco. Un encuentro especial, organizado por Radio 3 Extra en el Jardín Botánico de Madrid y dirigido por los periodistas Julio Ródenas y Virginia Díaz, en el que la cantante desgrana las historias vertebran Puta (2021) a través de sus canciones.
Puta, una catarsis personal
“Necesitaba dar con todo ese dolor y colocarlo en un sitio en el que ya no hiciese daño”, así explica Zahara cómo ese proceso terapéutico se ha reconvertido en su trabajo más ambicioso. Un disco lleno de distorsiones eléctricas y voces ingrávidas con el que la artista de Úbeda ha logrado descorren el velo de la vergüenza y los traumas sepultados por el miedo o la presión del qué dirán. No lo hizo sola. Detrás, su terapeuta, familiares y amigos. “Sin su ayuda este disco no hubiese sido posible”, confiesa.
Una depresión en la que cayó durante las primeras semanas del confinamiento, en marzo de 2020, lo desató todo. “Llevaba un mes y medio confinada, hundida por la apatía y entonces me puse el documental de Taylor Swift y fue muy inspirador”, recuerda. Miss Americana (2020), aborda las consecuencias de la presión mediática en los artistas o la falta de libertad y habla en primera persona sobre el abuso sexual. Una historia que aceleró el propio proceso de Zahara y que acabó inspirando la canción que lleva su nombre: Taylor. "Ya me lo dijo Taylor / Somos yonkis del cariño ajeno / Necesitamos el aplauso del extraño / Hemos dejado nuestra paz en sus manos", reza su estribillo.
Pero al igual que ella admira, hay muchas compañeras que también la admiran ha ella. Voces como las de Amaral, Sandra de Delaporte, Anni B. Sweet o Rigoberta Bandini se han sumado a este encuentro para felicitar a Zahara por su nuevo trabajo, tendiendo puentes entre ellas. “En la música siempre han intentado generar una especie de tensiones y odio entre las mujeres, pero la verdad es que entre nosotras hay amistad y admiración y con este disco estoy recibiendo unos mensajes preciosos”, dice Zahara con la voz visiblemente emocionada.
Canción de muerte y salvación, segundo adelanto del disco, también ha sonado en este encuentro. Uno de los temas claves en la composición del álbum. “Resume todo lo que cuento dentro del disco. El haber estado toda mi vida intentado ser perfecta y odiándome por todas las imperfecciones. Porque solo me han enseñado a ser la mejor madre, la mejor cantante, la mejor en la cama… Pero eso es imposible y es una disociación tan brutal que intentar negarlo solo me estaba llevando a mi propia enajenación”, explica a Ródenas y Díaz.
"He tomado el control del insulto 'puta', lo uso como escudo"
La clave del sonido de su disco también pasa por Martí Perarnau y Manuel Cabezalí, que también han acompañado a Zahara en la presentación del disco. Una colaboración que comenzó mucho tiempo atrás y que empezó a fraguarse con Hoy la bestia cena en casa, el hit de su anterior disco Astronauta. “La bestia fue la primera piedra de esta catedral que hemos construido. Yo me imaginaba que ya entonces que Zahara era igual que todas las reinas de pop americano”, cuenta Perarnau que ahora ha podido llevar esa idea a la práctica a través de su producción. “Ha sido extenuante y lo más complejo de nuestras carreras, pero ha sido un aprendizaje increíble”, concluye.
Otro de los momentos más emotivos del directo ha sido la intervención de Irene, Loli y “la madre que parió a Zahara”. “Son las mujeres de mi vida”, explica Zahara al escuchar el mensaje de felicitación de sus tías y su madre. Figuras fundamentales en su vida, a la que se suma su abuela, ya fallecida y a la que la cantante dedica Dolores, la copla desgarradora con la que cierra el álbum.
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Santa, madre y puta, la trilogía de Zahara
Con Puta (2021), Zahara completa una trilogía con la que la artista ha ido perfilando varias aristas de su propio relato. Un viaje que partía del plano celestial, con Santa (2015); paso por el estelar con Astronauta (2018) y bajo hasta el plano más terrenal con Puta (2021). Un título valiente que le sirve para apropiarse del insulto y desactivar el dolor que provoca. “Parece como si decir puta resultase muy fácil cuando se lanza al aire, sobre todo cuando se usa contra mujeres que son libres y que hacen lo que quieren", señala la cantante.
"Me parecía que reflejarlo de manera escrita en la banda de 'Puta', o en el libreto del disco, era una manera de visibilizar lo que el insulto implica. Cada vez que dicen puta a una mujer le dejas una marca y un estigma, como una banda que le acompaña toda la vida”, explica. Pero Zahara ha conseguido destronar al descalificativo. “Antes cuando veía mi nombre al lado de puta, me daba escalofríos, ahora he tomado el control de esa palabra. Lo utilizo como escudo”, concluye.