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El Monasterio de Santa María de Rioseco devuelto a la vida gracias a sus voluntarios

  • El Monasterio de Santa María de Rioseco no es solo la historia que se encuentra entre sus paredes destruidas
  • Decenas de vecinos se han volcado con su recuperación y han logrado reconstruir parte de su estructura
  • España Directo se desplaza hasta allí para verlo, ¡no te pierdas su historia!

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España Directo - Visitamos el Monasterio de Santa María de Rioseco

El Monasterio de Santa María de Rioseco no es solo la historia que se encuentra entre sus paredes destruidas por el abandono y el expolio posterior. El Monasterio de Santa María de Rioseco es también sus voluntarios y su fuerza y empeño por sacarlo adelante, porque sus muros vuelvan a elevarse como antaño y sus arcos terminen la curvatura para reconstruir los techos. Es las ganas de que la huerta y la cocina de los monjes que vivieron durante mucho tiempo entre sus columnas, vuelva a ser lo que fue y que podamos disfrutarlo como si nunca se hubiera destruido.

Es por ello que hemos querido conocer su historia: la del pasado y la de ahora, un presente que solo mira al futuro de su reconstrucción.

¿Qué es el Monasterio de Santa María de Rioseco?

Se encuentra situado al comienzo del valle de Manzanedo, en una altura que domina al Ebro, al cual parece estar mirando desde las alturas, como si fuera un águila acechando. Está junto a la carretera que asciende hasta San Martín del Rojo.

Fundado en 1236, aunque donde se encuentra actualmente no fue su primer asentamiento, estuvo habitado durante siglos por “monjes blancos” de la Orden del Císter, llamados así por su indumentaria, por contraposición a los monjes cluniacenses, conocidos como “monjes negros”, tal y como cuenta su web oficial.

El Monasterio de Santa María de Rioseco, en Burgos
El Monasterio de Santa María de Rioseco, en Burgos

El Monasterio de Santa María de Rioseco, en Burgos herraez

Abandono y destrozo

En el siglo XIX ocurriría todo: con la guerra de la Independencia los soldados franceses embargaron gran parte de sus pertenencias y los monjes fueron obligados a exclaustrarse desde 1809 hasta junio de 1814. A partir de este año volverían a vivir entre sus paredes, pero no tendría final feliz.

Durante el Trienio Liberal (1820-1823) fueron de nuevo exclaustrados y salieron a pública subasta algunas de las propiedades del monasterio. En 1835 la ley desamortizadora de Mendizábal -que permitía la venta de los bienes monásticos- puso fin al monasterio y a todo lo que los monjes habían cuidado con tanto amor durante siglos. La desidia, el olvido y el expolio hicieron de este patrimonio incalculable, en las ruinas que podemos ver hoy.

El Monasterio de Santa María de Rioseco, en Burgos
El Monasterio de Santa María de Rioseco, en Burgos

El Monasterio de Santa María de Rioseco, en Burgos estivillml

El verdadero corazón del monasterio

Tal y como comentábamos antes, quienes están devolviendo la vida a la estructura que una vez fue un impresionante monasterio, son las decenas de voluntarios que desde 2010 se reúnen para excavar, picar y limpiar todo.

En 2010 se cortaron más de trescientos árboles que perjudicaban las estructuras y los accesos al monasterio. También se cortaron zarzas y yedras para evitar que hicieran más daño en los muros, recogen en su web oficial.

El año siguiente, en solo una semana, lograron mucho más de lo que llegaron a imaginar: volvieron a habilitar varias salas, recolocar suelos, retiraron escombros, recompusieron las tumbas profanadas, acondicionaron la cripta… Un trabajo que a día de hoy sigue adelante gracias a la voluntad de aquellos que quieren volver a verlo brillar.