Poliamor: ¿Es posible enamorarse de varias personas a la vez?
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El poliamor no es un término nuevo, es algo que se practica desde hace muchos años. Aunque no muchas personas conocen el significado real. Se utiliza para definir cuando un grupo de personas mantienen una relación afectiva, íntima, emocional y sexual entre ellas. Lo realizan de forma duradera y simultánea. En esa relación, como es obvio, son más de dos. La clave del poliamor es que todos los que están involucrados en esa relación tienen que saber de la existencia del resto de personas.
A pesar de que es un término desconocido para muchos, para los más jóvenes no es tan extraño. El Observatorio de Consumo Joven realizó recientemente una encuesta a jóvenes de entre 18 y 30 años que reveló que un 25% de ellos cree en el poliamor. Es un dato interesante, sobre todo porque hemos crecido en una sociedad en la que la monogamia es un término habitual y una filosofía predominante.
En el caso de aquellos que practican relaciones poliamorosas, esto no es así. Tienen claro que el amor no tiene por qué estar centrado en una única persona, ese amor se reparte entre todas las personas que conforman la relación. Los poliamorosos defienden que cuando estás con alguien, quieres a esa persona, y quieres lo mejor para ella… Eso puede incluir el ampliar su vida amorosa y sentimental. Es otra manera de entender las relaciones amorosas, por supuesto, siempre de manera empática y sana. La única diferencia es que sois más de dos en la relación.
Ahora que sabemos lo que es el poliamor, tenemos que entender también lo que no es. No es cuando un hombre está casado con varias mujeres ni viceversa. Las relaciones poliamorosas tampoco son un intercambio de pareja. No estamos hablando de swingers. Tampoco es una relación abierta en la que hay una relación estable y oficial y el resto son puntuales o secundarias, o solo tienen carácter sexual. Las condiciones de las relaciones poliamorosas son las mismas que lo que se entiende como relación de dos. Lo que se entiende como amor es lo mismo, solo que hay más personas implicadas.
Por supuesto, es una práctica que tiene defensores y también detractores, sobre todo si tenemos en cuenta que formamos parte de una sociedad que nos ha educado desde la cultura de la monogamia, como hemos dicho al principio.
Si una persona se siente atraída y encaja con esta filosofía del poliamor, lo que deberá hacer es buscar otras personas que encajen con esta forma de pensar y de entender las relaciones. Nunca hay que intentar convencer a alguien que no cree en ello. Hay que tener empatía en este aspecto.
Evidentemente, y como en cualquier relación, los problemas surgen cuando no se quiere lo mismo. En este caso, que una persona no quiera una relación poliamorosa porque se sienta cómoda en la monogamia y la persona de la que está enamorada sí crea en el poliamor. Aquí, por desgracia, el sufrimiento está garantizado.
Pero esto no es el único problema que puede surgir. Los celos, las obsesiones, las inseguridades… Estos sentimientos pueden nacer al pensar que nuestra pareja también está a un nivel íntimo, emocional y afectivo con otras personas. El poliamor puede que no sea para todo el mundo.
Cuando esto sucede se puede intentar, de manera errónea, hacer entender a quien sufre que la opción poliamorosa es la más sana y adecuada, incluso aunque esto vaya en contra de sus creencias y valores. Esto no debería suceder.
Otras veces, se recomienda a quien lo lleva mal que, para superarlo y adaptarse, pase tiempo con las otras personas con las que comparte intimidad su pareja. Si lo hace, esta puede llegar a alcanzar niveles de ansiedad aún más elevados por lo que no es, para nada, recomendable.
Como conclusión, creciendo en una sociedad en la que la monogamia es la filosofía mayoritaria, el poliamor puede ser complicado… Pero hay muchas maneras de entender el amor y esta es una de ellas. ¿Es posible enamorarse de varias personas a la vez? El poliamor demuestra que sí, aunque hay personas que piensan que puede ser una moda pasajera y no una forma distinta de entender el amor.