Yoga para niños: enséñales a meditar a la vez que se divierten
- Meditar desde pequeños es positivo para la motivación y favorece los vínculos familiares
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La meditación no tiene edad, eso es importante saberlo. La meditación no es solo cosa de personas adultas. La meditación en palabras mayores no es todavía para los más pequeños, pero sí podemos enseñarles las principales claves. Así podemos crear una rutina de meditación en casa con sencillos ejercicios de yoga. Para entrenar la mente no hay edad.
Está claro que, a nosotros, los adultos, nos cuesta muchas veces parar y más aún concentrarnos. Imagínate los más pequeños de la casa, que son mentes inquietas. Pero si les enseñamos a meditar, aprenderán a conocerse, a estar en paz consigo mismos… Y cuando sean más adultos, la meditación formará parte de su vida para siempre. Este aprendizaje de por vida no es solo positivo para la motivación, también nos ayudará a crear un vínculo entre nosotros.
Con este video te vas a dar cuenta de que la meditación en familia puede ser un plan más. Porque si les enseñamos a meditar tienen que hacerlo con nosotros. Así lo verán como algo natural. Con estas posturas de yoga que te voy a enseñar, todas referidas al mundo animal, vas a ver que es muy fácil.
Comenzamos con un saludo al Sol. Y este saludo al Sol incluye un saludo al cielo, un saludo a la Tierra que podemos aprovechar para mirar al suelo por si encontramos bichitos. Continuamos con una figura en la que miramos por la ventana y seguimos con dos posturas que son clave en el yoga y que seguro que te suenan: perro boca arriba y perro boca abajo. Por supuesto, si imitamos a un perro, tenemos que ladrar como este animal. ¡Vergüenza fuera!
Continuamos con la figura del guerrero. Tenemos que visualizar y tener la actitud del mismo, porque haremos que luchamos entre nosotros como si tuviéramos una espada. Es una postura que cansa, porque estamos peleando mientras estiramos piernas y brazos. Siguiente postura, pero antes, descansamos.
Ahora nos transformaremos en una vaca y en un gato. Arqueamos la espalda y mugimos como si estuviéramos en un prado. Hundimos la espalda como si fuéramos un gato maullando y enfadado. Dos repeticiones en cinco series.
Terminamos convirtiéndonos en una abeja. Nos sentamos, nos tapamos los oídos y decimos ‘eme’. A la vez, damos vueltas. Y esto lo hacemos durante un minuto. Cuando termines, verás que escuchas todo mejor.
La meditación es tan importante entre los pequeños que muchos colegios ya están apostando por ellas. En algunos recreos, o cuando comienzan las clases, algunos coles hacen estas prácticas de meditación en el aula. Ayuda a la inteligencia social, entre muchas otras cosas buenas. Es muy interesante ver como la meditación se cuela poco a poco en las vidas de todos. Ya verás cómo les ayuda a descargar tensiones. Porque sí, los niños también las sufren.