Candela Peña no es una mujer reivindicativa: "Es una movida que os habéis inventado la prensa de mí y que detesto"
- "Yo no vengo aquí a reivindicar nada, porque aparte yo no abandero nunca nada", dice
- Interpreta a la madre de Bob Pop en Maricón perdido. "Dentro de mí habita una mala madre también"
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Candela Peña es una de las mejores actrices de nuestro cine, 8 veces nominada al Goya y tres veces ganadora del cabezón. Una actriz de éxito que quizá no arrastra taquillazos pero sí excelentes críticas y la ovación de crítica y público. Ahora estrena Maricón Perdido, en el que se mete en la piel y la carne de la madre de Bob Pop, autor y eje de la cinta. "Quise hacer la madre que lo ha puesto en esa silla de ruedas, que lo ha esclerotizado, que lo ha anulado, que ha aniquilado todo su ser, la que no le ha dado espacio a ser quien es. La quería llevar a un sitio muy lejos de mí porque quería hacer a una madre mala".
Un personaje difícil que poco tiene qué ver con su experiencia maternal. O sí. "Dentro de mí habita una mala madre también. Quiero decir, si tú eres mamá de un niño pequeño, una persona pequeña es una persona fácilmente manipulable. Por eso las personas debemos sanar para educar, no desde tus complejos o no desde educarlo para que sea el niño en el que te gustaría que se convirtiera o lo de 'le voy a dar lo que yo no he tenido o lo que yo he necesitado'. No, esas son mis necesidades, no las de esa persona. Yo intento sanar mi mente, pero la madre de Bob, la que yo he construido, es una madre enferma. Ella está enamorada de sí misma y ella cree que lo mejor que tiene su hijo es ella".
Ella, como madre, es una leona que defiende con uñas y dientes a su prole. Candela, nacida en Gavá (Barcelona), tiene un hijo, Román, y los dos han recibido insultos y amenazas en las redes sociales. La violencia era tal que tuvo que pedir ayuda a la policía. "Estamos en un momento en el que la sociedad está muy radicalizada, hay una corriente muy conservadora. Esta serie habla de la importancia del respeto, de que nos dejen ser quienes somos. A mí me ha pasado que por decir cómo eres te tachan de problemática, por contar tu verdad".
Candela enarbola la bandera del respeto, es un icono gay, y una 'petarda', que como dice Alaska, es una palabra a reivindicar. "A mí me parece de una antigüedad tan grande que yo no voy a entrar en lo de las opciones sexuales y que alguien no las respete en el 2021. Voy al respeto en una cosa más amplia, que es que debemos respetar que una tiene el cabello rizado y la otra, liso. El respeto es lo que tiene que estar por encima de todo. Y hay que darle el respeto a todo el mundo que no te lo falte a ti. Porque si no no podrás exigirlo, pero si te lo faltan".
Por eso elige bien sus papeles. A la actriz de 47 años le interesan las mujeres fuertes que viven experiencias poderosas. "Después de esta madre a mí me gustaría pivotar hacia un personaje con el que también me pueda pegar un gran viaje y gracias al destino ha sucedido. No puedo decir lo que es, pero tengo un proyecto espectacular que rodaré en octubre". Confiesa que le molesta que se diga de ella que es reivindicativa. "Esa es una movida que os habéis inventado la prensa de mí y que detesto. Yo no vengo aquí a reivindicar nada, porque aparte yo no abandero nunca nada. Solo quiero que me dejen dar mi opinión, que no digo que sea ni mejor ni peor que otra", dice la actriz que ha dejado huella a su paso por el Festival de Cine de Málaga.