Amparo Muñoz, esplendor y ocaso de un mito que conoció las dos caras de la vida
- 'Historia de nuestro cine' emite Familia cuando se cumplenm 25 años de su estreno en España
- Amparo Muñoz fue Miss Universo, mito erótico y musa del cine pero cayó en la droga y murió muy pronto
- En Familia comparte protagonismo con Ágata Lys. otro icono de la Transición que murió en el más triste olvido
Llegó a lo más alto aupada por su belleza, pero ella no le dio importancia. Fue la más deseada pero ni ella misma se lo creyó. Conoció la fama, el éxito y el dinero..., pero también la desgracia, el desapego y el dolor. Hablamos de Amparo Muñoz, la mujer más bella del universo, la mujer que llegó a lo más alto y a lo más bajo. Conoció el brillo de la fama y el lujo, pero también el negro de un pozo sin fondo. Amparo Muñoz es un icono eterno, una mujer que despertó primero envidias y luego indiferencia. Y de todo ello se habla en el libro 'La vida rota', una biografía firmada por el periodista y novelista Miguel Fernández, el relato de una persona sensible a la que, por desgracia, le tocó vivir en una época opresiva para las mujeres.
Amparo Muñoz nació en Málaga un mes de junio de 1954. Allí empezó a subir peldaños en la escalera de la fama: Fue Miss Costa del Sol, Miss España ( arrebatando el título a Norma Duval) y, con 19 años, Miss Universo. De su Málaga natal pasó a vivir en Quinta Avenida de Nueva York y a rodar en México El diablo en persona junto con Valentín Trujillo y Eduardo de la Peña, dirigida por Edgardo Gazcón. El cine era su sueño pero la organizadora del certamen de belleza le recordó que tenía compromisos con la corona que llevaba.
La más bella del universo
En 2004 dijo que todavía recordaba con terror la experiencia de Miss Universo. "Aprendí a dormir sentada: tumbada en la cama daba una cabezada durante una o dos horas y enseguida volvía el pánico a todo lo que me estaba ocurriendo, a todo lo que veía. Recuerdo una noche en la que Miss Filipinas me invitó a una fiesta en el ático del hotel y me encontré que la fiesta era especial: hombres y mujeres en grupos de dos, tres y hasta más personas se abrazaban y besaban. Era una auténtica bacanal. Por no hablar de las propuestas de entrar en el mundo de la prostitución".
El libro, editado por Roca Editorial, se detiene especialmente en esa etapa posterior a ganar el título de Miss Universo para detallar, párrafo a párrafo, lo que fue para la actriz la fiebre del destape que se instaló en el cine español entre 1974 y 1983. "Parecía un desafío a la dictadura y, en realidad, era una trampa porque era un paso más en el abuso y mercantilización de la mujer". Uno de los motivos que convierten a Amparo Muñoz en una figura del feminismo es que, tras comprobar el trato "sexualizado" que recibían las actrices y modelos en la industria, devolvió el título de Miss Universo y se desvinculó totalmente de la organización.
Un icono de la Transición
Posteriormente, continuó su carrera cinematográfica, más de 40 películas en las que llegó a trabajar con directores importantes como Carlos Saura, Imanol Uribe, Emilio Martínez-Lázaro o Fernando Méndez-Leite, y se convirtió en un icono de la Transición y de los años 80, como Ágata Lys. En esa década vivió un periodo en el que tuvo problemas con las drogas, "como tanta gente en aquella época", pero aun así hubo una doble vara de medir porque, como indica Fernández, "hay creadores que a pesar de consumir se les reconoce por su obra, pero una actriz que se drogaba era una drogadicta".
Poco después de que se conocieran sus problemas con las drogas, que dañaron su imagen como artista, se publicó, añade el autor, una noticia falsa en 1990 que afirmaba que la actriz padecía sida, lo que quebró su carrera ante las dudas sobre cómo se transmitía esa enfermedad, por lo que dejó de recibir ofertas de trabajo durante años. No fue hasta 1996 cuando volvió al mundo del cine con la película Familia, de Fernando León de Aranoa, pero poco después le detectaron un tumor cerebral y volvió a Málaga, donde Miguel Fernández la conoció y comenzaron a escribir sus memorias en el año 2000. Amparo Muñoz murió en febrero de 2011 a los 56 años, debido al cáncer que sufría. Fernández la recuerda con una actitud valiente y animada, como "una persona cálida y afectuosa" y "un icono que fue maltratado por la época que le tocó vivir".