Giorgio Armani ya piensa en la jubilación pero, tranquilos, lo tiene todo controlado
- Giorgio Armani sale a saludar tras el desfile agarrado a Leo Dell'Orco, su fiel mano derecha
- Etro, MSGM, Fendi y Mans firman colecciones tranquilas en tonos suaves y las presentan en plena naturaleza
- El Diesel de Glenn Martens ve la luz: así ha sido el debut del belga en la icónica firma italiana
En Milán no se habla de otra cosa. ¿Se jubila Giorgio Armani? Hablamos de una vaca sagrada de la moda, de un maestro entre los maestros, de un grande que en plena pandemia pegó un puñetazo sobre la mesa harto de la deriva en la que está el sector de la moda. Acaba de presentar su nueva colección en la capital de la moda italiana pero la prensa no habla de ella, solo se hace eco de las palabras del modista. Las dijo rodeado de periodistas en el en el jardín de su sede de Via Borgonuovo, en el centro de Milán, donde se ha celebrado el desfile. "Me encanta hacerlo aquí, donde empecé, esta es mi casa", decía emocionado al terminar el show. Un desfile que no ha sido como los miles de desfiles que ha hecho en estos años. Y es que en esta ocasión no ha salido solo a saludar.
El italiano ha recogido los aplausos junto a Leo Dell'Orco, su mano derecha. "Gran parte de la colección es obra suya. Leo ha trabajado conmigo durante 67 años, y con los años se ha vuelto más maduro, pero también más duro", dice. "Es tan bueno con la ropa de hombre como Silvana con la de mujer", dice haciendo referencia a su sobrina. En estas palabras muchos ven un claro mensaje: estos son mis sucesores. Pero Giorgio no lo ha confirmado. "Estoy preparando mi futuro con gente de mi círculo cercano", ha añadido para tranquilizar a todos, dejando claro que solo piensa en la continuidad de la marca que creó en 1974.
Han pasado 47 años y hoy es el gran rey de la aguja, uno de los veteranos, uno de los últimos representantes de la época dorada de la moda. Hoy sus desfiles acaparan tanto protagonismo como sus palabras. La nueva colección es un elegante ejercicio de contención estética, con predominio de las formas tranquilas y los colores suaves. No hay espacio, ni hueco en el armario, para la extravagancia y el derroche, la moda del italiano está al servicio de las mujeres y los hombres que buscan vestirse con prendas de calidad, piezas eternas que desprecian la temporalidad, las modas y los cambios drásticos que suelen irrumpir con cada temporada.
Un suave estilo soft recorre la pasarela de Milán, firmas como Fendi y MSGM se suman a esa calma estética, con colecciones que no apabullan a primera vista, ya que se tiñen de suaves tonos empolvados, amarillos y verde jabonosos, grises y azules talco... Lo mismo que Ermenegildo Zegna, que tinta de estos tonos apacibles una colección fabulosa que redefine conceptos como minimalismo, sastrería y masculinidad. Otra característica común vista estos días es la elección de los espacios para mostrar las colecciones. Son muchos los que escogen parajes en plena naturaleza enmarcando las colecciones, a los antes citados se sumaMans, la firma de Jaime Álvarez con su Summer Camp.
Prada se haya, parece, en un proceso de redefinir su marca. La alianza de Miuccia Prada y Raf Simons era excitante y prometía dar nuevos y buenos frutos. Pero... quizá sea demasiado pronto. Lo visto esta semana es completamente prescindible. Lo que pasa en Prada es una metáfora de lo que ocurre en los talles y las casas de moda italianas: se hayan en un proceso interno de reconversión. Armani prepara su salida para dar paso a 'currantes' que se alejan de la imagen del diseñador estrella. ¿Harán lo mismo Domennico Dolce y Stefano Gabbana? Parece que todavía tienen mucho qué decir. Su nueva colección es un canto a Italia, a la moda italiana, a los artesanos italianos, a la cultura italiana. Los Dolce&Gabbana lo estampan en sus camisetas: 'Orgullosamente italiano', se puede leer en una de ellas. Un mensaje que en estos momentos es mucho más poderoso que un logo.