El Museo Arcade, el Preventorio fantasmal, y otros sitios bizarros de Alicante
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Alicante, tierra valenciana con una multitud de playas, edificios y monumentos exquisitos. La provincia ofrece un amplio abanico de excursiones a través de sus localidades, para todos los gustos y necesidades, y nuestros guías, Marta Hazas y Touri, han decidido elegir la ruta más bizarra que han podido encontrar.
Han recorrido Rojales y sus cuevas de artistas excavadas en las rocas, la cantera esculpida creativamente en El Cau, un museo con máquinas de arcade vintage, y el Preventorio para enfermos de tuberculosis abandonado. Pero esta vez lo han hecho en solitario, debido a una pequeña discusión que ha tenido al inicio del camino. Se han echado de menos y han vivido experiencias diferentes: Marta se ha enfrentado sola a fantasmas y cacofonías, mientras que a Touri casi lo detiene un policía con carrera de actor. ¿Sorprendente? Pues no te puedes perder toda una aventura en este programa de Rutas Bizarras.
Rojales: cuevas de artistas y la Casa de las Conchas
En el municipio alicantino de Rojales, situado a orillas del río Segura, se encuentran las cuevas del Rodeo. El barrio está constituido por cuevas excavadas en la roca, y actualmente alojan a una comunidad de artistas diversos. Esa colina era un vertedero, pero hace más de veinte años se inició un proyecto para “restaurar y rehabilitar las cuevas. Consistía en limpiarlas y entregárselas a artistas para que trabajasen y moviese el tema cultural”, cuenta Santi Veracruz, un artista multidisciplinar que elabora sus obras allí. En total son 16 cuevas y en la asociación hay unos 20 artesanos y artistas.
Cerca de este bohemio barrio se encuentra la Casa de las Conchas, un lugar muy característico por tener la fachada recubierta de conchas de berberechos, almejas, mejillones… Aunque no pertenece a la comunidad de artistas, sí que “hay buen rollo con los dueños y los incluimos en los mapas”, cuentas Veracruz. Además, apareció en el Libro de los Records Guinness.
El Cau, una preciosa cantera en Elche
El Cau es una antigua cantera natural situada a las afueras de Elche, en la provincia de Alicante. Es genuina gracias a la labor de un artista amateur local, conocido como Mariano Ros. Empezó a esculpir la piedra en los años 90 llegando a crear varias decenas de relieves en la zona. Todos los motivos que se pueden contemplar están “relacionados con Elche o con su historia”, cuenta el sobrino del escultor. Cándido Escribano, artista y amigo de Ros, lo recuerda como uno más de su familia. Fue su maestro y su predecesor, y ahora trabaja para seguir manteniendo la obra de su compañero ya fallecido.
El Preventorio abandonado de Aigües, el destino más fantasmal
Fue un hospital-residencia para tuberculosos y está abandonado desde hace décadas. Como es de esperar, acumula una larga lista de historias relacionadas con fenómenos paranormales: psicofonías, apariciones de inquietantes damas blancas o risas y voces de niños. Antonio Ruiz Escaño, más conocido como El niño de Leone, policía y actor en películas como El bueno, el feo y el malo, se encarga de controlar el uso que las personas le dan al edificio privado: “viene mucha gente haciendo la tabla Güija, o vestidas de negro satánico, y les invitamos a irse”. Los más atrevidos cuentan que han visto a una monja vestida de blanco, o que escuchan voces de la gente que se alojaba en la residencia.
Covetes dels moros, laberínticos almacenes de comida Bereber
El siguiente destino es la Covetes dels Moros, en Bocairent. El lugar es de lo más curioso, ya que son un conjunto de cuevas artificiales excavadas y llenas de huecos en forma de ventanas sobre el Barranco de la Fos. El lugar tiene más de cincuenta cámaras con cincuenta ventanas, muchas de ellas interconectadas. Según Paco Satorres, guía del espacio, “las ventanas son las puertas de entrar a las habitaciones”. Aunque existen muchas hipótesis, los arqueólogos modernos cuenta que esas estancias era almacenes de cereal construidos por una tribu Bereber en el siglo IX y X, y cada familia tenía su despensa. Actualmente se puede visitar, “los niños disfrutan mucho”, y los adultos también, eso sí, “tienes que estar ágil porque hay que moverse a gatas”, dice riendo Satorres.
Museo Arcade Vintage: El templo de los Gaimers
Uno de los templos sagraos para los gaimers se encuentra en Ibi, en concreto, en la antigua nave industrial de Juguetes Ricose. El Museo Arcade Vintage es lugar de peregrinación obligatorio para todos aquellos a los que les fascine las joyas vintage de arcade. Hay más de 300 piezas entre ordenadores viejos, máquinas del millón, y máquinas recreativas con los juegos de la época (como el Donkey Kong). José Litarte, CEO del museo, empezó la colección en 2013, cuando vio que había un mundillo de coleccionistas de máquinas de arcade. “Nos juntamos gente de la zona y creamos la Asociación Arcade Vintage, de la cual nace luego el museo”. Hay máquinas de todos los valores y procedencias, hasta de Estados Unidos. Un túnel del tiempo al paraíso gaimer.
Vuelve a ver Rutas Bizarras en el Restaurante de Chiquito.