Marujita Díaz: 6 años sin la chica del 'chimpún', la folclórica que vivió, con pena, a la sombra de Sara Montiel
- La artista falleció el 23 de junio de 2015 y su recuerdo y fama se van apagando año tras año
- Se casó con Espartaco Santoni y Antonio Gades, y siempre vivió a la sombra de Sara Montiel
- Conmoción entre los famosos por la muerte de Mila Ximénez, de Pablo Alborán a Bibiana Fernández
La muerte de Mila Ximénez ha eclipsado el aniversario de la muerte de Marujita Díaz, tan solo Dinio ha hecho un guiño a la casualidad, al hecho de que ambas mujeres hayan muerto el mismo día, aunque son 6 años de diferencia. El fallecimiento de la tonadillera tuvo un enorme impacto mediático, porque se trataba del adiós de un personaje carismático, y muy popular en la prensa del corazón, sobre todo por su romance con Dinio y las peleas guionizadas con otras folclóricas, como Carmen Sevilla o Sara Montiel. La manchega fue el espejo en el que Maruja se fijó, demasiado para los expertos de la copla. Entre ellos, Terenci Moix. El escritor no dudó en ponerla a caldo en su imprescindible 'Suspiros de España'. En el libro le dedica lindezas como "Calcó plano a plano la personalidad de su rival [Sara Montiel] y, sin embargo, amiga. Maquillaje, peinados, atuendos, movimiento de labios, estilo, repertorio... todo fuee rigurosamente copiado para quedarse, naturalmente, a años luz del original".
Marujita nunca fue una artista de primera fila, su estrella nunca llegó a brillar igual que las de la Montiel, la Jurado y Lola Flores. Y talento no le faltaba. Maruja Díaz Ruiz nació en Sevilla el 26 de abril de 1932 y desde muy joven demostró sus habilidades para la interpretación y la canción. Debutó en el cine en 1948 pero empezó a destacar dos años más tarde con El sueño de Andalucía, junto a Luis Mariano y Carmen Sevilla. Su fama fue creciendo película a película y en 1957 se fue a 'hacer las Américas' para volver dos años después con un estilo nuevo: de tonadillera a artista de cuplés y tangos, muy de moda gracias a Sara Montiel y El último cuplé. Maruja tuvo sus éxitos en el cine, como Pelusa, La comparsita y Abuelita charlestón. Pero su nombre de pronto salta de las prensa cinematográfica a los ecos de sociedad. Su romance con Espartaco Santoni la convierte en carne del 'corazoneo' y desde entonces ha permanecido más vinculada a este tipo de prensa. Se casó con el play-boy en 1958 y el matrimonio duró tres años. Después se casó con el bailarín Antonio Gades, del que se separaría un año después, con nulidad concedida.
En la revista Diez Minutos salió enseñando el ombligo antes y después de hacerse una liposucción y en la revista Miss dijo que era mucho mejor que Liza Minelli. "Los que no tengo son las oportunidades de ella porque estamos en España, pero con la mitad de posibilidades soy mejor que la Minelli, ¡Eso desde ya! Por lo pronto soy mucho más guapa. Eso para empezar. No soy tan 'escuchimizá' y tengo una zarabanda que no se puede aguantar". En 1976 saltó a la televisión, a TVE, con el mítico programa 'Música y estrellas' que Terenci Moix describe como "ejemplo para los estudiosos del mal gusto nacional".
Una belleza de la copla
No todos piensan igual. Manuel Francisco Reina, escritor y crítico literario, dice en 'Un siglo de copla' que Marujita Díaz era una "cantante de voz excepcional y gran ductilidad para abordar géneros tan dispares como la copla, el pasodoble, el cuplé o la zarzuela", y destaca dos canciones entre su extenso temario, 'Banderita' y 'Soldadito Español'. "Lo que es innegable es que es uno de los rostros más bellos de la copla", añade.
Pasó, como pudo, por los 80 y 90, años en los que España prefería la música extranjera y la televisión y la radio apostaba por todo lo que no sonara a copla. Salvo raras excepciones, como Rocío Jurado e Isabel Pantoja. Pero ella tenía un as en la manga y lo supo aprovechar. A finales de 1999, Maruja sorprendió a todos trayéndose un novio de Cuba: Dinio. Su relación, cuestionada por todos, supuso una suculenta fuente de ingresos para ellos y la 'relación' duró tres años. Luego intentó vender otros amores, entre ellos uno con Daniel Ducruet, ex de Estefanía de Mónaco. "De Marujita me gusta todo, desde el pelo hasta los pies", dijo el francés, empeñado en esos años en ser cantante.
¡Y chimpún!
Dicen de ella que era millonaria y que su joyero estaba lleno de 'charcutería fina', como se refería a sus impresionantes collares, anillos, pulseras, broches y pendientes. Acusó a Sara Montiel de 'montajista' porque no la invitó a su boda con el cubano Tony Hernández y llevaron sus peleas a los platós de televisión, tirándose, literalmente, de los pelos, para demostrar que ninguna llevaba peluca.
Hizo célebre una coletilla: ¡Y chimpún!, que repetía continuamente para cerrar sus frases, movía los ojos en círculos con una destreza asombrosa y sabía imitar la risa del Pájaro loco. Maruja era un icono gay, y un modelo estético a seguir por las drags del momento. Todas acompañaron a la artista cuando la ciudad de Madrid le entregó un premio. "Es una de las noches más bonitas de las Españas bellas", dijo. Unas Españas que lo fueron para ella y que ahora, para muchos, resultan un tanto casposas. Para otros Maruja era, es y será un mito pop.