Los duros obstáculos que superó María para aprender a quererse a sí misma
- La aspirante de Tomelloso ya está preparada para afrontar cualquier reto por complejo que sea
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En los once programas ya vividos de MasterChef 9, María ha luchado contra viento y marea por demostrar y demostrarse que está preparada para afrontar cualquier reto por difícil que sea, tanto dentro como fuera de las cocinas. Y tras la visita de su hermana Ana, la de Tomelloso ha podido comprobar que su seguridad en sí misma la llevará hacia donde ella quiera. Incluso a superar gastronómicamente a su padre.
¿Por qué decimos lo de su padre? María y Ana desvelaron durante el programa la exigencia de su padre con ellas, y cómo a día de hoy, María no había podido cocinar la paella de su padre. “Con otras cosas si que nos ha dicho que nos pusiéramos con él, pero con este plato no, nunca”, afirmó María. La gran valoración de los jueces empujó a Ana, hermana de la aspirante, a dedicar unas palabras a su padre: “Papá, es el momento de empezar a confiar en María”.
Esta frase fue el click que necesitó María para confesar cómo ha tenido que crecer condicionada por la exigencia de su padre. Tras triunfar junto a Meri y Fran en la prueba de exteriores, y ya como semifinalista de MasterChef 9, María abrió su corazón: “Todos los hijos de todo el mundo son mejores, mira la otra que guapa es… y yo nada”. Pero Jordi Cruz le abrió los ojos a María y confesó que su padre era incluso peor: “A mi me pasaba lo mismo. Hasta que un día le encontré una libreta llena de recortes de cosas mías”. Pero por encima del nivel de exigencia tan alto que le impuso su padre, María sabe que en el fondo su padre está “muy orgulloso y que se le cae la baba, pero le cuenta demostrarlo”.
Incluso Pepe llegó a bromear con la situación. “¿Qué tu padre no te ve guapa? ¿ Pero le habéis llevado al oculista?”. María, entre risas, admitió que su padre lleva gafas pero que no deben estar demasiado bien graduadas.
Una seguridad mal entendida por algunos
Además, durante MasterChef 9 hemos sabido que otro de los obstáculos que ha tenido que superar María ha sido la seguridad en sí misma que tiene y que mucha gente confunde. Ella misma ha reconocido que es “un poco terca”, y que eso hay gente que no lo entiende. Pero programa a programa se ha visto que estar seguro de lo que uno quiere no es ni mucho menos un defecto, si no una manera de seguir el camino para llegar al éxito.
Esta confianza en si misma se ha potenciado en MasterChef 9 y gracias al programa María ya sabe como enfocar su futuro, tras una racha muy mala por culpa del Covid: “Me siento super afortunada. Hace un año mi vida estaba en ruinas. Me fui otra vez a vivir a Tomelloso tras la muerte de mi abuela, porque la estabilidad emocional de mi madre dependía de mí. Además, laboralmente estaba perdida”. Una vez más se confirma que MasterChef cambia vidas. Y si no, que se lo digan a María.