Cecilia Vicuña: Arte y poesía como formas de resistencia frente a los convencionalismos sociales y la represión política
- Su extensa obra se caracteriza por la búsqueda constante del arte puro, de la libertad; huyendo de jerarquías, géneros y límites
- Obtuvo el Premio Velázquez de Artes Plásticas en 2019
- ‘Cecilia Vicuña. Veroír el Fracaso Iluminado’ se emite en Metrópolis el martes 6 de julio a las 00.40h en La 2
Poeta, artista visual y activista. Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948) es considerada una de las pioneras del arte conceptual chileno. Desde los años sesenta, sus dibujos, collages, esculturas, vídeos y acciones, se sitúan en los márgenes de los circuitos oficiales del Arte y no es hasta su participación en la documenta 14 (2017), celebrada simultáneamente y por primera vez en dos ciudades, Kassel (Alemania) y Atenas (Grecia), que su carrera se impulsa considerablemente consiguiendo reconocimiento internacional. Obtuvo el Premio Velázquez de Artes Plásticas en 2019.
El ecologismo, la cultura indígena, el poder de las palabras o el feminismo, vertebran su práctica artística. Una extensa obra caracterizada por la búsqueda constante del arte puro, de la libertad; huyendo de jerarquías, géneros y límites, físicos o temporales. Arte y poesía entendidas como formas de resistencia frente a los convencionalismos sociales y la represión política.
Aprovechando la retrospectiva Cecilia Vicuña. Veroír el Fracaso Iluminado, comisariada por Miguel A. López (Lima, Perú, 1983) en el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (CA2M) hasta el 11 de julio, el próximo programa de Metrópolis recorre sus más de cuatro décadas de trabajo.
Arte y poesía
Toda la obra de Cecilia Vicuña, está atravesada por la poesía, en todas sus formas posibles. Inspirada por las prácticas narrativas más ancestrales, para ella, la poesía, más allá de las palabras, es un acto espontáneo, libre, puro; que forma parte de la vida y la naturaleza.
““Un poema sólo se vuelve poesía cuando su estructura está hecha no de palabras, sino de fuerzas”(Cecilia Vicuña)“
De la tradición indígena recupera los Quipu (‘nudo’ en quechua), antiguo sistema andino de escritura formado por cuerdas anudadas que servían para registrar y transmitir información: estadísticas, poemas, historias. Una escritura sin escritura. El sistema nervioso del mundo inca. Una metáfora táctil y visual, de la unión de todo. Elaborados a partir de hebras de vellón sin hilar (que representan la energía del cosmos en el pensamiento andino), estos quipus evidencian la interconexión entre el cuerpo y el cosmos, como el gran Quipu Menstrual (La Sangre de los Glaciares) (2006-2021) que urgía a la recién elegida Michelle Bachelet (elegida presidente de Chile en 2006) a salvar los glaciares chilenos y que da la bienvenida a la exposición.
Tribu No: el no-hacer como acción
En 1967 Cecilia Vicuña escribe el No manifiesto que daría origen a la formación de la ‘Tribu No’, un grupo de jóvenes poetas, artistas y activistas chilenos que proponían el no-hacer como acción, frente a las fuerzas conservadoras de Chile y del mundo. Realizaron numerosas acciones poéticas en espacios públicos entre 1967 y 1972: Matrimonio colectivo (Tribu No, 1967), Bosquecito Blues (Claudio Bertoni y Cecilia Vicuña, 1967-1968), Niñas flores (Tribu No, 1969-1970), Sonia Flor (Tribu No, 1969-1970).
Arte y Política. Resistencia poética en el exilio
La historia de su país natal ha marcado profundamente su vida y producción artística. Tras el golpe de Estado de 1973, que derrocó al gobierno de Salvador Allende, e inició la dictadura militar de Augusto Pinochet, Cecilia Vicuña vivió en el exilio, desde donde practicó una resistencia poética, no violenta.
En 1974, desde Londres, y junto a David Medalla, John Dugger y Guy Brett funda Artists for Democracy, una agrupación de artistas que trabajaron para reunir fondos para la Resistencia Chilena. Así crearon collages, pinturas, textiles y organizaron una manifestación masiva en Trafalgar Square que pedía revertir el imperialismo y el orden colonial al grito de ¡Chile vencerá! (1974).
La Ruca abstracta (o Los ojos de Allende) (1974/2021), conforma una casa espiritual creada a partir de materiales sencillos y frágiles como cañas y telas. Permite al espectador ver a través de los ojos del desaparecido Allende: su perspectiva, su compromiso, su sacrificio.
Otra muestra de esta resistencia poética es Homenaje a Vietnam (1977), un conjunto de piezas que suponen una celebración de la belleza de una relación recobrada entre los cuerpos y la naturaleza en un Vietnam reunificado tras el fin de la guerra. Una vez más, la elección de materiales evidenciaba la ligereza y fragilidad como estrategias de resistencia.
Palabrarmas, el poder de la palabra
Ante el clima de represión generado tras el golpe militar en Chile, y frente a la manipulación del lenguaje y la violencia de la mentira por parte de la dictadura, para Cecilia la palabra se convierte en la única arma posible. Así surgen las Palabrarmas, palabras que se re-arman para revelar su metáfora interior, combinando lo ritual y lo político en actos transformativos. Aquí las palabras, como la materia, se componen y descomponen para descubrir y liberar sus significados originales. Verdad, Mentira, Solidaridad, Corazón, Emancipación o Resistencia son solo algunas de esas palabras que se cuestionan y transforman en manos de Cecilia Vicuña junto a nuevos verbos como el veroír (ver lo que oímos oír y lo que vemos) o el palabrar/palabrir (abrir las palabras).
Pinturas
Cecilia Vicuña comenzó a pintar al óleo a mediados de los sesenta, influenciada por el arte indígena y mestizo de los siglos XVI y XVII. La naturaleza erótica de sus pinturas, junto a la expresión del deseo queer, su narrativa decolonial y el desafío a las normas patriarcales y convencionalismos imperantes, hicieron que muchas de ellas fueran cuestionadas y censuradas.
Precarios
Objetos que son considerados desechos para algunos, cobran un nuevo significado en las manos de Cecilia Vicuña. Los denominados ‘Precarios’, son pequeñas esculturas ensambladas de manera espontánea que lleva realizando desde 1966 a partir de objetos encontrados, o basuritas. Por la misma naturaleza de su composición, están avocadas a desaparecer y volver al lugar al que pertenecen. Con estas metáforas espaciales o poemas multidimensionales, propone una conexión con la naturaleza más allá del objeto y reclama lo sagrado ante la destrucción ecológica y política.