Nieves Álvarez, la sirena de agua y piedra emerge del mar para vestirse con la costura de Stéphane Rolland
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Nieves Álvarez está fascinada. Ha vuelto a la Alta Costura, ha vuelto a trabajar con Stéphane Rolland Pero todo ha sido nuevo. La mayoría de las veces los trabajos que hace para el modista francés se fotografían y graban en espacios interiores, más fáciles de controlar y con menos imprevistos de luz, temperaturas y caprichos meteorológicos. Ahora, cual sirena que emerge del mar, se viste con la nueva colección en un entorno muy especial. "Stéphane adora España, ya lo sabes, y hemos trabajado en Biarritz, donde tiene una casa. Ha sido una experiencia maravillosa, cinco días muy intensos pero ha sido un espectáculo estar junto al mar".
Un entorno idílico marcado por la fuerza de la naturaleza, un espacio natural apabullante, vestidos de ensueño que parecen salir del mar, pero... "Ha sido un trabajo muy duro, la verdad, porque grabábamos en los amaneceres y en los atardeceres, y las jornadas de trabajo han sido larguísimas. Pero ha merecido la pena porque el resultado es impresionante, y además todo está en consonancia con la colección que se llama 'Agua y Piedra', y eso, agua y piedra vemos en las fotografías y el vídeo.
La colección sigue la estela de la casa, hilvanando feminidad y arquitectura, aunque ahora las formas se relajan inspiradas por otro tipo de arquitectura, la orgánica. Los volúmenes y los volantes parecen atrapar los movimientos de las olas. Una cascada de organza recuerda a la espuma del mar y los amarillos y rojos salen de los reflejos del sol, saliendo y ocultándose, acariciando el agua. Y la piedra está muy presente en los bustiers y corsés, que llevan piezas de mármol, unas veces combinada con baquelita y otras con cristal y coral. Piezas-joya, piezas de autor.
Los bordados y las aplicaciones también tienen ese estilo joya. Vemos vestidos decorados con piezas de mármol, jade y malaquita, y otras con baquelita y cristal que destacan sobre un potente fondo amarillo. Lo vemos en un majestuoso vestido con mangas abullonadas, un emotivo homenaje a Balenciaga, que nació muy cerca de esta costa, pero además porque el genio de Getaria fue maestro de Stéphane Rolland. "Este vestido su preferido, y el mío también", dice Nieves. "Tiene mucho de Balenciaga pero a la vez en él está todo el ADN de la casa".
Ha disfrutado mucho haciendo el vídeo y las fotos, sobre todo en la secuencia final, muy evocadora para ella. "Llevo el traje rojo que es una maravilla y voy descalza andando por la arena y esa imagen simboliza la pasión que tenemos Stéphane y yo por nuestro trabajo, por la moda". Lleva años liga a la casa y a la costura. Empezó a trabajar en 1992 y dos años después ya estaba en París. Durante más de una década fue la modelo imprescindible de los desfiles de Yves Saint-Laurent. Antes caminaba sobre la pasarela con una nube de fotógrafos que casi rozaban sus zapatos con las cámaras. Ahora camina sola, con un dron como única compañía. "La moda ha experimentado un cambio muy grande, y también mi manera de trabajar. Ahora veo ese dron y parece un alien que me persigue. Estás sola allí, interpretando, sin un fotógrafo al lado que te dé directrices. ¡Es una experiencia nueva! ¡Es la revolución!
La colección de Stéphane Rolland se suma a las de Chanel, Dior y Schiaparelli vistas estos días en el calendario de la Semana de la Alta Costura de París, la cita con la gran moda, el evento que permanece fiel a su esencia y su filosofía de exclusividad. Pero que avanza al compás de los cambios sociales para reinventarse temporada tras temporada. Ya lo dice Nieves Álvarez... ¡Es la revolución!