Julia rompe definitivamente con Sergio a raíz de soñar con Río Muni y sus habitantes
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¡Pero qué acabamos de ver! Esta semana, Dos Vidas nos ha regalado uno de los momentos más increíbles de lo que llevamos de serie. Julia, a través de una serie de sueños, ha viajado setenta años atrás a las calles de la ciudad guineana de Río Muni para visitar a su abuela. Y no solo esto, sino que, con motivo de estos viajes astrales, Julia ha decidido dejar definitivamente a Sergio, su fiel escudero.
Sueños y respuestas
Como hemos podido comprobar con frecuencia, Dos Vidas siempre encuentra la manera de sorprendernos. Empezando por aquella muerte inesperada de la Tata Agustina, el asesinato de Dayo o el pasado truculento de los familiares de Tirso son ejemplo perfecto para esto. Pero, nada comparado con los sueños que Julia ha tenido durante estos últimos episodios. Tanto leer los diarios de Carmen ha tenido su fruto, ya que Julia con el afán de encontrar respuesta a sus dudas, ha conseguido viajar al pasado para pedir consejo a su abuela Carmen.
El primero de los sueños ha estado envuelto de un halo de ilusión y fantasía, donde Julia ha tenido la oportunidad de cruzarse con Doña Inés en la librería y de conversar con una de las mujeres más sociales de Río Muni, Linda, una de las mejores amigas de Carmen y seguramente una de las señoritas más parlanchinas de la colonia.
Este sueño no tarda en tomar un tono desquiciante al intentar Julia alcanzar a su abuela para hablar con ella. En ese preciso momento la gente comienza a cruzar frente a la nieta impidiendo llegar a Carmen.
Pero para pesadillas el segundo viaje a Río Muni de Julia, donde la nieta termina en los aposentos de la familia Villanueva a las tantas de la noche. Aquí se le brinda la oportunidad de conocer a Enoa, la sirvienta más encantadora de la colonia y una gran amiga de Carmen. Pero esta tranquilidad tarda muy poco en desvanecerse cuando aparece Patricia. Esta, intimidante a más no poder, recrimina a la urbanita sobre sus formas. Charla suficiente para hacer despertar a Julia de inmediato como si acabara de vivir una de sus peores pesadillas.
Por último, tenemos el sueño en el aserradero. Donde se da la conversación más esclarecedora hasta el momento. En ella Julia admite que ya no siente nada por Sergio y recibe uno de los mejores consejos por parte de Kiros: “Si Carmen y yo nos hubiéramos dejado vencer por el miedo, jamás nos hubiéramos encontrado, cuando el amor es de verdad, uno lo sabe”. El sueño parecía que terminaría con el ansiado encuentro de nuestras dos protagonistas, pero como en la realidad, la ensoñación termina bruscamente con el despertar de Julia.
El desenlace de esta aventura
¡Cómo no estar confundida después de vivir estas experiencias trascendentales! Si es que el propio subconsciente de nuestra protagonista la guía a las respuestas de las formas más variopintas. Así que para desgracia de Sergio, Julia decide tomar una decisión final, cortar por lo sano. Y sí, decimos por lo sano, porque Julia sigue en el fondo queriéndole, o por lo menos queriendo todo lo que Sergio ha representado en su vida.
Así Julia comienza una nueva aventura, una aventura vertiginosa que plantea más dudas que respuestas, pero que eso sí, está un paso más cerca de su objetivo; ser feliz.