Billie Holiday, una cantante emocional con un registro limitado
- Recordamos a la cantante de jazz a través de la voz de Juan Claudio Cifuentes 'Cifu'
- Contamos pequeñas historias gracias a programas como 'Sonideros' o 'Música con subtítulos'
El infortunio marcó la vida desde la infancia de Billie Holiday: “Violación, prostitución, reformatorios, alcohol, drogas, racismo, cargos por tráfico de estupefacientes, cárcel, inhabilitación para cantar y, por último, su prematura muerte”. Lo explicaba la periodista Valle Alonso en su espacio Mujeres malditas en Radio 5. Nació el 7 de abril de 1915 en Philadelphia, en el estado de Pensilvania. Falleció el 17 de julio de 1959 con tan solo 44 años en el barrio de Harlem de la ciudad de Nueva York.
“Se percibe como una persona muy sensible. Se sentía y está muy sola. Sobre todo, víctima de una infancia durísima, con una autoestima débil, muy necesitada de afecto y quizás, por eso, muy dependiente de los demás”, contaba el psicólogo Carlos de Pablo Blanco. En cuanto a lo musical, señala que su voz y su manera de cantar eran especiales, no tanto por la técnica, “porque siempre se refieren a ella por tener un registro limitado y, sin embargo, destaca por la intensidad emocional con la que ella canta” y la “emotividad que ella transmite”. Concluye: “Muy posiblemente, es por las vivencias que ella había tenido. Ella no interpreta las letras sino que sus palabras eran vividas”.
La fruta extraña
La cantante norteamericana era la invitada en el Café Society de Nueva York. Aquella noche actuaba junto a la orquesta del club nocturno. Barney Josephson era su propietario y aquel día le presentó a Abel Meeropol, conocido artísticamente como Lewis Alan. Este le enseñó una canción, el dueño dijo que era “muy fuerte, pero que le gustaría que viera la posibilidad de interpretarla. Billie leyó la letra y dijo 'lo hago'. Era muy delicado. Era una canción contra el racismo, contra los linchamientos. En un momento, 1939, en el que podía ser muy arriesgado políticamente. No era cuestión de soliviantar a las masas”, contó Juan Claudio Cifuentes ‘Cifu’ en Jazz porque sí.
El crítico de jazz Leonard Feather le dijo que le apoyaría para intentar grabarla. Sus interpretaciones en el Café Society por las noches fueron todo un acontecimiento. “Milt Gabler, dueño de la compañia discográfica Commodore, tuvo el gran valor de que un artista negra grabara Strange Fruit denunciando la política racista, el asesinato de negros en el sur solo por el hecho de ser negros y publicó el disco. Al final la cosa pasó. Era difícil. Había que tener mucho valor. Todos apoyaron y al final salió", añadió el conductor del programa en Radio Clásica.
Louis Armstrong. William y Count Basie
Uno de los referentes Billie Holiday fue el trompetista Louis Amstrong, recordaba Kiko Helguera, uno de los colaboradores de Sonideros, en un programa especial dedicado a su centenario. Incluso tuvieron el mismo representante, Joe Glaser. “Actuaron juntos en la película New Orleans en 1947 y en algunos conciertos, como el memorable en el Carnegie Hall. Curiosamente, solo grabaron una vez juntos. Fue en septiembre de 1949. Una sesión de duetos que nos recuerda los que luego se pudieron hacer profusamente con Ella Fitzgerald y Louis Armstrong”. Recordaron esta unión con la versión de la canción "You can't lose a broken heart".
“Cuenta Billie que su época más feliz fue la de su relación con la Count Basie Orchestra y dicen que ella era muy querida entre ellos porque se comportaba como un hombre, haciendo el mismo tipo de bromas y compadreo masculino. Tanto que su apodo entre los miembros de la banda era William. Billie es un diminutivo de Wiliam en masculino”, contaba Rodolfo Poveda en Sonideros.
'Last Recording', lo último
Corría el año 1959, cuando la salud de Billie Holiday pasaba por serias dificultades. Tras pasar unos meses en Europa y volver a Estados Unidos, Billie Holiday se disponía a grabar su última disco, Last recording. “Al igual que en su anterior trabajo, Lady in Santin, escogió como arreglista y director musical a Ray Ellis”, apuntaba Ricardo Aguilera en el programa Música con subtítulos de Radio 3. Recordaba las palabras de la propia cantante: “Quería sonar como Sinatra”. Un trabajo con “menos cuerda, más saxo, más swing, pocas fanfarrias y voz menos arropada aun a riesgo de dejar desnudas sus debilidades”.