Anna Castillo: "Interpretar es jugar"
- Anna Castillo es la Madrina en 'Días de Cine' esta semana
- Según Gerardo Sánchez, director del programa, aporta a sus personajes una energía que es muy suya
- "Querría ser drogadicta o prostituta, sin saber que eso era ser actriz", dice Castillo en la entrevista
Aunque ella no lo supiera, llevábamos un buen tiempo detrás de Anna Castillo para tenerla como Madrina en Días de Cine, y lo que se hace esperar, se coge con más gusto, especialmente porque Anna Castillo no para de trabajar y ahora estrena la comedia coral 'Donde caben dos', una película con mucha retranca sobre todo lo que nuestra imaginación puede añadir al enunciado del título que viene, como todo el mundo sabe, de ese refrán español, que acaba diciendo “caben tres”. Las cosas de la pandemia y de todo lo que condiciona al mercado de estrenos ha hecho que la otra película suya de inminente estreno, 'La vida era eso', en la que comparte pantalla con Petra Martínez, que iba a estrenarse la próxima semana, se retrase a principios de octubre.
Anna Castillo nos hizo una claqueta preciosa. Toda una confesión personal tan tierna como divertida. No voy a hacer un spoiler, porque se supone que queremos que la gente vea Días de Cine, pero merece la pena.
“Actuar era su juego favorito“
Anna Castillo es afortunada. La pandemia solo ha supuesto para ella que se le hayan juntado rodajes y estrenos de películas rodadas antes y durante la pandemia, y nos confiesas que ella cree que tenía claro que quería ser actriz antes de ser consciente de que tenía claro que quería ser actriz. Parece un retruécano, pero en realidad tiene sentido. Para ella interpretar ha sido siempre como un juego y una vía de escape, lo que le hace más feliz en la vida. Recurriendo al título de la película de Howard Hawks, actuar era “su juego favorito”. Anna Castillo le decía a su madre que de mayor quería ser prostituta, o drogadicta, pero lo decía porque había visto en la pantalla a alguna actriz como Carol Burnett haciéndolo, y entonces era cuando su madre le decía: “eso, hija mía, es ser actriz”. Pero esa sensación de querer ser esa persona a la que veía en una pantalla, no tiene nada que ver, al menos en su recuerdo, con la sensación de ponerse por vez primera delante de una cámara, porque en ningún momento se le pasa por la cabeza la imagen de ella misma en una pantalla haciendo el personaje que está construyendo. En realidad, dicho así, parece una deconstrucción, (esto no lo dice ella, lo digo yo) palabreja moderna que sirve para explicar, sin demasiadas explicaciones, casi todo lo que no tiene explicación, pero se le quiere dotar de una cierta entidad y fundamento. Pero igual que confiesa lo anterior, también confiesa con satisfacción que, en ocasiones, después, se ha visto en la pantalla y ha pensado: que guay estar ahí.
Con ese bonito cuento que es El Olivo, de Iciar Bollain, dio el gran salto, pero ya antes era un rostro familiar y reconocible. O al menos esa es la impresión que yo tenía. Creo que, en lo que a mí me toca, yo pensaba “esta chica va a llegar lejos”. Lleva trabajando desde los 15 años, y agradece a la televisión y a las series haber sido una escuela inmejorable para mejorar, al permitir que semana tras semana capítulo tras capítulo, pueda una actriz como ella, o tantos otros, trabajar, trabajar y trabajar.
Y luego llegó el exitazo en cine (antes ya lo había sido en teatro) de 'La llamada', una feel good movie a la española marca Los Javis, que (esto lo he oído yo) para unos era una película de monjas lesbianas y para otros una apología de la religión católica. Mal anda el mundo si hay quien piensa de una forma o de otra sobre una película como 'La llamada'. Los extremos se tocan. Anna Castillo estuvo estupenda en 'Viaje al cuarto de una madre'.
Anna Castillo cree que desde fuera se ve algo en ella, y es la energía que aporta a sus personajes, una manera de respirar que es muy suya, y que ella no es capaz de no dársela a sus personajes. Debo decir que esa manera tan suya estuvo presente en las más de tres horas de grabación con Días de Cine y que lo pasamos muy bien.