Vuelven las muñecas, pero esta vez feministas: ¿Qué podemos esperar de Margot Robbie como Barbie y Lily Collins como Polly Pocket?
- Las declaraciones de Margot Robbie, Lily Collins y Lena Dunham parecen vallas publicitarias, pero no hay que desesperar
- Quizá, antes de agotar del todo las sendas de la nostalgia, tenga sentido explotarlas de manera igualitaria
Las primeras opciones fueron Amy Schumer, una cómica sin nada de vergüenza ni 'pinta de muñeca', y Anne Hathaway, la estrella de Hollywood con la que conseguimos identificarnos si entornamos mucho los ojos y no prestamos atención a la etiqueta. Pero el papel de la muñeca Barbie en su primera película con actores de carne y hueso finalmente lo interpretará una actriz tan absolutamente canónica como implicada en el proyecto: Margot Robbie. Después de dar vida a Harley Quinn en las adaptaciones de los cómics de DC (primero en el desafortunado Escuadrón Suicida y luego en la divertida, y más acertadamente feminista, Aves de Presa), la actriz calzará en los imposibles zapatos de la muñeca de Mattel sus medidas perfectas y su metro setenta de altura.
Se espera que la película dé un giro fresco sobre los cánones que, desde su creación en 1959, ha promovido esta muñeca imposible. Primero, porque ha sido la propia Robbie quien ha peleado por sacar este proyecto adelante, y lo ha hecho a través de su propia productora. Su idea es jugar con la idea de perfección e interpretar a una Barbie que no se adapta a los exigentes estándares de Barbieland, y que debe encontrar su camino en el mundo real. Segundo, porque a las órdenes de esta película estará Greta Gerwig, que desde sus inicios como actriz de cine independiente ha dado el salto al mainstream con la dirección de las películas Lady Bird y Mujercitas, aplaudidas por su buen gusto y su mirada femenina sobre los aspectos más íntimos de la vida de las mujeres.
Margot Robbie dice que fundó su productora, LuckyChap Entertainment, con el propósito declarado de contar las historias de las mujeres y apoyar a las que trabajan detrás de las cámaras. Su factoría ha dado lugar a la premiada Yo, Tonya y a Promising Young Woman, la película de Emerald Fennell que ha ganado el Oscar al mejor guion original y ha vuelto a colocar a Carey Mulligan en el centro de las miradas. Sus películas son declaradamente feministas, con especial énfasis en la declaración: el marketing alrededor de ellas, previo incluso al estreno y análisis de las cintas, llevan a hacerse la pregunta: ¿se ha convertido 'feminista' en una etiqueta más para un producto comercial? ¿Tendremos 'Barbie feminista' como antes teníamos Barbie enfermera o Barbie profesora?
¿Quién sigue necesitando a la Barbie?
No deja de ser curioso el recurso a la nostalgia por el que ha apostado la actriz, que al hablar sobre el producto sólo ha tenido buenas palabras para la franquicia de la que ahora se hace cargo y planea subvertir, aunque por contrato se hable mejor de 'actualizar' o de 'expandir'. “Jugar con la Barbie promueve la confianza, la curiosidad y la comunicación en el viaje de cualquier niño hacia su autodescubrimiento. Durante sus casi 50 años, la marca Barbie ha permitido que los niños se imaginen a sí mismo en roles inspiradores, desde princesa hasta presidente", dice Robbie.
¿Necesitan los niños a Barbie para soñar e imaginarse un futuro empoderado? ¿O es Hollywood quien ha olvidado cómo pensar personajes, tramas y universos que no tengan el sello de una corporación o una franquicia incluso antes que nacer? En la era de los remakes, que ya parece agotada pero continúa expandiéndose sin que la frontera aprezca a la vista, las muñecas son el nuevo territorio en el que el cine está plantando el molde de sus castillos de arena: Lena Dunham está trabajando en una película de Polly Pocket protagonizada por Lily Collins, que ya parece una muñeca en Emily in Paris, y Vin Diesel aparecerá en la película de Rock 'Em Sock' Em Robots, otros juguetes de Mattel, aunque esta vez 'para niños'. Estamos ante un nuevo Universo Cinematográfico de Mattel, y ante la vieja distribución de los roles de siempre.
Lily Collins canta las virtudes de Polly Pocket
"Como niña que estaba obsesionada con Polly Pocket, este es un verdadero sueño hecho realidad y estoy deseando llevar estos pequeños juguetes a la pantalla grande", dijo Lily Collins en sus primeras declaraciones sobre su próximo proyecto. Como Robbie, la publicidad y la nostalgia impregnan su discurso palabra por palabra. Al mismo tiempo, el argumento contrario es posible. Se puede discutir que tal vez haya llegado el momento de que sean las mujeres quienes reivindiquen las historias con las que llenaban las horas eternas de su infancia: hemos visto películas de Transformers y de G.I. Joe, pero cintas como Bratz o Jem and the Holograms, también inspiradas en juguetes, no han ocupado nunca el mismo espacio dentro del cine mainstream.
Tal vez, antes de agotar del todo las sendas de la nostalgia, tenga sentido explotarlas de manera igualitaria. Lena Dunham, que saltó a la fama por la pionera Girls, hablaba sobre su proyecto así: "Polly Pocket fue responsable de innumerables horas de escapismo infantil para mí. Polly me dio un pequeño mundo de magia y autonomía en el que narrar, así que es bastante poético abordar estas mismas ideas ahora, como directora, y colaborando con la brillante Lily Collins, Robbie Brenner, Mattel y MGM".
De nuevo, estos comunicados se parecen más a los sellos de marca que aparecen al final de la película que a la ilusión ante una historia fresca, imaginativa y que cree imágenes nuevas para las nuevas generaciones, en lugar de hacer que se proyecten en las mismas, en las nuestras, una y otra vez. Pero hay algo grato en las palabras de Dunham cuando dice: "Me emociona poder hacer realidad mi creencia profundamente arraigada de que las mujeres jóvenes necesitan películas inteligentes y divertidas que les hablen sin condescendencia".