Los humanos no tenemos sangre fría. Los tritones sí
<span class="hddn">Los mamíferos somos animales de sangre caliente es decir homeotermos</span>
<span class="hddn">A los reptiles, anfibios y peces, se les consideran de sangre fría, ectotermos</span>
Los mamíferos somos homeotermos, es decir, la temperatura de nuestro organismo es constante, sea cual sea la temperatura exterior. Coloquialmente, se dice que somos animales de sangre caliente, igual que las aves. Reptiles, anfibios y peces, en cambio, se consideran de sangre fría. Pero estos términos tan reduccionistas no reflejan la complejidad de la naturaleza.
Los mamíferos modulamos la temperatura corporal a través de mecanismos fisiológicos, como la sudoración: se nos considera endotermos. Los anfibios y los reptiles, en cambio, son ectotermos, su temperatura depende de la del ambiente. Para regularla tienen que modificar su comportamiento. Por eso, para calentarse, por ejemplo, se mueven hasta una piedra donde les dé el sol.
Un tritón singular
Pero en las aguas de algunos arroyos de montaña se esconde un anfibio al que le gusta todo lo contrario. El tritón del Montseny necesita aguas limpias y oxigenadas ¡y que estén a menos de 15 grados centígrados!
Es una especie muy esquiva, los adultos se suelen esconder bajo las piedras o en las grietas de las rocas. Este anfibio está incluido en la lista roja de especies amenazadas en peligro crítico de extinción. De hecho, es el anfibio más amenazado de Europa occidental. Se sabe poco de su biología, entre otras cosas porque se describió en el año 2005.
Sí se conoce que su temperatura corporal suele variar en unos márgenes muy amplios. Cuanto más frío hace, más activos están. De hecho, si la temperatura asciende demasiado, entran en un estado de estivación, es decir, reducen la actividad metabólica hasta que vuelve el fresco.